El Cristo de la peste

Conoce la historia del Crucifijo de la Peste, imagen significativa que el Papa Francisco develó al mundo el año pasado, con motivo de la Semana Santa, y su relación con la peste que atacó Italia en el siglo XVI.

Redacción CAMPUCSS

La cuarentena es un término que se acuñó durante la llamada peste bubónica o peste negra en Venecia, y proviene del vocablo italiano Quaranta giorni qué significa cuarenta, y era el tiempo en el que una persona debía permanecer aislada para evitar los contagios en aquella época, usualmente en los navegantes y marineros que desembarcaban en los puertos.

En 2020, con la llegada de la COVID-19, estas medidas retornaron y el mundo se paralizó. Para esas fechas, en los que se aproximaba la Semana Santa, el Papa Francisco pidió por la salud del mundo entero, recurriendo a la milagrosa imagen del Cristo de la peste para que acompañara la oración Urbi et orbi, frente a una desolada Plaza de San Pedro, en plena pandemia. Aquí te contamos un poco sobre el mal que azotó a Italia y la imagen a la que el Sumo Pontífice le rezó por el bienestar de todos los seres humanos en la pandemia. 

Peste negra

Casi tan pequeño como la COVID-19, la Yersinia Pestis, se trasladaba de las pulgas a las ratas por una picadura, y de las ratas a los humanos. Entre 1346 y 1353 se produjo la mayor pandemia de europa, la peste bubónica o negra, después de la plaga Justiniana en 541 y 543.

Los nombres provienen de los síntomas en el cuerpo humano causados por dicha infección: la aparición de bubones (inflamación de ganglios linfáticos); cuando la infección se extendía a los pulmones (neumónica); y en ocasiones a la sangre, con manchas oscuras en la piel (septicémica).

Cabe resaltar que la falta de tecnología en medicina (vacunas, antibióticos) permitió que esta enfermedad tenga rebrotes, con menos intensidad en Europa, hasta principios del siglo XVIII, perdiendo así entre el 30% y 40% de su población, entre esas, Italia y ciudades de mayor comercio. 

Cristo de madera 

En honor al (trigésimo) Papa San Marcelo, elegido por la Iglesia católica, se le dió nombre a la Iglesia de San Marcello al Corso, templo donde descansa el crucifijo milagroso o cristo de la peste. La historia nos remonta al incendio ocurrido el 22 de mayo de 1519, en el que un crucifijo tallado en madera del siglo XIV, quedó intacto pese a las llamas. Este hecho motivó la creación de un grupo de oración llamada Compañía del Santísimo Crucifijo.  

Más tarde en 1522 Roma sufría los estragos de la peste, por lo que el 4 de agosto, la Compañía decidió realizar una procesión en la ciudad con el Crucifijo, dieciséis días más tarde, es decir el 20 de agosto, la enfermedad cesó. Dicha peregrinación entre la iglesia del trigésimo Papa y la basílica de San Pedro del Vaticano, se repitió todos los jueves Santos. 

Aproximadamente, en marzo de 2020, el Papa Francisco visitó dicha Iglesia para orar e invocar el fin de la pandemia del coronavirus; así como por todos los seres humanos, especialmente en Italia donde habían incrementado la cifra de muertos y contagios. Posteriormente, pidió que esta imagen, tan representativa para estos tiempos, fuese colocada en el altar que se improvisó en la Plaza de San Pedro, en El Vaticano, como una clara señal de esperanza para el mundo.

 

Notas relacionadas: 

[Papa Francisco: Urbi et Orbi]

[Sede de la Sabiduría]

 

 

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