Por William Muñoz Marticorena, Director de Investigación de la FCEC.
De la mano del desarrollo
Desde su fundación, la UCSS cumple con la misión de estar al servicio de las comunidades locales, fomentando el desarrollo, la mejora de la calidad de vida y la inclusión. Así, a lo largo de dos décadas en Lima Norte, ha fortalecido el tejido económico y educativo en los distintos distritos de la zona, mediante la Implementación de centros de servicios de desarrollo empresarial y de desarrollo educativo. Realizó asistencias técnicas y transferencias tecnológicas a empresas y emprendedores de sectores dinámicos, misiones comerciales al exterior, capacitaciones y, para la mejora de la gobernanza institucional, creó el Centro de apoyo a gobiernos locales y regionales. Lo anterior evidencia nuestra vocación institucional y, al tener una filial en Huaura, cuyo radio de influencia alcanza a Chancay, nos compromete con su desarrollo e impacto, ante la próxima inauguración e implementación del Megapuerto.
En esa línea, el 9 de julio último, participamos en el conversatorio académico, organizado por la UNMSM y la Municipalidad de Chancay, denominado “Expectativas y Realidades del Proyecto del Mega Puerto y su Impacto en la Ciudad de Chancay”. En él, destacamos la oportunidad en cuanto generación de empleo, ingresos, mejora de infraestructura y servicios que han de significar la puesta en operación del puerto. Más específicamente la posibilidad de que maduren parques tecnológicos e industriales donde se instalen plantas ensambladoras de autos eléctricos, almaceneras, operadores logísticos, aduaneros, agencias del gobierno, servicios de transporte terrestre, entre otros actores.
¿Qué riesgos se vendrían con Chancay?
Existen riesgos que podrían limitar a los actuales pobladores de la zona en el aprovechamiento de estas oportunidades. Por ejemplo, no disponer del perfil requerido para laborar en los nuevos puestos a ser creados (competencias, habilidades, conocimiento del idioma inglés, de sistemas informáticos, etc.), capacidades institucionales del gobierno local y de las distintas reguladoras que deben garantizar la competencia y transparencia del mercado. Asimismo, las empresas de la zona no necesariamente estarían en la capacidad de integrarse como proveedores de las nuevas empresas tractoras a instalarse, en tanto no se adecuen a sus estándares de calidad, procesos, tecnologías, condiciones y volúmenes de operación.
Ahora bien, la posibilidad que arriben empresas manufactureras chinas se justifica en lo siguiente: El hecho que China es el principal país emisor de CO2 a nivel global, con el 31% del total. Incluso, en 2023, las emisiones se incrementaron en 4% respecto a 2022. Situación crítica si se considera que la matriz energética china depende, en más de 64% de combustibles fósiles fundamentalmente del carbón, el combustible más contaminante. En esa línea, en la COP 28, China se comprometió a reducir gradualmente el consumo de carbón y alcanzar cero emisiones netas para el 2060 (XV Plan Quinquenal 2026-2030). Dado este contexto, se prevé la deslocalización de la manufactura china hacia territorios cercanos a los mercados de sus productos y que dispongan de energías limpias.
De igual modo, se habría incrementado el interés de China por Sudamérica, por un lado, por su riqueza en productos estratégicos para la transición tecnológica y energética china, como el litio y las tierras raras; y, por otro lado, por el nivel de intercambio comercial actual que alcanza los US$ 480,000 millones, explicado por las exportaciones de productos manufacturados chinos y las importaciones de materias primas, recursos energéticos y alimentos desde la región. Situación que explicaría el crecimiento del intercambio de bienes que se multiplicó por 35 en el período 2000-2022.
¿Cómo prever impactos negativos?
En consecuencia, si Perú puede proveer al gobierno chino de infraestructura, capacidad manufacturera y logística, así como capital humano; es posible que se logre atraer inversiones chinas. Así, respecto a la infraestructura, el país debe asegurar una serie de corredores económicos, construir y ampliar carreteras, plantas de energía, redes eléctricas, líneas de transmisión de datos, vías férreas, articular puertos con aeropuerto y terminales terrestres de transporte de carga, entre otros. Sin embargo, uno de los aspectos críticos y limitantes a considerar es el referido al capital humano. Dado que, los perfiles técnicos y profesionales a ser demandados, no estarían totalmente cubiertos por los pobladores de la zona y, si el objetivo es incluirlos en los beneficios derivados del desarrollo productivo, hay que prestar especial atención a los aspectos educativos y formativos (calidad de la formación en colegios, institutos y universidades).
En tal sentido, se vuelve fundamental que, con el liderazgo de la Municipalidad, se articulen iniciativas con el SENATI, las universidades instaladas en la zona, la UGEL y las empresas, a fin de cerrar estas brechas. Como ilustración de lo anterior, en la siguiente tabla se observa que, a 2018, Perú presentaba una de las más bajas productividades de la mano de obra respecto a otros países latinoamericanos. A esa fecha, alcanzaba menos del 20% de la productividad promedio de un trabajador de Estados Unidos y solo superaba a Bolivia. Es fundamental comprender que la mejora de la productividad es sustancial para atraer inversiones, mejorar el desempeño empresarial, reducir la inflación, mejorar la recaudación, aumentar los ingresos y la calidad de vida.
Tabla: Productividad de la mano de Obra de países latinoamericanos y otros
También te puede interesar:
Interesante artículo del Prof. Muñoz, que remarca el reto que tiene la Universidad de “sacar” profesionales capacitados y actualizados en diferentes campos (multidisciplinario).
Felicitaciones !
Mis felicitaciones, Prof. William Muños, por el interesante artículo en el que enfatiza el propósito de nuestra universidad: formar profesionales en diversos campos que respondan positivamente a las exigencias del mercado laboral.