El ejercicio se queda en casa

Diez motivos para no parar de ejercitarse y hacerlo a salvo.

Por: Kristhian Ayala Calderón. 

Dado el contexto de la segunda ola, la elevada probabilidad de contagio de la nueva variante de la COVID-19 y las recomendaciones y medidas que el gobierno ha dado, es importante recordar que quedarse en casa, realizar actividad física, tener alimentación saludable y la mínima exposición a espacios públicos siguiendo puntualmente los protocolos de bioseguridad, son la única actitud que nos aleja de contraer el virus.

Aquí tienes 10 motivos que beneficiarán tu salud y tendrán en alta tu autoestima y tu sistema inmune, sin la necesidad de exponerte a la guardia baja del gimnasio del barrio o de la actitud irresponsable de las personas que lo frecuentan.

1. Tranquilidad

Crea un espacio en casa que te permita tener lo básico: mancuernas, banca y barras de pared o puerta, bandas elásticas de resistencia, mat de yoga. Un canto en tu habitación, un rincón de la sala, el viejo cuarto de depósitos (de paso te deshaces de todo lo viejo e inservible), un pasadizo o, incluso, el balcón, la terraza o azotea. Si no tienes estas alternativas, un parque cercano, una bicicleta y un espacio natural abierto servirán mucho.

2. Seguimiento nutricional

Al estar en casa es más probable que puedas llevar un control de tus comidas, aun cuando quien cocine piense que tendrá más trabajo, algo que puede estar en tus manos ahora. Lo mejor es que no tienes que ser un experto, no requieres guisos espectaculares o ser un capo con la receta de la abuela; pero antes debes tener claro tu objetivo nutricional: bajar, subir o mantener tu peso. Así, tienes aplicativos, como FatSecret que te permiten calcular lo que comes por día en porcentajes, macronutrientes y equivalencias que leerá de la dieta diaria que armes. Y, lo más interesante es que puede cruzar su información con Google Fit, un aplicativo que se encarga de contabilizar la cantidad de calorías que quemas por actividad: andar, subir escaleras, manejar bicicleta, hacer cardio, levantar pesas o practicar calistenia. Al final del día tendrás un alcance de cómo vas en la escala de tu objetivo.

3. Ahorro de tiempo y dinero

Con las restricciones y los horarios complicados por trabajo presencia e, incluso, el propio teletrabajo, ganarás más tiempo entrenando en casa que sufriendo por llegar a tiempo al gym y que te quede poco tiempo al final porque tengan que cerrar. En casa, eso no sería un problema ¿Te preocupa el cardio? Pues consigue una soga para saltar y en tan solo 15 minutos habrás calentado lo suficiente y quemado no solo calorías, sino que entretenido saltando como Rocky o aprendiendo piruetas con la cuerda, como los grandes. Una actividad simple, tomada del crossfit, que puedes hacerla en el parque de la vuelta o en tu propia azotea.

4. Creatividad y conocimiento

Esto te llevará a ver tutoriales en Youtube y explorar aplicativos que te permitan ampliar tus horizontes en temas de salud nutricional, siempre y cuando te asegures de que sean fuentes confiables. Dicho esto, será más sencillo que encuentres tiempo y espacio, así como tips para conseguir ambos. Durante el primer año de la pandemia, nadie ha podido negar que la actividad física casera o al aire libre haya sido sinónimo de inconsciencia o desobediencia. Tiene un potencial tan grande que hallarás mucho material sobre rutinas según lo que busques con el ejercicio.

5. Equilibrio emocional

El equilibrio de mente y cuerpo ha sido primordial en tiempos de confinamiento. Una actividad determinante para combatir el estrés, la ansiedad y la depresión es el ejercicio en todas sus formas: meditación, yoga, tai-chi, calistenia, levantamiento de pesas, correr, bicicletear, bailar, cantar o la combinación de varias de estas. El objetivo es dar un espacio en la vida a actividades que equilibren. No hay forma de ir a dormir o cerrar el día en desequilibrio, pues la mente puede pasar a tener el control de ti y de tus relaciones familiares. A este punto, es interesante implicar a la familia en estas actividades. La motivación vendrá de ti o de algún miembro frente a la pesadez.

6. Aprendizaje corporal y preventivo

El ejercicio nos lleva a conocer el cuerpo y su funcionamiento. Saber sobre tu metabolismo es importante para entender tus horarios de ejercicios y alimentación. Es una ecuación que no debes ignorar. Conocer tu cuerpo, tu máquina, es vital para entender y proyectar tus próximos años o décadas. Construye ahora lo que quieres disfrutar a tus 40s, 50s, 60s, 70s, 80s o 90s, a plenitud.

7. Cero riesgos

Al entrenar en casa o en espacios naturales promoverás en tu entorno una cultura saludable de ejercitarte manteniendo la distancia necesaria. No es necesario correr tan pegado a alguien cuando puedes hacerlo junto, pero a distancia prudente. O corres o conversas. No es cómodo, ni efectivo correr hablando. Recuerda que tanto al hablar y exhalar el virus se propaga. Sé cauto con las distancias en el ejercicio al aire libre. En tal sentido, si quieres hacer algo en pareja o en grupo, la bicicleta puede ser una alternativa, pues la distancia entre una y otra es obligatoria para un buen recorrido. Mantén siempre el espacio prudente, aun cuando te bajes de ella y converses con tus amigos ciclistas durante un descanso.

8. Control de avances y espacios

El ejercicio en casa favorece un mayor control de tus avances, porque tú estás obligado a ser tu propio personal trainer y nutriólogo. Necesitas organizarte con un buen uso de los espacios. No recargues todas tus actividades en un solo lugar, sino te volverás preso de la monotonía. Destina un solo espacio a los ejercicios, otro al teletrabajo, otro al relajamiento y así.

9. Genera empleabilidad

Si luego de leer todo lo anterior te preocupa no tener los elementos o la capacidad para hacerlo solo, es oportunidad de contribuir con el emprendimiento de muchos aficionados o profesionales que se han dedicado al entrenamiento en línea, a los consejos y a la venta de artículos para el ejercicio en casa (que, ojo, no debería ser lo mismo que ejercicio casero). Apóyate en los conocedores y navega en Instagram, Youtube o Tik Tok y cómprale a los emprendedores serios, aquellos que no se quedarán tranquilos hasta que no estés satisfecho con lo comprado y siempre te pregunten ¿todo bien? ¿cómo te va con esto o aquello? Haz de tu beneficio el de los demás. Así nos damos la mano todos.

10. Sé el influencer de tu propia vida

Si ya eras fan de las redes sociales y tus selfies eran parte tus actividades diarias, lleva hacia ellas el ejercicio y tu nuevo estilo de vida. Conviértete en un influencer de ti mismo y luego de los demás. El adquirir un hábito saludable y difundirlo es mejor que publicar una foto frívola contraviniendo las medidas de bioseguridad del gobierno. Ser el rebelde del colegio ya no es cool en tiempos de pandemia. Sin embargo, ser una referencia para otros, animarlos y estimularlos a salir del sofá o la cama, sea cual sea tu edad, es más productivo, humano y plenamente empático. No olvides que una de las lecciones que la pandemia nos debería dejar es el respeto por la salud y la conciencia de envejecer lo más saludable posible, no la colección de fotos de “mis viajes durante la pandemia”. Dile no a la vida sedentaria, aprovecha el tiempo y anima a los tuyos a seguirte en ello. El agradecimiento vendrá junto con los resultados que logres, sé feliz con ese kilo de menos o de más que hiciste posible, pero no pares, ni te obsesiones. De a pocos se llega lejos.

 

 

 

Kristhian Ayala Calderón, Mtro. en Estudios Culturales por la PUCP. Comunicador social por la USMP. Profesor universitario en el área de Letras y Humanidades. Autor del libro: El Periodismo cultural y el de espectáculos. Trayectoria en la prensa escrita. Siglos XIX y XX y la tesis Representaciones de la nación en la caricatura política del siglo XIX (1893-1896), actualmente, en proceso editorial. Crítico cultural de cine, teatro, temas sociales y escritor de narrativa urbana para el portal de La Mula. Temas relacionados: Cultura y sociedad, cultura y poder e historia. Actualmente es Jefe del Departamento de Comunicación y docente del curso de Redacción Académica en la UCSS.

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