No se aceptan devoluciones

(México, 2013)
por LUIS ESCRIBANO

El miedo, como una criatura que se puede dominar, es la cita con la que se presenta este filme. El miedo, sentimiento tan primitivo como la naturaleza humana, existe en diversos matices en torno a lo incomprensible, peligroso y paranormal. No obstante, existe un miedo mayor que muchos sufren y por el que se sentirán identificados con el protagonista: el provocado por la responsabilidad.

Valentino era un típico despreocupado que veía pasar la vida interesado en placeres y distracciones sin la obligación de comprometerse hasta que “su vida” llamó a la puerta: uno de sus anteriores amores con su bebé en brazos. Aquí su tranquilidad termina, ya que, con una artimaña, la madre desaparece dejándolo solo para afrontar el cuidado del bebé, cuyo nombre es Valentina. Asumiendo su nuevo rol de padre protector, consigue un trabajo como doble de riesgo (trabajo realmente muy sacrificado para él), que lo lleva a radicar en Los Ángeles. Luego de sacrificios logra brindar comodidades para su pequeña, y proteger su inocencia e ilusión de la madre que la abandonó, pero ella regresa e irrumpe en la vida programada de Valentín y Valentina, desconociendo, además, un triste secreto.

Eugenio Derbez, un genio del humor, dirige este filme cargado de la belleza de la sencillez y candor, lo impresionante de la voluntad humana para entregarse por alguien amado y la angustia de perderlo.

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