Las “Cruces del camino” o “Cruces del viajero” representan la pasión, muerte y resurrección de Cristo y están vinculadas a la historia religiosa de la capital del Perú.

Por Kristhian Ayala Calderón
El símbolo de la cruz se instaló en Lima desde la época de la conquista española (siglo XVI). Con la evangelización, durante el virreinato, llegó esta nueva imagen para los pueblos de origen precolombino y el propio imperio incaico, reemplazando lugares sagrados y reconfigurando la religiosidad popular en uno de los sincretismos más notorios del Perú.
Sabido es que el valle de Lima existe desde antes de la época dorada de los incas y por acá pasaron las culturas previas a su consolidación. Este valle, una transformación del desierto gracias a la ingeniería de irrigación ancestral que canalizó el río Rímac, convirtió en tierra fértil toda la extensión comprendida desde el río Chillón hasta el río Lurín.
Por ello, se establecieron caminos que atravesaban el valle conectando comunidades de indígenas, pueblos de pescadores y adoratorios que derivaron sus nombres a los distritos que conocemos hoy en día.
Para poder marcar las intersecciones de dichos caminos se apilaron piedras, lo que se conoce como apachetas. Dichos montículos, además de señalizar los trayectos y pasos, tenían además un carácter religioso. Por esta razón, no extraña que una vez iniciada la evangelización de estas tierras las apachetas fueran coronadas con cruces que no solo indicaban el recorrido de los caminantes, sino que también los bendecían según la concepción cristiana.
En la actualidad, existen alrededor de 26 cruces de origen virreinal. Algunas escondidas en medio de la selva de la modernidad y otras casi inadvertidas por la rapidez de las autopistas. Otras tantas van surgiendo en los diferentes barrios de la ciudad por iniciativa de las comunidades. No obstante, las más emblemáticas por trascendencia y antigüedad son:

La Santísima Cruz del Viajero en Pueblo Libre. Una de las más antiguas (1672) y declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 1988. Destaca además por tener una organización vecinal dedicada a su cuidado por generaciones. Se ubica entre las avenidas Sucre y Manuel Cipriano Dulanto.
La Santísima Cruz de Limatambo es emblemática por su ubicación. Ha quedado atrapada entre la modernidad del centro financiero de San Isidro. Se ubica en la Av. República de Panamá, a espaldas del colegio San Agustín.


La Santísima Cruz de la esquina de la Casa Hacienda Moreyra, en San Isidro (Av. Paz Soldán con Santa Lucía).
Ahora bien, si identificamos la ubicación de las cruces por distrito tenemos:
CERCADO DE LIMA
Santísima Cruz de la Iglesia de Santo Cristo de las Maravillas
Santísima Cruz de la Parroquia Santiago Apóstol
Santísima Cruz de la Quinta Santa Cruz
RÍMAC
Santísima Cruz de la Totorita
Santísima Cruz del Óvalo de la Cruz
Santísima Cruz del Paseo de Aguas
SAN LUIS
Santísima Cruz de Yerbateros (Patrón del distrito que sale en procesión cada año)
EL AGUSTINO
Santísima Cruz de Menacho en la Atarjea
Santísima Cruz del Parque Cruz de Madero
ATE
Santísima Cruz de Ate
LA MOLINA
Santísima Cruz del Camino en la Urb. Covima de La Molina
SANTIAGO DE SURCO
Santísima Cruz de la Iglesia Santiago Apóstol de Santiago de Surco
Santísima Cruz cerca al Museo del Vino
Santísima Cruz del puente Gorrochano
Santísima Cruz del Parque de la Amistad
Santísima Cruz del Parque de la Bolichera
SAN ISIDRO
Santísima Cruz de la Av. Javier Prado Oeste (conmemoración de la visita del Papa Juan Pablo II, en 1985).
Santísima Cruz de Limatambo
Santísima Cruz de la Casa Hacienda Moreyra
PUEBLO LIBRE
Santísima Cruz del Parque del Viajero
BARRANCO
Santísima Cruz de la Prolongación Pazos
Santísima Cruz de la Iglesia del mismo nombre
CHORRILLOS
Santísima Cruz del Morro Solar
PACHACAMAC
Santísima Cruz a la entrada de Pachacamac
LURÍN
Santísima Cruz de Mina Perdida
Santísima Cruz frente a Mamacona que da la bienvenida a Lima
¿Qué hace particular a la Cruz del Caminante? En la mayoría de ellas resaltan algunos elementos singulares que evidencian la ligación entre la cruz y la pasión de Cristo, enriqueciendo el madero con símbolos que representan los pasajes del Evangelio relacionados al sacrificio y redención cristiana.
La peana se representa por tres escalones o niveles que simbolizan la Santísima Trinidad y que reemplazan el asentamiento de los túmulos de piedras o apachetas. La paloma es la tradicional representación del Espíritu Santo. El gallo simboliza el pasaje de la Pasión referido a la triple negación de Pedro. La corona de espinas representa la flagelación de Cristo antes de la crucifixión. El cuerpo crucificado es simbolizado de varias formas: el rostro en el paño de la Verónica, dos manos atravesadas por clavos o un cuadro del rostro o advocación de Cristo. Los clavos plasman la consumación de la crucifixión. Los dados hacen referencia al pasaje en que los soldados romanos se sortean el Manto Sagrado. La luna y el sol representan el momento del eclipse que narra los acontecimientos del calvario. La bolsa con el número 30 refiere la traición de Judas Iscariote. La esponja simboliza la compasión de los soldados ante la sed de Cristo. El cáliz y la hostia representan la institucionalidad de la Eucaristía y el mismo cuerpo y sangre de Cristo unido a la cruz. Otros elementos que pueden o no poseer algunas cruces son: la lanza, las escaleras, el sudario, la corona real, una balanza, unas tenazas, una palma, una jarra, un libro, una trompeta, un cuerno, una calavera, una túnica, la inscripción de INRI, un rayo, una corazón, una soga, un martillo, una espada, un látigo, una segueta, un guante; detalles referidos al Evangelio de la Pasión.
En el ámbito de la simbología estas cruces significan un poderoso elemento de catequesis e instrucción y cada Semana Santa sus elementos resaltan para recordarle a los devotos los detalles de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Hoy, en tiempos en que la publicidad de exteriores inunda nuestras carreteras y nos invita al consumo creándonos una necesidad, es bueno recordar que en tiempos virreinales, la Cruz del Camino era la única imagen con la que los viajeros se topaban en los extramuros de la Ciudad de los Reyes y les transmitía seguridad y compañía.
Fuentes:
Cayetano Chávez, José. Las cruces del camino, emblemas de la identidad católica del Perú. Lima, diario El Comercio, 27 de julio de 2024.
De la Puente Candamo, José Agustín, Nieto Vélez Armando S.J.; y otros. Las Cruces de Lima. Lima, Instituto Cultural Teatral y Social, 2014.
Sobre el autor:
Kristhian Ayala Calderón, es Mtro. en Estudios Culturales por la PUCP. Comunicador social por la USMP. Profesor universitario en el área de Letras y Humanidades. Autor de los libros: La Patria en Disputa (2021), publicado en el Fondo Editorial de la UCSS; y El Periodismo cultural y el de espectáculos. Trayectoria en la prensa escrita. Siglos XIX y XX. Crítico cultural de cine, teatro, temas sociales y escritor de narrativa urbana para el portal de La Mula. Actualmente es Jefe de la oficina de Comunicación de la DMCC de la UCSS.