Viejo mar

A 500 años de su descubrimiento, revísemos la importancia del Océano Pacífico.

Por: Jorge Quiroz Vásquez

Como decía el famoso escritor Pablo Neruda: “El Océano Pacífico se salía del mapa, no había donde ponerlo. Era tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte”. Sin embargo, los europeos y los chinos, durante siglos, ya le habían asignado un espacio; sin embargo, era poco explorado.

Es así, que ya existiendo los primeros indicios del denominado Mar del Sur, El conquistador español, Vasco Núñez de Balboa, a quien se le puede atribuir el descubrimiento del Pacífico, el 25 de septiembre de 1513, llegó a él por el istmo de Panamá, ingresó al mar con su espada y un estandarte, y tomó posesión del piélago en nombre de los soberanos de Castilla. Empero, la expedición de Hernando de Magallanes, desde el año 1519 al 1522, demostró que había un océano continuo desde América hasta Asia, llamándolo Pacífico y apareciendo por primera vez en las cartografías de 1529.

El 27 de noviembre de 2020, se cumplen 500 años desde que la expedición de Magallanes, atravesó los canales australes, tocando las aguas del Océano y arribando a un vasto y calmado mar por el que lo bautizó como “Pacífico”.  Hoy este Océano, desde la perspectiva estratégica y comercial, es el más importante del mundo. Cinco siglos después, esta efeméride, nos invita a reflexionar sobre la creciente importancia del mar que, durante dos siglos y medio, fue conocido como el «lago español».

Entre las características geográficas que hacen del Pacífico un mar singular, desde el punto de vista estratégico, destaca su inmensa extensión, por el que se le considera el mayor océano de la Tierra, ocupando un tercio de su superficie de norte a sur, con una extensión de unos 15 mil kilómetros, desde el Mar de Bering y el Ártico, hasta el Mar de Ross en la Antártida, alcanzando su mayor anchura, casi a 20 mil kilómetros, a 5 grados de latitud norte, desde Indonesia hasta Colombia.

En él se localizan unas 25 mil islas, casi en su totalidad ubicadas al sur del Ecuador (Pacífico Sur). Su valor no estriba solo en su cantidad y situación, sino también en la existencia de un significativo número de estados insulares. Sin embargo, el elemento más determinante para la primacía del Pacífico sobre otras regiones, es que acoge en su cuenca a las mayores potencias demográficas, económicas, comerciales y militares del mundo, entre las que destacan: China, EEUU, Indonesia, Rusia, Japón, entre otras. Lo que, incluso, ha generado alianzas comerciales entre América, Asia y Oceanía.

Del mismo modo, existe una gran diversidad de peces y vegetales. Su vida marina oscila dependiendo de la profundidad, desde el plancton en sus fondos hasta los grandes depredadores como los tiburones. Incluso existen especies adaptadas a la vida en las profundidades oceánicas, donde no hay luz y la presión es aplastante. Lamentablemente, debido a su ubicación compartida con diversas poblaciones, se ha convertido en lo que han denominado “La Gran Mancha de Basura del Pacífico” (Livia Albeck-Ripka); debido a los desperdicios del hombre (objetos de la vida cotidiana) y el plástico como un alto factor contaminante.

En la costa norte de nuestro país (Piura y Tumbes), existe el Mar Pacífico Tropical, con una gran variedad de peces e invertebrados, además de tener dos grandes ecosistemas marinos, representados por el Pacífico Oriental tropical y la zona de transición tropical templado, que ocurre con la confluencia de la fría Corriente de Humboldt y las aguas cálidas del norte, lo que convierte a la costa peruana en una de las más ricas en flora y fauna.

Sabia frase fue la de Neruda: “Por eso lo dejaron frente a mi ventana”. Definitivamente, un gran Océano para admirar.

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