DOCENTE CON HISTORIA

Conoce a Walter Peñaloza Ramella, uno de los más destacados reformadores de la educación peruana del siglo XX.

Fuente: Libro la Cantuta, Universidad Nacional de Educación.

Por Mg. Pedro Soto.

Walter Peñaloza Ramella

Uno de los grandes reformadores de la educación peruana de mediados del siglo XX, pero poco conocido, es la figura de Walter Peñaloza, limeño nacido en 1920. Realizó sus estudios secundarios en el colegió San Andrés (ex Anglo-Peruano). Siguió sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, matriculándose en la escuela profesional de letras, su pasión por la Filosofía -especialmente la occidental- lo llevó a especializarse en la filosofía griega antigua; así lo demuestra con su tesis para ostentar el grado de Bachiller sobre la Evolución del conocimiento Helénico, y posteriormente para el grado de Doctor con una tesis referente al Conocimiento Racional.

Ya como profesional, desarrolla la docencia en su antigua alma mater (San Andrés) dictando la asignatura de Castellano. Aunque en el sistema educativo se enfatizaba el dominio de la gramática en dicha asignatura, Peñaloza proponía entre sus alumnos la valoración de la expresión oral, la lectura y la escritura. Para el año 1944, Peñaloza se encontraba ejerciendo la docencia en el emblemático colegio nacional Nuestra Señora de Guadalupe; pero es al año siguiente (1945) y con sus 25 años, que primero y por méritos propios pasa a formar parte del recién inaugurado Colegio Militar Leoncio Prado, impartiendo las asignaturas de Psicología, Lógica e Historia. En segundo lugar, inicia su labor educativa también en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ejerciendo la cátedra de griego. Su internacionalización se da en 1947, cuando es convocado por la Universidad de Puerto Rico, para ejercer la docencia en dicho país hasta el año de 1951.

A su retorno al Perú (1952), fue inmediatamente convocado por el Ministerio de Educación para participar en el megaproyecto de la creación de un Instituto de nivel superior que reunió a todas las escuelas pedagógicas de varones y mujeres, dicha institución se encontraría en Chosica, específicamente en la zona denominada la Cantuta, institución de la cual fue su director.

Inicialmente llamada Escuela Normal Superior de la Cantuta, fue en su administración que dicha casa de estudios obtendría su autonomía academica y administrativa tomando el nombre de Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.

Educador por formación y experiencia, Peñaloza desarrolló todo un pensamiento sobre la educación en el Perú. Para él, la educación descansaba en tres grandes pilares: hombre, sociedad y cultura.

Opositor al positivismo académico, Peñaloza consideraba que el hombre desarrolla sus capacidades tanto cognitivas, corporales y psíquicas a partir de la socialización (sociedad), a este hecho de socializarse él la denomina hominización. Para el profesor Walter, la sociedad es el espacio en donde el hombre o individuo interactúa con otros, desarrollando de esta manera su autonomía personal, de manera libre.

Pero la educación del hombre llega a su plenitud cuando éste hace suyo los elementos culturales de la sociedad en la que interactúa, esto significa: hace suyo el conjunto de creencias, valores, conocimientos, etc. No obstante, no es solo un simple receptor, sino que actualiza, revalora y reconstruye la cultura para el beneficio de él y de los demás.

Ha inicios de 1961, une sus actividades académicas con las políticas, ejerce la docencia en la Universidad Nacional de Ingeniería y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; de la misma manera fue embajador de la Republica Federal Alemana, entre 1966 hasta 1968.

Nuevamente en el Perú y a inicios de la década de los setenta, es convocado por el gobierno militar de entonces para formar parte de la comisión encargada de la Reforma Educativa, la cuál formará a las siguientes generaciones hasta inicios del siglo XXI. De la misma manera, dirigirió la evaluación de universidades peruanas.

Finalmente, entre 1978 a 1991 reside nuevamente en Venezuela, retornando al Perú a inicios del nuevo siglo XXI, participando en actividades académicas, especialmente en la Universidad San Luis de Gonzaga en Ica.
Falleciendo el 31 de octubre del 2005.

Una breve reseña, un homenaje.

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