Una muestra de 245 estudiantes de tercer a quinto grado de secundaria, fueron parte del estudio “La Calidad de vida y felicidad percibida en estudiantes mujeres de Lima centro”. Una de las conclusiones indica que, quienes tienen un nivel óptimo de calidad de vida, tanto en casa como en ambientes externos, presentan un nivel alto de felicidad.
Por ejemplo, la presencia de una buena economía en el hogar, facilita comodidades como: bienes materiales, vestimenta, educación, servicios de salud, entre otros. A pesar de que el ingreso económico no es necesariamente una fuente de satisfacción, el poder adquisitivo para cubrir las necesidades básicas de las estudiantes, es considerado un factor de bienestar.
Por otro lado, las adolescentes que reportaron una mala calidad de vida con sus amigos y comunidad, arrojaron un nivel muy bajo de felicidad. Esto se debe a que experimentar hostilidad, envidia o rechazo por parte de sus pares, puede ocasionar un desajuste emocional en el adolescente, y por ende experiencias de infelicidad.
A nivel mundial aproximadamente 450 millones de personas padecen un trastorno psicopatológico o de la conducta, de los cuales el 20% de esta población son niños y adolescentes. La insatisfacción con la vida, desánimo, sufrimiento, tristeza, culpa, sentimientos de odio y estrés, son factores que limitan el rendimiento en sus actividades diarias. Una publicación de “The World Happiness Report”, clasificó a 156 países según sus niveles de felicidad, donde el Perú ocupa el puesto 65.
Según el ministerio de Salud, a través de los 31 Centros de Salud Mental Comunitarios que se han implementado desde el 2016 en diversas regiones del Perú, se han atendido a más de 2 millones de personas, 70% de ellos fueron niños y jóvenes menores de 18 años.