Redacción CampUCSS
La Semana Santa es una de las festividades de mayor importancia para la Iglesia y tiene una gran influencia en las tradiciones y costumbres locales, donde cada región del país, incluida la capital, tiene una manera distinta de conmemorar estas fechas.
Sin embargo, con el transcurso de los años, las actividades que otras generaciones realizaban se fueron perdiendo. Por eso, el Prof. César Cortez, de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UCSS, nos cuenta sobre aquellas tradiciones.
Costumbres que se perdieron
El profesor e historiador César Cortez asegura que cada vez hay menos asistentes a las misas de penitencias que se realizan los Lunes y Miércoles santo, ambos días simbolizan la preparación de la muerte de Cristo.
Por otro lado, refiriéndose a la indumentaria, detalló que el vestirse de negro, como señal de respeto por la muerte de Cristo, es una costumbre casi obsoleta. Sin embargo, en algunas localidades del norte del Perú se conserva esta tradición.
Destaca también la manera en que se perdió la costumbre de las emisoras radiales de colocar música clásica y reflexiva el Viernes Santo, en el que todas las radios hacían un alto a su programación habitual para promover, con ello, la reflexión en casa.
Finalmente, afirmó que las costumbres de celebraciones religiosas fueron cambiando con el tiempo para convertirse en fiestas folclóricas que se realizan en el interior de los barrios o comunidades.
Costumbres que aún se mantienen
Cortez también analizó las actividades típicas que hoy en día se siguen practicando. Una de ellas fue el sermón de las 7 palabras, que viene a ser una reflexión sobre las últimas palabras de Jesucristo cuando estaba en la cruz y que, además, es de origen peruano.
Del mismo modo, aún se conserva la ruta de visita de las 7 iglesias que deben realizarse entre el Jueves y Viernes Santo. Durante estas fechas los fieles recorren las iglesias a modo de Vía Crucis para reflexionar sobre la pasión de Jesucristo.
Por último, durante el Jueves Santo, una de las actividades más tradicionales es la ceremonia del lavado de los pies que el propio Jesucristo realizó a sus apóstoles, como símbolo de hospitalidad, humildad y purificación.