El santo de la humildad

Festividad y otras historias poco conocidas en torno a la vida de San Martín de Porras.

REDACCIÓN CAMPUCSS

A continuación revisaremos los aspectos más resaltantes de la vida de San Martín de Porras, contados por la narrativa de diversos escritores, reseñas y hasta médicos que han sido inspirados por la historia del primer santo afroperuano del Perú y de América.  

Cada 6 de mayo, en el Perú se celebra la canonización de San Martín de Porras, un ejemplo de humildad y servicio al prójimo, y uno de los frutos más logrados de la santidad en el continente americano. El conocido “Santo de la escoba” tiene más de 50 años de ser canonizado. 

Asimismo, el Papa Juan XXIII en la homilía durante la misa de su canonización, un 6 de mayo de 1962, rescató las bondades del santo, como la caridad, el amor al prójimo, y su humildad, que le otorgaron el apodo de “Santo Patrono de la Justicia Social”

 

“Martín nos demuestra, con el ejemplo de su vida, que podemos llegar a la salvación y a la santidad por el camino que nos enseñó Cristo Jesús: a saber, si, en primer lugar, amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser; y si, en segundo lugar, amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.


Obedeciendo el mandato del divino Maestro, se ejercitaba intensamente en la caridad para con sus hermanos, caridad que era fruto de su fe íntegra y de su humildad. Amaba a sus prójimos, porque los consideraba verdaderos hijos de Dios y hermanos suyos; y los amaba aún más que a sí mismo, ya que, por su humildad, los tenía a todos por más justos y perfectos que él.

 

Disculpaba los errores de los demás; perdonaba las más graves injurias, pues estaba convencido que era mucho más lo que merecía por sus pecados; ponía todo su empeño en retornar al buen camino a los pecadores; socorría con amor a los enfermos; procuraba comida, vestido y medicinas a los pobres; en la medida que le era posible, ayudaba a los agricultores y a los negros y mulatos, que, por aquel tiempo, eran tratados como esclavos de la más baja condición, lo que le valió, por parte del pueblo, el apelativo de «Martín de la caridad».

 

El Patrón Universal de la Paz, San Martín de Porras Velásquez, falleció un 3 de noviembre de 1639, misma fecha de su festividad y en la que se realizan diversas procesiones y fiestas patronales en distintas ciudades del Perú; siendo la procesión principal la que inicia en la Iglesia de Santo Domingo, en Lima, lugar donde descansan sus restos. 

Además, la casa que vio nacer a San Martín de Porres, es hoy un museo y se encuentra en el jirón Callao 535, en el corazón del centro de Lima, y que está delante del santuario de Santa Rosa de Lima. Para conocer más detalles, aquí te dejamos una lista de reseñas sobre el ‘Santo de la escoba’:

El homenaje del médico al boticario

Es conocido que San Martín de Porras tuvo distintos oficios antes de empezar su santo camino. Uno de las que más resaltó en su vida, fue el de boticario, realizando curaciones y administrando remedios para casos comunes, por lo que se hizo conocido como herbolario y curador de enfermos.  

De esta forma, luego de que el Papa Giovanni María Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti, más conocido como Pio IX, declaró en 1840 que Fray Martín de Porras pertenecía a los bienaventurados. Entonces, el médico José Manuel Valdés, el primer médico afroperuano, realizó un escrito de 200 páginas describiendo la vida del que consideraba, por su humilde nacimiento y profesión, paisano suyo. Ese año Valdés fue nombrado director del Colegio de Medicina. 

Pero ¿Quién fue José Manuel Valdés? Era hijo de un músico de teatro y de una mulata libre. Se dedicó a los estudios en filosofía, latín, teología y matemáticas. Más tarde eligió la llamada profesión de ‘cirujano latino’, y con una licencia especial ejercer la medicina. Además, obtuvo el grado académico en la Universidad Mayor de San Marcos entre 1806 y 1807. 

Este médico rompió esquemas pese a las dificultades de su época, logró ser vocal tribunal de Protomedicato; Catedrático y miembro de la Sociedad de Medicina de Madrid, España. Fue incluido en el personal de Sociedad Patriótica por San Martín (Libertador) y médico de cámara del Gobierno por Torre Tagle. Reconocido como poeta de la Independencia y en 1831 elegido como diputado por Lima.  

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