REDACCIÓN CAMPUCSS
No solo somos lo que comemos, sino también cómo comemos. Ser desordenado o abusar de la comida chatarra nos pasará la factura tarde o temprano. Y si nuestras defensas se valen de la alimentación que llevamos, las complicaciones no solo serán gástricas, sino de todo el cuerpo.
Cada invierno aumentan las gripes y enfermedades pulmonares, sobre todo en ciudades costeras como Lima, donde el Senamhi pronosticó niveles de humedad superiores al 90%, mañanas con neblina y lloviznas constantes hasta finales de agosto.
En julio, a veces basta con una gaseosa helada o dormirse con las ventanas abiertas para coger una fuerte gripe y pasar un susto por el Covid-19, pero según Luigi Meléndez, Nutricionista de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, todo depende de mantener nuestras defensas fuertes y seremos capaces de soportar el frío y la humedad que nos depara, mínimo, por otros dos meses.
En invierno es cuando más necesitamos confiar en nuestro sistema inmune y para tenerlo fuerte y siempre listo, el experto nos brinda cinco consejos para que consideres en tu alimentación diaria contra el frío:
1. Aprende a controlar tu Índice de Masa Corporal
El Índice de Masa Corporal (IMC) es la relación entre el peso y la talla. Se trata de una fórmula matemática que cualquiera puede hacer con el teléfono: Tu peso dividido entre tu talla elevada al cuadrado (Kg./m.2), que sirve para evaluar nuestro estado nutricional.
Un IMC saludable tiene que dar como resultado entre 18.5 y 24.9. Si te salió entre 25 a 29.9, entonces tienes sobrepeso, o sea, por encima de tu peso ideal. Las tres fases de la Obesidad se consideran entre resultados de 30 a 40.
2. Sobre todo en invierno, corrige tus hábitos alimenticios
“Controlar los azúcares que ingerimos es vital. Para diabéticos y en general, los valores de glucosa deben estar por debajo de 100, pero cuando hay sobrepeso u obesidad, suben a niveles dañinos que pueden causar hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares o infartos”, sostiene el nutricionista de la UCSS.
Algunos psicólogos y pedagogos consideran negativo para un niño los gestos de cariño enfocados a su peso, como pellizcar sus cachetes, decir que “gordito” se ve bien, hacerlo algo tierno en vez de un problema de salud. Si al niño le gusta, puede normalizarlo y convertirse en hábitos peligrosos de alimentación.
3. ¿Qué hacer con los casos de anemia este invierno?
Considerando que la mayoría de casos de Anemia están relacionados a la pobreza en la que viven sus familias, casualmente de los alimentos más nutritivos que podemos encontrar en mercados, como las menudencias, sangrecita y ciertas verduras, son también de los más baratos.
La clave para combatir la anemia y la desnutrición está en combinar grupos de comidas sanas, como vísceras, sangrecita, menestras, frutas, verduras y grasas de origen natural. Todos estos productos los encontramos a precios muy cómodos en la gran mayoría de mercados.
4. No necesariamente los alimentos más caros son los mejores
Por supuesto que a mayor calidad, se nota en los costos de los productos pero el nutricionista de la UCSS se refiere a ejemplos como preferir una limonada, mucho más barata que una gaseosa. Igual las frutas (ensaladas o jugos) contra las golosinas.
“Que las apariencias no nos sugestionen. Un plato de Sangrecita puede salir tan rico como un corte de lomo de res o cerdo, y además es mucho más nutritiva y súper barata en mercados. También las menestras, más cómodas y nutritivas que comidas con conservantes”, asegura Meléndez.
5. Podemos comer de todo pero prefiere “alimentos esenciales”
Un vaso de limonada o uno de gaseosa, por el hecho de tener nutrientes que necesita el cuerpo, son alimentos (en el caso de la gaseosa, el azúcar y su glucosa), pero los hay esenciales y no esenciales. Se hacen dañinos por la cantidad que consumimos. Por ejemplo, los satanizados carbohidratos. También necesitamos grasas, frituras y harinas, pero en cierto punto.