Las reformas de la Iglesia: Cambios a lo largo de la historia.

El papa Francisco dejó un legado importante con las últimas reformas que realizó en la Iglesia.

Redacción CampUCSS

Una reforma en la Iglesia en general, es un movimiento de renovación o cambio con el objetivo de mejorar o actualizar sus prácticas, doctrinas o estructuras. Según el P. Miguel Carpio, capellán de la UCSS, “siendo la Iglesia una realidad divina y humana, tal como lo afirma el Concilio Vaticano II, tiene siempre necesidad de reforma, puesto que está integrada por personas concretas, heridas por el pecado original”. Esta necesidad permanente de conversión lleva a “separar todo aquello que no hace transparente la presencia de Cristo”.

El papa Francisco, inició su reforma en 2013 siguiendo el pedido de los cardenales reunidos en las Congregaciones Generales, centrado en tres ejes: la economía, el abuso de poder y la transparencia. “El papa Francisco ha seguido el pedido de los cardenales de una reforma, siempre necesaria, para que se pueda hacer siempre transparente la misericordia de Dios, tal como el papa nos ha enseñado”, afirma el P. Carpio. Entre sus gestos más significativos, destaca su constante llamado a una “Iglesia en salida”, que “no estática, sino en movimiento, en búsqueda de las personas alejadas que buscan a Dios sin saberlo”.

La historia de la Iglesia también está marcada por reformas incompletas o desviadas. El P. Carpio considera que las de Martín Lutero y Enrique VIII no fueron verdaderas reformas, sino “protestas” marcadas por intereses políticos. En el caso de Lutero, “la protesta tenía como fondo la venta de las indulgencias”, pero también una angustia interior sobre la salvación. “Somos salvados en Cristo”, dirá Lutero al redescubrir la justificación por la fe. La respuesta eclesial fue débil, y “se dio una dolorosa ruptura”. Por su parte, Enrique VIII rompió con Roma para obtener la nulidad matrimonial que le fue negada, originando “un periodo durísimo de persecuciones contra la Iglesia en ese país”.

Sobre León X, el papa que enfrentó la Reforma Protestante, el P. Carpio señala que “la situación era complicada”, pues el joven pontífice (de solo 38 años) estaba más centrado en el embellecimiento de Roma que en afrontar las tensiones doctrinales.

En contraste, el papa Francisco dejó una huella pastoral clara: “la gran reforma que el Papa nos ha dejado es señalar el aspecto más importante del cristianismo: la misericordia”. Reformó la curia romana para dar prioridad a la evangelización, y defendió a los pobres, la creación y la humildad. Para los jóvenes de la UCSS, una de sus frases más recordadas es: “no tengas miedo”. Como afirma el P. Carpio, “en medio de las incertezas brilla la luz de la presencia del Señor que no nos abandona. La guerra está ya vencida por su Resurrección”.

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