Crónica de un encuentro que llevó un pedacito de la UCSS a las manos de Mario Vargas Llosa, en 2009.

Por Kristhian Ayala Calderón
Mario Vargas Llosa nunca visitó la UCSS. Aunque su relevancia cultural y política era imprescindible, nunca dejó de manifestar su agnosticismo y su distanciamiento de la Iglesia. Sin embargo, es importante destacar que, en más de 25 años de historia, esta casa de estudios ha tenido acercamientos importantes con otros intelectuales agnósticos confesos gracias a la literatura y las artes. El caso de MVLL no podía ser la excepción.
Y este fue, precisamente, el camino que nos unió al Premio Nobel de Literatura, el peruano más ilustre de los últimos tiempos y quien llevó el imaginario de la sociedad peruana a las manos de los lectores del mundo.
Era 2009, el año en que la UCSS fue invitada a participar en la Feria del Libro de Trujillo. Para ese entonces, el Fondo Editorial se había posicionado en el círculo de publicaciones específicas y de alto valor intelectual frente a los nuevos tiempos. Títulos relevantes, como la reedición de lujo de La Eneida, de Virgilio, eran de las abanderadas publicaciones que encabezaban la gran lista de los libros del stand de la UCSS tanto en la Feria Internacional del Libro de Lima, como en otras ferias no menos importantes en el país. Y el autor de estas y otras joyas que brillaban en aquella época era el Prof. Julio Picasso Muñoz, con quien me unía una cordial relación profesional, toda vez que, como jefe de imagen, me tocaba coordinar con él cada presentación de sus libros o conversatorios, como otros eventos de la Universidad.
Demoraría un poco en recordarlo como aquel señor gruñón que conocí allá por mediados de los años 80 cuando, jugando a la pelota con mi primo y sus amigos en aquel barrio de la calle Libertad, en Pueblo Libre, lanzábamos sin cuidado un balonazo que caía en la pared o en el jardín del señor Picasso, quien se quedaba con varias de nuestras pelotas, luego de maldecirnos por interrumpir su tranquilidad. Aquella en la que seguramente se encontraba escribiendo alguna traducción del griego o del latín de los grandes autores de la antigüedad. Alguna vez, antes de que él falleciera, se lo había comentado y acabamos riéndonos de esa caprichosa coincidencia.
Volviendo a MVLL y la Feria del Libro de Trujillo, recuerdo que días antes de nuestro viaje -era la primera vez que la UCSS iba a una feria del libro fuera de Lima- Julio Picasso me visita y, con el precioso y voluminoso ejemplar de La Eneida bajo el brazo, me pide ver la manera de hacérselo llegar a MVLL una vez en la Feria y de mi propia mano, con el encargo de decirle: «Este libro es una traducción comentada de Julio Picasso, quien se lo envía con profunda amistad y una dedicatoria dentro».
Como muchos jóvenes de mi generación, veíamos a MVLL no solo como un gran escritor. Sino como un intelectual y político de enorme talla. Que Julio Picasso me pidiera ese favor significaba un honor, pero también me generaba un gran temor por no saber cómo acercarme a él en medio de tanto hermetismo que iba a haber en su entorno.
Una vez en la Feria, a la que además llevamos al Prof. Jorge Eslava, un alto exponente de la literatura juvenil en el Perú, para la presentación de su libro «Adolescentes en la ciudad»; revisé el programa y pude ver que MVLL solo iba a estar presente en la inauguración del recinto ferial donde nos encontrábamos (Complejo Mansiche) para luego enrumbarse a su presentación especial y lectura de una de sus obras en Huanchaco.
Casi sin esperanza y con la resignación de volver a Lima con el libro y la dedicatoria de Picasso, caminé hacia el grupo de periodistas, autoridades y curiosos que acompañaban a MVLL hacia el auto que lo llevaría al balneario trujillano. Había mucha gente a su alrededor. Yo solo avanzaba con ellos, intentando, sin mucha voluntad, de acercarme o ver un espacio por dónde escabullirme con suerte hacia el nobel. De pronto, como si la mano de Dios me hubiese empujado resbalé en el sardinel y atropellando a tres o cuatro periodistas aparecí frente a él y a su auto. Lo miré, ambos casi de la misma estatura, y en medio de mi estupor, cogí el libro y balbuceé: «Don Mario, le entrego este libro de Julio Picasso, editado por la Universidad Católica Sedes Sapientiae. Tiene una dedicatoria del propio Prof. Picasso. Me encargó entregárselo personalmente». Al principio me miró como preguntándose de dónde había yo salido y en esa mirada me sentí auscultado, como si mi accidentado acercamiento me haría digno de uno de sus futuros personajes. Luego, con esa sonrisa que evidenciaba sus enormes dientes, me dijo: «¡Ah, Julio Picasso! Qué gusto, hombre ¿La católica? ¿La PUCP?», «No» – le dije inmediatamente. «Es la UCSS, en Los Olivos». A lo que respondió «Ah, entiendo. Bueno, salúdeme a Julio y dígale que acepto con aprecio este libro suyo».
Subió a su auto, mientras yo me quedaba parado en plena pista, a centímetros del sardinel que me permitiría casi caer a sus pies. El auto avanzaba lentamente, mientras un grupo de periodistas iba persiguiéndolo al trote, cual si fuera la estela de un astro, que ya era. Otro grupo se replegaba hacia la Feria y yo, aún parado en la pista, no salía de mi asombro. Regresé al stand de la UCSS y solo atinaba a sonreír y saborear la satisfacción de haber podido ver y estrechar la mano de un grande, de un inmortal de las letras. Un Vargas Llosa al que, como tantos peruanos, amaría y odiaría en los diferentes capítulos del libro de su propia vida.
Desde entonces he conservado esta anécdota entre Julio Picasso y yo. Julio se fue, Mario se acaba de ir, quién sabe y en la otra vida se hayan ya encontrado y estén hablando de Virgilio, de dictadores, de militares, de políticos, de la antigua Grecia, del Perú y de la hermosa edición de La Eneida, editada por la UCSS, que llegó a sus manos. Una crónica en la que yo tan solo fui el mensajero, el mortal entre dos tremendos inmortales.
Sobre el autor:
Kristhian Ayala Calderón, es Mtro. en Estudios Culturales por la PUCP, comunicador social por la USMP y profesor universitario en el área de Letras y Humanidades. Autor de los libros: La Patria en Disputa (2021), publicado en el Fondo Editorial de la UCSS; y El Periodismo cultural y el de espectáculos. Trayectoria en la prensa escrita. Siglos XIX y XX. Crítico cultural de cine, teatro, temas sociales y escritor de narrativa urbana para el portal de La Mula. Actualmente es jefe de la oficina de Comunicación de la DMCC en la UCSS.