DE BRUJAS Y DIFUNTOS

Desmitificando el Halloween en la tradición cristiana.

REDACCIÓN CAMPUCSS

 

Halloween es una celebración que se ha distorsionado a través del tiempo, y es que se da un día antes del Día de todos los santos, es decir el 31 de octubre».

 

A través de películas, mitos y otras historias urbanas, ciertas celebraciones han sufrido un cambio a lo largo de los años, deformando las fiestas que hoy celebramos, por ejemplo: Halloween, el Día de todos los santos, y el Día de los muertos. Por ello, el Vicerrector Administrativo de la UCSS, P. Dr. Giampiero Gambaro, nos explica el origen de dichas celebraciones, el significado que tienen para la Iglesia y los valores que deberían  rescatar los jóvenes, más aún, siendo Perú una tierra de santidad.

Según el P. Gambaro, Halloween es una celebración que se ha distorsionado a través del tiempo, y es que se da un día antes del Día de todos los santos, es decir el 31 de octubre. Esta proviene del vocablo inglés antiguo y significa: ‘La vigilia por el Día de todos los santos’. Además, afirma que fue insertada en el siglo IX, en el calendario romano de la era cristiana y tuvo influencias de monjes de la Iglesia europea y  sacerdotes irlandeses que conforman la sociedad misionera, como San Columbano.

“En este contexto el Papa creyó oportuno fijarse en dicha fiesta, pero en el proceso de empujar esta liturgia, se convirtió en una figura mitológica que se encontraba en las leyendas célticas o gaélicas. Desde allí empezó una cierta confusión, entre el objetivo y los recursos”, reveló.

Nos cuenta, además, que en su niñez, sus parientes de ascendencia escocesa e irlandesa que vivían en Estados Unidos, celebraban el Halloween con calabazas y velas dentro. Sin embargo, el objetivo no era el mismo, no tenía relación con cuestiones de índole demoníaca o hechicería, sino todo lo contrario. Para el  Padre Gambaro, era la fiesta de la alegría que brota de la Obra de Dios en nosotros, todo lo que Él nos ofrece, el consuelo, las enseñanzas, la sed y hambre de justicia. Por lo tanto, piensa que sería interesante que a través de catequesis las iglesias pudieran recuperar el verdadero significado de esta fiesta.

 

El Día de todos los santos

 

Esta ‘pobreza’ es el camino para que Dios pueda obrar conmigo, en mí. Son mis errores, mis insuficiencias, que me dan la posibilidad de entrar en el misterio de la obra de Dios en mí”

 

El 1 de noviembre, luego de la vigilia, se celebra el día de todos los santos para conmemorar y festejar la santidad de Dios, que, de acuerdo con el cristianismo, responde al por qué son los débiles los que representan la figura de los santos y no los fuertes.  Si recordamos la historia, tenemos a Jesús, por lo tanto a Dios, en una cruz, despojado de la belleza, éxito, o fortaleza alguna.

Ser santo no es sentirse mejor que todos, con mucho poder. Para la Iglesia, la santidad es algo completamente distinto. El P. Giampiero, nos brinda la respuesta a la pregunta sobre la figura de los santos: “¿Por qué somos nosotros santos cuando lloramos, cuándo somos pobres, cuándo tenemos problemas e incertidumbres? Esta ‘pobreza’ es el camino para que Dios pueda obrar conmigo, en mí. Son mis errores, mis insuficiencias, que me dan la posibilidad de entrar en el misterio de la obra de Dios en mí”, explicó.

El teólogo y uno de los primeros padres de la iglesia europea, San Irineo de Lyon, decía que la gloria de Dios es el hombre que vive. En tal sentido, Gambaro nos lleva a reflexionar qué se entiende por vida y qué se entiende por gloria, ya que comúnmente se piensa que la gloria de Dios se encuentra más allá de la vida concreta o de la experiencia de los seres humanos. Sin embargo, los cristianos la pueden y deben encontrar aquí, en la tierra.

Por otro lado, menciona que existe una particularidad entre algunos  santos, poniendo de ejemplo a San Pedro y a San Pablo, quienes no encontraron el camino hacia la santidad sino hasta después de ciertas humillaciones, de sentirse perdidos, débiles, desnudos sin saber qué hacer, condiciones que los hicieron reflexionar sobre su prójimo, incluso la traición al Señor. Además, al ser el Perú un país de Santos, brinda algunas recomendaciones para la juventud.

“Creo  que los jóvenes deben estudiar las vidas de los santos y encontrar los perfiles de personalidad de estos hombres y mujeres, encontrando similitudes en las que puedan reconocer sus fragilidades. En la actualidad, existe el pensamiento de sentirse con incertidumbre hacia el futuro, ser frágil, no sentirse capaz de lograr algo significativo […]  Es un buen punto de partida para que uno pueda encontrarse con el Señor, puede ser una respuesta al misterio de nuestras fragilidades”, manifestó.

Asimismo, afirma que los santos peruanos hablan de debilidades, y recordó a San Martín de Porras, quien sufrió el racismo y la discriminación. Su experiencia fue un camino de dignidad, no de ser aplastado por una cultura poco cristiana. Se encontró con Dios y no por ser frustrado, el encuentro con el Señor es formidable, señala, y nos puede llevar a una generosidad extremadamente profunda. Para el P. Gambaro, la santidad finalmente significa tener confianza en este Dios. 

 

El Día de los muertos

 

Hay una continuidad entre santidad y muerte porque después de la muerte hay una inmortalidad. Es una chispa de inmortalidad dentro de nosotros en la tierra, esa misma chispa se celebra en el día de los muertos recordando a nuestros difuntos”

 

Por consiguiente, y finalizando la celebración de todos los santos, el 2 de noviembre es el día en que conmemoramos a los muertos. En países latinoamericanos podemos observar que se celebra esta fecha, en unos más que otros. Esta celebración, también tiene un significado que radica en la santidad y en todos los seres humanos.

“Hay una continuidad entre santidad y muerte porque después de la muerte hay una inmortalidad, una sed de inmortalidad dentro del hombre, dentro de nuestra experiencia. La investigación, la curiosidad de ponerse preguntas más y más profundas y complejas. […] Es una chispa de inmortalidad dentro de nosotros en la tierra, esa misma chispa se celebra en el día de los muertos recordando a nuestros difuntos”, declaró el P. Giampiero, respecto al espíritu de dicha celebración.

Asimismo, menciona que deberíamos poner en evidencia las características reales y eliminar el mito sobre la muerte y la santidad. La santidad no se encuentra después de la muerte, no es la liberación de un cuerpo o de un alma que ha sufrido en un cuerpo enfermo.

“La muerte es una continuidad de nuestra experiencia, el catecismo dice que existe un Juicio Particular, juicio que nos hacemos a nosotros mismos, preguntas que reflexionan sobre la vida ¿Por qué he vivido? ¿Ha sido importante para mi guardar muchas cosas o ser generoso? Si la muerte, como liberación, es el sentido de celebración de estas fiestas, creo que deberíamos recuperarlo como un tema más bíblico”, explicó.

Finalmente, para el P. Giampiero, el tiempo en la tierra es el tiempo donde podemos adelantar y saborear la eternidad. Es la razón para luchar por una vida humana más rica aquí en la tierra, y no después de la vida.

 

La muerte es una continuidad de nuestra experiencia. como liberación, es el sentido de celebración de estas fiestas».

 

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