VULNERABILIDAD Y EDUCACIÓN

Conoce el mensaje de la Decana de la FCEH, Mtro. María Teresa Briozzo, realizado el 9 de abril de 2022, en las jornadas docentes del semestre 2022-1.

Mtro. María Teresa Briozzo.

Por María Teresa Briozzo

1. SALUDOS Y AGRADECIMIENTOS

Primeramente, quisiera dar un saludo afectuoso a todos los docentes de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades. Agradezco el esfuerzo y compromiso de cada uno de los profesores en las demandas extraordinarias que ha supuesto la educación virtual. De modo particular, agradezco a la Coordinación de cada Programa y a su equipo docente los esfuerzos realizados para la actualización de los currículos de cada Programa, ya estamos finalizándolos.

 

2. ORIENTACIONES PARA LAS CAPACITACIONES DE LA FACULTAD

Por otra parte, quisiera explicar la dinámica de las capacitaciones en la Facultad:

  •       En la Jornada semestral para docentes, en general, trataremos de ir cuidando las orientaciones educativas propias de nuestra universidad. Por otra parte, seguiremos trabajando con capacitaciones en tecnología e investigación.
  •       Además, confío a los Coordinadores de cada Programa para que, a lo largo del semestre, ofrezcan a sus docentes al menos dos capacitaciones académicas y didácticas en temas propios de su especialidad, para ir actualizando las competencias específicas de sus docentes.

 

3. TEMA DE LA JORNADA

En cuanto al tema de hoy, ante todo, quisiera señalar que no podemos ignorar la situación real que estamos viviendo: una humanidad deteriorada, experimentando el fracaso de la guerra en diversos lugares del mundo. Es decir, además de una larga pandemia que nos desgasta, estamos viviendo la experiencia de la guerra, verdadero fracaso humano que nos hace incapaces de dialogar y nos involucra a todos en este mundo globalizado; generando individualismo, destrucción, pobreza y hambre. Es más, en los últimos meses se advierte en nuestro país un aumento de violencia y vandalismo. ¿Qué le está pasando al hombre?

Más allá de la coyuntura política y económica que estamos viviendo, considero que estos acontecimientos son la expresión del nihilismo, del sin sentido del hombre que no soporta más, porque desde lo más profundo de su ser, cada persona y en especial los jóvenes sienten el llamado a la felicidad, no es posible resignarse a vivir con menos.

En efecto, el hombre creado a imagen de Dios, con inteligencia, consciencia y libertad está llamado a encontrar la verdad, el bien y la belleza; está llamado a gobernar esta tierra y crear un mundo más humano y feliz. Es necesario volver a reflexionar sobre la identidad del hombre y su dignidad. No es aquí el momento de profundizar toda esta realidad. (Sólo sugiero la lectura de un reciente y serio estudio de antropología para comprender y rescatar la grandeza del hombre. Es importante que nos demos ese espacio de profundización porque estamos llamados a formar hombres y mujeres[1]).

Pero, desde el aula, sí podemos tomar acciones educativas para responder a este grito, a esta necesidad; creo que debemos retomar y profundizar una tarea de largo aliento que hemos comenzado el año pasado con el Simposio interfacultades. Entonces, nos comprometimos a poner atención en la educación realizando determinadas opciones y experiencias educativas.

El Simposio fue el comienzo de un trabajo educativo que nos llevará años de trabajo y de evaluación del camino que se realiza. No podemos defraudar las esperanzas de los jóvenes. Recordemos una serie de proyectos que nuestros estudiantes han puesto en marcha, con gran entusiasmo.

En esta oportunidad, mirando la realidad que se nos presenta, resulta obligado atender un tema que considero fundamental para la salud afectiva e intelectual de nuestros estudiantes; por esto, propongo reflexionar sobre el tema:

VULNERABILIDAD Y EDUCACIÓN

Aunque las condiciones sanitarias van mejorando por la vacunación, nos vamos por un tercer año de pandemia, situación que ha sacado a la luz muchas realidades que no pensábamos. Si bien, ya estamos más tranquilos por la inmunización, todavía queda por afrontar las realidades que, previas a la pandemia, estaban ocultas o disimuladas.

Es por esto, que en este encuentro de docentes pongo a consideración 2 puntos importantes para reflexionar: A). La experiencia de la vulnerabilidad y B). Retomar el Pacto educativo global.

A) LA EXPERIENCIA DE LA VULNERABILIDAD

Al retomar las clases semipresenciales este año, es necesario mirar al estudiante que encontramos y proyectar cómo lo ayudaremos a gestionar la crisis de la pandemia y del desconcierto vivido. El papa Francisco, desde el comienzo de la pandemia, ha diagnosticado proféticamente:

 “De esta crisis no vamos a salir igual, es decir, o vamos salir mejores o peores, pero no seremos iguales” (Francisco 2020 a la ONU)[2].

Según Terzoli (2022), la pandemia nos ha hecho tomar conciencia de la fragilidad física, psicológica, social, familiar, moral y pronunciadamente económica en el Perú. Por momentos aparece el desánimo y la incertidumbre porque esta pandemia no parece tener fin. Pero, continúa la citada autora: “Si nuestra fragilidad no se convierte en un recurso, habremos perdido el tiempo”.

Para muchos, tanto estudiantes como adultos, la incertidumbre se ha convertido en una herida; en una demanda de sentido de la vida, de la enfermedad y de la muerte. (Ciertamente, en primer lugar, nosotros adultos debemos responder una y otra vez a estas cuestiones existenciales que nos plantea nuestra cultura, para poder acompañar al joven). Nuestra presunta omnipotencia y seguridad ha caído. Sin embargo, la fragilidad nos ha puesto mucho más cercanos a la realidad, reconociendo nuestros límites de criaturas; por eso es bueno saber acoger la fragilidad para abrirnos a nuestra realidad concreta, esta es parte de nuestra verdad. Ella nos ayudará a ponernos en búsqueda de caminos de conocimiento para poder caminar en humanidad, sin miedos. Sólo así creceremos como adultos experimentados: la fragilidad nos llama a madurar en humanidad.

La vulnerabilidad permite construir nuevas relaciones, más libres del poder y de los juegos de competencia y de venganza, aún en nuestras aulas. La aventura del conocimiento es una empresa compartida, una experiencia de relación humana. La fragilidad es un llamado a crecer humana y espiritualmente como seres trascendentes.La conciencia de nuestra fragilidad estructural común es una buena base para crear un vínculo fraterno, solidario para una sociedad más humana[3]. Cada uno de nosotros docentes tenemos que detectar y acoger esta realidad en el aula.

Concluyo este punto con las palabras de Francisco: Que nuestros centros educativos sean “posada” donde se puedan sanar heridas propias y ajenas; que puedan experimentar que los acogemos, como están sin juzgarlos de antemano. Que nuestra casa de estudios sea realmente un centro de puertas abiertas donde los pobres puedan entrar y donde se pueda salir a su encuentro. Que puedan lograr una actitud crítica sobre los modelos de desarrollo, producción y consumo que están empujando vergonzosamente hacia la iniquidad. Que tengan conciencia y generen conciencia en su entorno. Que sea una universidad de discípulos y misioneros[4]. ¡Cada docente verá cómo ser posada para sus estudiantes!
Recomiendo la lectura del texto de Luiz Klein (2021) ¿Cómo ve Francisco la educación?

B) RETOMANDO EL PACTO EDUCATIVO

En segundo lugar, el Papa Francisco nos ha dado una pauta en el Pacto educativo; el año pasado, la Universidad lo consideró en el Simposio Interfacultades; pero se requiere seguir la reflexión y tomar acciones concretas de largo aliento; se trata de formar la “Aldea de la educación”. Y para ello se nos alertaba de un triple coraje: a) poner la persona al centro, b) invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad, y c) formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad[5].

En esta jornada, parafraseando al Papa Francisco les digo: queridos profesores: “Espero que ustedes sean los poetas de una nueva belleza humana, una nueva belleza fraterna y amigable, como de la salvaguardia de la tierra que pisamos”. La educación es un acto de esperanza que, desde el momento presente, mira hacia el futuro. Es un acto de esperanza para que los impulsos de odio, divisiones e ignorancia puedan y sean superados a través de una nueva buena onda, digamos así, la buena onda de la salvación ofrecida por Jesucristo, que genera oportunidades y experiencias educativas basadas en la justicia social y en el amor mutuo, un nuevo pacto global para la educación[6].

Entonces, se trata de:

B.1)  Poner la persona al centro. Esto implica partir de una sana antropología, es decir, concebir otros modos de entender la educación, la economía, la política, el crecimiento y el progreso para que ellas estén en función de la persona.
Desde las diversas disciplinas y programas, debemos buscar todo lo que nos une como personas: el estudio y la vida, las generaciones, los maestros y los estudiantes, la familia y la sociedad civil con sus expresiones políticas, productivas, empresariales y solidarias[7].

B.2) Invertir las mejores energías. Como comunidad educativa tenemos que ofrecer las mejores energías disponibles. Es decir, identificar las fuerzas más creativas y proactivas para lograr incidir en el bien común de la familia, de la educación y de la sociedad. Porque sólo a través de la educación podemos esperar de manera realista un cambio que sea un verdadero aporte al futuro, pero tenemos que comenzar a buscarlo desde ya[8].

B.3)  En tercer lugar, debemos preparar personas disponibles para servir a la comunidad humana, comenzando por los menos favorecidos. Una señal de este enfoque se manifiesta, de modo particular, en el campo de la investigación educativa, con el fin de orientarla al servicio de las necesidades reales de los demás y de la comunidad entera. Los estudiantes son creativos y sensibles para detectar las necesidades de los otros asumiendo riesgos y desafíos[9].

 

 4. PRESENTACIÓN DE LA NUEVA MISIÓN Y VISIÓN DE LA UCSS

Además, quiero presentarles otra evidencia de mejora de la UCSS, que ha sido el volver a pensar y definir nuestra misión y visión universitaria, que aprovecho esta oportunidad para darla a conocer.

MISION: “Ser una comunidad universitaria católica, libre y autónoma, que contribuya a la construcción del bien común en una sociedad intercultural, inclusiva, equitativa y sostenible. Su compromiso es formar profesionales excelentes, competentes, capaces de asumir riesgos con responsabilidad y liderazgo, preparados para promover y aplicar el conocimiento científico y tecnológico en el ámbito laboral con un sentido humanista y cristiano que fomenta el respeto y la dignidad de la persona”.

VISION: “Al 2028, ser una universidad reconocida por su excelencia académica y humanista, basada en la mejor innovación científica y didáctica, la formación continua, la responsabilidad social y la investigación aplicada, realizada a nivel local, nacional e internacional; siendo aliado estratégico de actores públicos y privados promoviendo conocimientos originales para el desarrollo sostenible e integral del territorio”[10].

La Misión y la Visión nos señalan la orientación fundamental de nuestro trabajo como Universidad y como facultad.

Los invito a reflexionarlas al planificar y desarrollar sus cursos, para que profesores y estudiantes podamos experimentar una vida distinta, llena de sentido y podamos ofrecer al país el aporte específico de la UCSS.

 

5.  CONCLUSIONES Y APLICACIONES

Finalmente, sintetizo nuestros objetivos con palabras de Francisco:

Queremos una propuesta educativa que mire hacia el desarrollo integral de la persona y que responda al derecho de todos a tener acceso al conocimiento de la verdad de esta realidad y a conocer cómo aplicar el conocimiento científico y técnico para incidir en el país.

En efecto, este es un gran esfuerzo de la UCSS; ya no somos una pequeña universidad, tenemos 10.500 estudiantes de pregrado, en las distintas filiales; ellos son nuestra razón de ser como Universidad. Nuestra meta es:

Hacer accesible la posibilidad de estudiar y madurar la personalidad de los jóvenes introduciendo a cada uno de ellos en lo mejor de lo que han encontrado las generaciones precedentes, en todos los aspectos del conocimiento, de las artes a las ciencias, de la literatura y de la fe.

Comenta Bersanelli (2014) que cuando se habla de educación no hablamos sólo de técnica formativa, ni siquiera basta un cierto tipo de preparación disciplinar: «Educar es un acto de amor, es dar vida». Es una experiencia de comunicación de uno mismo, e implica a la persona del educador hasta el fondo: «el amor es exigente, pide dedicar los mejores recursos, despertar la pasión y ponerse en camino con paciencia junto a los jóvenes».

De este amor forman parte la seriedad y la pasión con que el profesor se relaciona con su propia asignatura y cómo la comunica: «No se puede improvisar, debemos hacerlo seriamente», recuerda Francisco. «Los jóvenes necesitan una enseñanza de calidad y donde los valores no sean sólo enunciados, sino testimoniados». El educador es entonces un testigo, una prueba viviente de que lo que enseña y vale la pena ser conocido, porque corresponde misteriosa pero realmente a un deseo que nos constituye. El Papa terminó señalando que «el educador necesita él mismo una formación permanente»[11].

Klein (2021) sintetiza qué es la educación para Francisco.

Educar es un acto de amor porque genera vida en su pluridimensionalidad. Ella saca a las personas de su mismidad y las ayuda a familiarizarse con su interioridad, a abrirse a la trascendencia, a incluir a los descartados en el círculo de la vida; saca a la luz a las personas.

La educación es un acto de esperanza porque ayuda a las personas a salir del círculo vicioso del escepticismo y de la incredulidad, de la cristalización de concepciones y actitudes que muchas veces bombardean desde las redes y que son contrarias a la dignidad del ser humano. La educación es un factor humanizante del mundo, ya que ayuda a romper el individualismo, a apreciar las diferencias, a descubrir la fraternidad, a responsabilizarse del medio ambiente[12].

En la renovación del Currículo de cada Programa hemos puesto atención a estos aspectos formativos de nuestros futuros profesionales, para lograr poner en pie personas competentes en su profesión e íntegras en humanidad. Por otra parte, desde la UCSS, durante estos años de pandemia hemos hecho frente a la situación con los mejores esfuerzos humanos y tecnológicos, esfuerzo del que ustedes han formado parte importante para continuar la educación y seguir proyectando el futuro.

 Antes del trabajo en grupos realizaremos un acto solemne, solicitado por el Gran Canciller de la UCSS: Mons. Lino Panizza.

 

6. EXPLICACIÓN Y FIRMA DEL COMPROMISO DOCENTE DE ADHESIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA.

Se les hará llegar a sus correos, dos declaraciones de compromiso: una para docente católico y otra para docente no católico. Cada cual firmará la que le corresponda. Y la enviará al correo de Secretaría de la FCEH. Este documento será considerado como asistencia a la jornada.

 

7. TRABAJO EN GRUPOS

El proyecto educativo para la FCEH que hoy les presento en esta jornada, tendrá que concretarse, traducirse en nuestros programas de especialidad, buscando hacerlo realidad en las acciones que aparecerán en el Plan operativo de cada Programa y en las actividades puntuales del docente en el aula. Para ello, en esta jornada, propongo un tiempo de reflexión por especialidad con algunas preguntas para trabajar por grupos. Por favor, al finalizar deben presentar la síntesis escrita de las conclusiones de cada grupo al correo de Milagros Espinal.

1.  ¿Cómo explicitaré en el Programa en el cual trabajo la misión de la UCSS en la situación de la vulnerabilidad de nuestros estudiantes en esta postpandemia?

2.  ¿En qué aspectos nos proponemos trabajar la excelencia académica, durante este semestre?

3.  ¿Cuáles son sus estrategias para que nuestros estudiantes estén al centro de la acción educativa y qué propones para ir formándolos en la responsabilidad social?

 

8.  AVISOS COMUNICACIONES

 

9.  APLICACIÓN DE LA ENCUESTA DE CONFORMIDAD

 

 

*Teresa Briozzo, Decana (e) de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades. 

Referencias:

[1] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA (2019) ¿Qué es el hombre? https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_doc_index_sp.htm

[2] Francisco (2020). Recuperado de: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-09/papa-onu-de-esta-crisis-salimos-mejores-o-peores-75-aniversario.html

[3] Cf. Terzoli, N. (2022) Si nuestra fragilidad no se convierte en recurso habremos perdido el tiempo. En Il sussidiario del 4/01/22.

[4] Cf. Klein, L. F. (2021) ¿Cómo ve Francisco la Educación? (15/6/2021) https://jesuitas.lat/noticias/14-nivel-1/6466-como-ve-francisco-la-educacion

(pp. 3-4).

[5] Klein, L. F. (2021) La nueva educación y el pacto educativo global, p. 31. En https://ciec.edu.co/wp-content/uploads/2021/03/LA-NUEVA-EDUCACION-VERSION-ESPANOL.pdf

[6] Cf. Francisco (2020). La educación es un acto de esperanza. Recuperado de: https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2020/documents/papa-francesco_20201216_videomessaggio-pattoeducativo.html (pp. 1-2).

[7] Cf. Klein, L. F. (2021) La nueva educación y el pacto educativo global, p. 31. En https://ciec.edu.co/wp-content/uploads/2021/03/LA-NUEVA-EDUCACION-VERSION-ESPANOL.pdf (pp. 32)

[8] Ibid

[9] Ibid

[10] Cf. Resolución del 13/10 n. 064- 2021-UCSS- AG/GC

[11] Cf. Bersanelli M. (2014), recuperado de: https://espanol.clonline.org/noticias/iglesia/2014/02/17/educar-es-un-acto-de-amor-es-dar-vida

[12] Cf. Cf. Klein, L. F. (2021) https://jesuitas.lat/noticias/14-nivel-1/6466-como-ve-francisco-la-educacion (pp. 6-7).

 

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