¿Se han preguntado cómo eran las primeras fotos de Machu Picchu? El testimonio es posible gracias al trabajo de Martín Chambi, el fotógrafo más emblemático del siglo XX, cuyo registro fotográfico refleja la realidad cusqueña y ha sido considerado uno de los retratos más exactos de la identidad peruana.
Antes del él ya otros habían tomado fotos de Machu Picchu, pero fue gracias a su arte que se consolidó la imagen imponente que atrajo la atención del mundo. Sus fotos fueron publicadas en muchas revistas, acrecentando el interés sobre las ruinas –redescubiertas con el inicio del siglo XX-, al punto de convertirlas en símbolo nacional. Chambi lo fotografió varias veces: de hecho gracias a él podemos hacer una comparación entre el sitio arqueológico redescubierto en 1911 [1] y cómo se presenta hoy en día.
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El célebre fotógrafo nació en Puno el 5 de noviembre de 1891, en el seno de una familia de campesinos quechuahablantes. Su pasión por la fotografía surgió por pura casualidad: un día fue a la mina de oro de Santo Domingo, cerca de Coaza, donde trabajaba su padre y allí vio un fotógrafo tomando fotos de la mina. Este primer contacto con la fotografía dejó muy impresionado el joven Chambi que, de hecho, aprovechó para aprender los primeros rudimentos de la fotografía en la mina.
Con el propósito de hacer de la fotografía su profesión se fue a Arequipa y se convirtió en el aprendiz del famoso fotógrafo Max T. Vargas, con el que estuvo trabajando casi diez años. Aquí desarrolló la idea de hacer fotos para venderlas, especialmente retratos y fotos de boda, como “La boda de Don Julio Gadea” [2], prefecto del Cusco. Esta foto es muy famosa porque Chambi, a través de juegos de luces y sombras, ajusta el escenario de manera que capta solo las personas y no el entorno, dándole volumen.
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En 1917, Chambi va a Sicuani (en la provincia de Cusco) donde abre su primer estudio fotográfico, para después transferirse, junto con el estudio, a la capital cusqueña. Desde este momento, sus fotos empiezan a adquirir un carácter relevante. El puneño ya no se ocupa solamente de hacer fotos comerciales, sino fija su mirada en los detalles de la vida cotidiana. En este sentido van miradas las fotos en que Chambi retrata “Un policía deteniendo a un niño” [3], “El gigante” [4] vestido de andrajos y “Personas jugando al sapo en una chichería” [5].
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Lo que ha erigido Chambi a maestro indiscutible de la fotografia es su fotografia social, es decir, el conjunto de las fotografias en las que quiso representar las desigualdades de aquella epoca: rico-pobre, indio-blanco, campo-ciudad, tradición-modernidad, pasado-presente. O sea fotografias como “El mendigo” [6] y la “Esposa y la criada” [7], que representa, en la persona de la esposa en la escalera, la burguesa y, en la de la criada en una esquina oscura, el pobre proletariado.
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Durante su carrera, Chambi viajó muchísimo, especialmente en la zona de los Andes. Allí inmortalizó paisajes extraordinarios que se han convertido en puntos fijos del patrimonio artístico peruano, como la famosa fotografía la “Llama y el llamero” [8].
Lo que ha erigido Chambi a maestro indiscutible de la fotografia es su fotografia social, es decir, el conjunto de las fotografias en las que quiso representar las desigualdades de aquella epoca: rico-pobre, indio-blanco, campo-ciudad, tradición-modernidad, pasado-presente
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Además de los paisajes, su mirada se ha centrado en las personas originarias de los Andes. Así nos ha transmitido la “Mujer de Cusco” [9], “El sonador de flauta” [10], “La campesina de Queromarca con niño” [11] y “Grupo de indígenas” [12].
[9] [10]
En 1950, el terremoto en Cusco destruyó multiples edificios y estructuras características de la ciudad. Sin embargo, gracias a la actividad de Chambi tenemos recuerdos y una idea de cómo era la ciudad antes del desastre y los cambios que han acontecido con los años, como la fotografia del “Balcón de Cusco” [13] que ya no existe. El terremoto marca tambien el comienzo del retiro de Martin Chambi. De hecho, con el pasar de los meses, el maestro iría tomando menos fotos para su estudio, dejando así la posta a sus hijos. Sin embargo, aún existe gente que recuerda a un Chambi, ya viejito, que paseaba por la ciudad con su cámara, listo para capturar el momento.
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Martín Chambi murió el 13 de setiembre de 1973 en la ciudad de su inspiración, Cusco. Sus fotos forman parte del patrimonio cultural no solo peruano, sino de América del Sur.
“Tenía una concepción clara de su trabajo como artista, trascendió los fines comerciales, se integró al ámbito intelectual de Cusco; en los años 40 era una figura conocida en Argentina y Bolivia, lo que le dio a su obra un sentido distinto, ambicioso, sistemático”, comenta Natalia Majluf, directora del MALI, el Museo de Arte de Lima, donde hay una exposición fotográfica sobre su obra.
Martín Chambi ha realizado un papel clave en la historia de la fotografía y, gracias a su sensibilidad artística, ha inmortalizado las diferentes facetas de la sociedad sur andina del siglo XX.
Autorretrato. Martín Chambi, el maestro captado por su propio arte.
Teresa Rubino, Universidad de Bari, Prensa UCSS.
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