Lic. Melina Cruzado Meléndez – Coordinación Académica Carrera Profesional de Terapia Física
Una de las preocupaciones en este ámbito de la prevención es el uso incorrecto de la mochila en la infancia y sobretodo en la adolescencia, puesto que podría causar repercusiones en el sistema musculoesquelético y de manera importante en la espalda. Frente a esta situación proponemos se tomen en cuenta algunas recomendaciones.
Una mochila debe aportar comodidad y efectiva distribución del peso; por ello, recordar lo siguiente en cuanto al diseño:
Con respecto al peso que se carga, tener en cuenta lo siguiente:
Con respecto a la forma de llevar la mochila, podemos anotar lo siguiente:
Al llevar la mochila se debe mantener una buena postura, la espalda erguida y la mirada al frente. Podemos acompañar el uso de la mochila con el siguiente ejercicio: contraer levemente el abdomen, relajar los hombros y llevar las escápulas hacia atrás y abajo; este ejercicio permitirá tener mayor estabilidad en la columna y una mejor respiración. Realiza este ejercicio el mayor número de veces que sea posible.
No es recomendable el uso de alforja o morral, si no hubiera forma de evitarlos, no llevar demasiado peso y llevarlo cruzado al cuerpo, alternando su ubicación durante el día. Las mochilas con ruedas permiten llevar un mayor peso; pero, pueden producir lesiones en las muñecas o en los hombros; por lo que al usarlas se recomienda empujarla hacia adelante y no tirarlas desde atrás, aunque su uso es incómodo al utilizar el transporte público y subir escaleras.
Recordar que el no llevar la mochila de forma adecuada puede producir desviaciones en la columna y sobreexigencia muscular que pueden hacernos susceptibles a la fatiga y a sufrir lesiones en el sistema musculoesquelético con el consiguiente dolor de espalda.
Muy buena recomendaciones Lic. Melina Cruzado, me gusto mucho haber leído sus aportaciones. Muy interesante