Las mujeres gestantes con obesidad podrían ser más propensas a desarrollar preeclampsia, según la investigadora Katherine Ortiz.
Redacción CampUCSS
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La preeclampsia es un trastorno que puede aparecer después de las 20 semanas de gestación y hasta seis semanas después del parto. «Se caracteriza principalmente por la hipertensión gestacional y la proteinuria«, explica la Lic. Katherine Ortiz, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS) de la UCSS, quien resalta la importancia de la prevención y el monitoreo temprano.
Aunque la causa exacta de este trastorno sigue siendo desconocida, se han identificado diversos factores de riesgo. «La obesidad aumenta las posibilidades del desarrollo de este trastorno por una inflamación sistémica. Este estado inflamatorio puede afectar la función normal de los vasos sanguíneos, incluyendo a los que están relacionados con el desarrollo de la placenta», señala la investigadora. Además, menciona que la obesidad contribuye a la resistencia a la insulina y al desarrollo de diabetes tipo 2, otro factor de riesgo para la preeclampsia.
El estudio realizado por la Lic. Ortiz y su equipo encontró que «el índice de masa corporal se relacionó con la preeclampsia, donde un gran porcentaje de gestantes con obesidad presentó dicha complicación». Además, el antecedente de preeclampsia en embarazos anteriores fue identificado como un factor de riesgo adicional.
Las consecuencias de esta condición pueden ser graves tanto para la madre como para el bebé. «La preeclampsia puede progresar a eclampsia y producir la muerte materna. Incluso, las mujeres que la han presentado tendrían menos esperanza de vida debido al mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares«, advierte Ortiz. En los recién nacidos, esta condición puede provocar prematurez, retraso en el desarrollo neurológico y enfermedades metabólicas.
Para reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia, la investigadora recomienda mantener un estilo de vida saludable antes y durante la gestación, además de asistir tempranamente a los controles prenatales. «Es clave que el personal de salud evalúe el estado nutricional de las gestantes e identifique antecedentes de preeclampsia para realizar un seguimiento personalizado y prevenir complicaciones», concluye.
El peligro de la relación entre la obesidad y la preeclampsia resalta la importancia de la educación en salud materna y el control nutricional en mujeres gestantes. La prevención mediante un adecuado seguimiento médico y hábitos saludables puede reducir significativamente los riesgos y mejorar la calidad de vida de madres y bebés.
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