LA VIRGEN ASCIENDE

A propósito de su conmemoración el 15 de agosto, el P. Miguel Carpio nos explica el dogma de la Virgen de la Asunción.

Fuente: Museo del Prado – La Asunción de la Virgen Hacia 1665. Óleo sobre lienzo, Sala 018A.

Por Padre Miguel Carpio. 

ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Tanto en Oriente como en Occidente, en el centro del mes de agosto se celebra la solemnidad de la Asunción de María Santísima al cielo. El dogma de la Asunción fue proclamado durante el año santo de 1950 por el Papa Pío XII. Sin embargo, este misterio echó sus raíces en la fe y en el culto de los primeros siglos de la Iglesia, en la grandísima devoción hacia la María que se fue desarrollando progresivamente en las primeras comunidades cristianas. Es más, desde fines del siglo IV e inicios del V, hay testimonios que afirman que María está en la gloria de Dios con todo su ser, alma y cuerpo. Fue en el Concilio de Éfeso del año 431 cuando se consolidó la fiesta de la Theotókos, es decir, la festividad de la Madre de Dios, convirtiéndose en la fiesta de la dormición, o sea, de paso o tránsito, de la Asunción de María. En otras palabras, se transformó en la celebración del momento en que María salió del escenario de este mundo glorificada en alma y cuerpo en el cielo, en Dios. 

En todo caso, para entender la Asunción es necesario mirar a la Pascua, gran Misterio de nuestra salvación, que señala el paso de Jesús a la gloria del Padre a través de la pasión, muerte y resurrección. Así pues, María es la criatura más insertada en este misterio, puesto que engendró en la carne a Jesucristo, y fue redimida desde el primer instante de su vida, y asociada a la pasión y a la gloria de su Hijo. Ella está íntimamente unida a su Hijo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, y está plenamente configurada con él. Con todo, la Asunción es una realidad que también nos involucra a nosotros, puesto que nos indica nuestro destino. En efecto, en María Asunta contemplamos la realidad de gloria a la que estamos llamados cada uno de nosotros y toda la Iglesia.

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