Ciudadanía y entidades públicas trabajando juntas por el desarrollo: los alumnos de los diplomados en Gestión Pública y Desarrollo Económico Local realizados por el Centro de Investigación y Desarrollo Innovador para la Regionalización de la UCSS, CIDIR, se unieron y se organizaron para superar la adversidad e impulsar su propio desarrollo:
El diplomado alumbró cuatro proyectos. El más importante es la creación de la Oficina de Desarrollo Económico Local, que ya obtuvo el presupuesto necesario para su implementación.
Lo mismo ocurrió con los otros tres proyectos: crear circuitos gastronómicos en el asentamiento humano San Isidro; formar una empresa de crianza, producción y comercialización de la carne de cuy y usar los desechos como abono orgánico; así como construir la alameda de la integración, corredor turístico, cultural, gastronómico, de recreación y deporte que une los asentamientos humanos del distrito. “Antes del diplomado, al gobierno local lo veía como un ente recaudador. Después del curso entendí que todo lo que implique desarrollo beneficia a mi empresa”, afirma Héctor Maizondo, dueño de una cadena de establecimientos de pollos a la brasa.
El reportaje del Diario El Comercio sobre esta experiencia que se dió en las comunidades de Grocio Prado y Pueblo Nuevo en la localidad de Chincha, región Ica, da cuenta de este y otros logros:
“Nosotros como sociedad civil queremos ser los impulsores de nuestro desarrollo. Conocemos cuales son nuestras necesidades. Esa es nuestra ventaja”, señala Patricia Quispe AIma, dirigente del asentamiento humano Húsares de Junín.
Quispe no puede contener el orgullo por los niños de su comunidad, integrantes de la Escuela de Ciudadanía de la ONG española Cesal Cooperación al Desarrollo, que lideran las iniciativas planteadas al municipio distrital.
Ellos querían una comunidad saludable. En el último proceso del presupuesto participativo plantearon la recanalización de la acequia Ñoco, permanente foco infeccioso plagado de desperdicios. y lo consiguieron.
También consiguieron un lugar para jugar y evitar caer en las drogas y el pandillaje. Con llantas que ellos mismos reciclan y compost elaborado también por ellos le ponen color a su pequeña plaza.
El reportaje completo: