REDACCIÓN CAMPUCSS
En los noticiarios se ha mostrado información e imágenes de personas afectadas por la viruela del mono. Unos de los principales síntomas pueden ser el dolor de cabeza, espalda, fiebre, seguidos de lesiones en la piel, que iniciarán como si fueran pequeños granos. Sin embargo, al no ser una enfermedad tan conocida en nuestro país, podría ser sumamente peligrosa y más contagiosa que la propia Covid-19 con información inadecuada.
Para ahondar en esta nueva emergencia sanitaria internacional, declarada así por la Organización Mundial de la Salud en julio de 2022, conversamos con el Dr. Luis Neyra, jefe del departamento académico de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Ante la alerta de la OMS con respecto a la viruela del mono ¿Qué deberíamos tener en cuenta en nuestro país?
Deberíamos tener en cuenta la información exacta acerca del contagio, ya que existe una intención por no estigmatizar, el problema es que al no estigmatizar se está descuidando un punto importante sobre el contagio. El cual señala que el contacto boca a boca, boca a piel, contacto con las lesiones, secreciones de los afectados, objetos con secreciones y el contacto sexual, son formas de contagio de la viruela del mono.
¿Qué es la viruela del mono, y cómo se contagia? ¿Tiene alguna similitud con el covid-19? Que dicho sea de paso es latente en nuestro país.
Es importante que se tomen las medidas adecuadas, estamos hablando de un virus que se pasó de un animal a un ser humano, lo que se conoce como Zoonosis, y luego este ya se transmite entre seres humanos. Se propaga de muchas formas, la principal es por medio de la saliva o tocando las lesiones de una persona infectada con la viruela del mono o viruela símica. Además, del contacto piel a piel, cara a cara, boca a boca, y el contacto sexual. Por otro lado, al igual que la Covid, la viruela del mono tiene una envoltura, una cubierta proteica. La diferencia es que estructuralmente, la viruela símica es más grande, es de ADN, mientras que la del covid-19, es ARN.
¿Cuál es el escenario del Perú, respecto a este virus?
El escenario del contagio se encuentra en un grupo específico, el último reporte del MINSA, nos dice que hasta el 1 de agosto, teníamos 313 confirmados, y un deceso. Al 2 de agosto, 324 casos. (ver más). Asimismo, nos explica que cerca de un 60%, este virus afecta al grupo de personas homosexuales hombres. Es aquí donde se deberían tomar acciones y brindar información precisa, porque cuando aumenten los casos podrían darse algunos escenarios epidemiológicos, por ejemplo, sale del grupo poblacional definido, antes mencionado, aumenta su trasmisión, llega transmisión comunitaria en la población general, el contagio podría ser mayor y exponencial. Actualmente, la población homosexual tiene el mayor índice de contagio de la viruela símica. Esto no se dice, porque no se quiere estigmatizar a dicha población. En el MINSA, refieren las formas de contagio en documentos técnicos, pero las estrategias de comunicación a la población están descuidando algunos aspectos que quizá no contribuyan a evitar se contagien las personas. Los infectólogos recomiendan que se difundan adecuadamente las principales formas de contagio, ya que las formas de contagio de este virus son más y le da la posibilidad que se propague de forma considerable.
¿Cuáles son los primeros síntomas? Es decir, ¿cómo podríamos saber si tenemos la viruela del mono?
Al igual que las enfermedades virales, podemos observar algunos síntomas, en este caso dependiendo de las comorbilidades (otras enfermedades que tenga el afectado), niños, o embarazadas, inmunodeprimidos, algunas personas pueden presentar sintomatologías más graves que otras. Los síntomas más importantes son: fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, dolor de espalda, ganglios inflamados (como muchas enfermedades virales); estos se presentan en los primeros 5 días, a los que se les añade erupción en la piel, en las plantas de los pies, en las manos, en la cara, boca, cuello, todas ellas son planas al principio y luego se llenan de líquido, formándose finalmente costras que se caen en un determinado tiempo. La fase de erupción y síntomas pueden durar dos semanas. Las costras se pueden caer por sí solas, y se trata con medicación solo para los síntomas, por ahora, orientados a controlar el dolor y la fiebre. Asimismo, existen otras enfermedades eruptivas que pueden tener síntomas parecidos, como el herpes, varicela-zoster, rubeola. Estos, podrían ser descartados en 48 horas con pruebas de viruela del mono (consiste en hisopado nasal, faríngeo, muestras de las lesiones y las costras), que realiza el Instituto Nacional de Salud (INS).
¿Existe algún plan para adquirir las vacunas contra la viruela del mono?
El Perú no cuenta con vacunas contra la viruela del mono, a diferencia de Europa y Estados Unidos. Hasta el momento, no existe o no he visto que se haya activado una compra para las vacunas contra la viruela del mono. Se tendría que trabajar con el MINSA, hacer una revisión y programarla, ya que se han realizado los estudios para saber cómo se transmite el virus, no hay un problema para identificar a qué población se tiene que vacunar. Por el momento, no se ha considerado pertinente adquirir las vacunas para el país. El MINSA ha dicho que no ha considerado hasta el momento adquirir las vacunas que se han utilizado en otros países.
¿Existe algún aporte que pueda recomendar cómo médico al plan del MINSA frente a la viruela del mono?
Son distintos escenarios, pero es importante precisar que este virus tendrá un mayor contagio. Existe un informe publicado del MINSA que dice que el contagio se da a través de animales salvajes o roedores, pero debemos reafirmar que, si tenemos contacto con la piel, o con las lesiones y nos vamos a contagiar. También por las secreciones de vía respiratoria y saliva, al igual que el COVID. Por eso, en algún momento la viruela del mono se podría transmitir alcanzando lentamente cifras del Covid-19. Para ello, deberíamos usar las mascarillas KN95 y el lavado de manos. La recomendación más importante es evitar el contacto, según las formas mencionadas, con personas fuera de nuestro núcleo familiar.
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