Entrevista a Nayeli Peña, alumna del curso de Restauración Ecológica en nuestra casa de estudios, con motivo del Día Internacional para la Protección de la Capa de Ozono.
Redacción CampUCSS
La capa de ozono es un elemento fundamental de la atmósfera que protege la vida en la Tierra al absorber la radiación ultravioleta dañina del sol. Desde la década de 1980, el adelgazamiento de esta capa ha sido motivo de preocupación, principalmente por la liberación de clorofluorocarbonos. El Protocolo de Montreal, firmado en 1987, logró reducir considerablemente la emisión de estos gases, y desde entonces se ha observado una recuperación lenta, aunque significativa, de la capa de ozono.
No obstante, el problema no está completamente resuelto. La Organización de las Naciones Unidas estima que la capa de ozono no volverá a su estado original hasta finales de este siglo. Esto se debe a la presencia de nuevas amenazas, como los gases de efecto invernadero y sustancias químicas emergentes que no están reguladas por los acuerdos internacionales. Entre ellas, destacan los halógenos de vida corta, que aunque tienen un impacto breve en la atmósfera, pueden dañar rápidamente el ozono.
El agujero de ozono en la región antártica sigue siendo una preocupación. En 2020, alcanzó los 24 millones de kilómetros cuadrados, demostrando que, a pesar de los avances, el problema persiste. Los incendios forestales y otros factores relacionados con el cambio climático también están contribuyendo a la liberación de sustancias que afectan la recuperación de esta capa esencial.
Al respecto, conversamos con la alumna Nayeli Peña Diaz, quien es estudiante del curso de Restauración Ecológica en el programa de Ingeniería Ambiental de nuestra casa de estudios en la filial de Huacho:
CAMPUCSS: ¿Cómo afectan los incendios forestales y el cambio climático a la capa de ozono?
Nayeli Peña: Los incendios forestales liberan cantidades de dióxido de carbono y otros contaminantes, contribuyendo al agotamiento de la capa de ozono. El cambio climático intensifica esta situación, creando un círculo vicioso que amplifica los efectos destructivos en el planeta. Con el aumento de las temperaturas globales, las condiciones se vuelven más propicias para incendios más grandes y prolongados, lo que agrava el debilitamiento de la capa de ozono y compromete su capacidad para filtrar los dañinos rayos UV, con graves consecuencias para la salud humana y la biodiversidad.
CAMPUCSS: ¿Cuáles son las sustancias emergentes más peligrosas que están afectando la capa de ozono hoy en día?
Nayeli Peña: Hoy en día, las sustancias emergentes más peligrosas que afectan la capa de ozono incluyen los hidrofluorocarbonos (HFC), que son utilizados en sistemas de refrigeración, aire acondicionado, aerosoles entre otros. Aunque su uso ha sido regulado en muchos países, la producción y liberación de estos compuestos sigue siendo un desafío importante. Otros contaminantes, como los productos químicos industriales y ciertos pesticidas, también representan una amenaza significativa.
CAMPUCSS: ¿Qué medidas adicionales se deberían implementar para acelerar la recuperación de la capa de ozono?
Nayeli Peña: La reforestación y protección de ecosistemas clave, que no solo actúan como sumideros de carbono, sino que también estabilizan el clima y reducen el riesgo de incendios forestales masivos. También llevar un control más estricto de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente los relacionados con el sector industrial y la agricultura. Hay que fortalecer las regulaciones sobre HFC y promover alternativas más seguras además de fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías más limpias y menos dependientes de químicos peligrosos para la atmósfera. Por último, educar a la población sobre la importancia de la capa de ozono y cómo sus acciones pueden impactarla.
CAMPUCSS: ¿Qué impacto podría tener la recuperación completa de la capa de ozono en el equilibrio ecológico global?
Nayeli Peña: La recuperación completa de la capa de ozono podría tener un impacto positivo significativo en el equilibrio ecológico global. Esto no solo reduciría la incidencia de cáncer de piel y otras enfermedades relacionadas con la radiación ultravioleta, sino que también permitiría que los ecosistemas se recuperen y prosperen. Una capa de ozono saludable contribuye a la estabilidad climática y a la biodiversidad, elementos esenciales para el bienestar del planeta.
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