Entrevista al vicerrector administrativo, R.P. Dr. Giampiero Gambaro.
REDACCIÓN CAMPUCSS
Fraile franciscano capuchino, Giampiero Gambaro nunca pasa desapercibido. Su altura destaca entre el promedio con un constante vaivén entre el campus de la UCSS y sus actividades cotidianas como vicerrector administrativo. Hoy está en Lima, en unas horas en Santa María, Huaura, y en unos minutos organizando sus acostumbradas visitas a las filiales de la sierra y la selva. Este genovés que ha acogido su misión en el Perú con el mismo desafío que sus ancestros navegantes, que enfrentaron los mares y unieron culturas, nos brinda un momento para responder sobre su experiencia y sus sueños con la UCSS, en la cúspide de los 25 años de su fundación.
¿Alguna vez se imaginó realizando una misión como la que realiza en la UCSS?
Absolutamente no, pero los frailes franciscanos capuchinos estamos aptos para cualquier misión, incluso trabajar en el ámbito universitario.
¿Qué es lo que más le gusta de su misión en la UCSS?
Lo que me gusta más es trabajar con los jóvenes y para los jóvenes. El Perú tiene una gran población juvenil con mucha energía y posibilidades para el futuro. Como se dice, es un país en constante construcción. Trabajar para este propósito es lo que más me gusta.
¿Cómo se proyecta la UCSS de cara a los próximos 25 años?
Es difícil hacer proyecciones tan largas en el Perú, en medio de constantes sorpresas políticas. Sin embargo, de aquí a 25 años me gustaría que la UCSS sea una institución académica reconocida por su excelencia educativa, por su calidad de la enseñanza y que sepa también equilibrar la parte humana (espiritualidad, emociones, sentimientos) y la parte tecnológica.
Se habla mucho de la inteligencia artificial, muy importante, sofisticada, complicada. Frente a la cual, nosotros, los seres humanos, tenemos la inteligencia natural, que tiene más valor ante la artificial, aunque a veces nos perdamos un poco en el celular, privilegiando la tecnología. En este aspecto, sueño con una universidad que pueda servir bien a los jóvenes.
¿Cómo le gustaría que la UCSS sea reconocida en la sociedad a nivel nacional e internacional?
Me gustaría que la humanidad que compartimos en nuestras aulas sea cada vez más reconocida. Esto implica también una mejor investigación, una proyección social más definida y una experiencia más próxima al centro de nuestra comunidad universitaria, como algo precioso y bonito. Uno de los temas importantes para las universidades hoy es la fidelización. Cuando yo era jóven y estudiaba no veía la hora de terminar mi pregrado y decirle adiós a la universidad. Actualmente, es muy distinto. En todo el mundo, a los egresados les interesa guardar una relación amical y profesional para crecer en el conocimiento. Me parece crucial hacer que nuestra comunidad universitaria logré involucrar también a los egresados más y más. Es un desafío importante, pues ellos son nuestra cara en el mercado laboral, en las instituciones, en las familias, empresas, etc. Deben ser, así como los alumnos, docentes y administrativos, parte de esta gran comunidad que estamos construyendo. Y construir comunidad es una de las cosas más complicadas que podemos imaginar.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta a diario la Universidad?
En el día a día, el desafío es hacer las cosas bien. Cada uno tiene su misión y función específica, debemos cumplir con nuestras ellas de la mejor manera que podamos. Si uno es docente, que sea siempre innovador, que no se estanque. Que entienda que los alumnos no son contenedores de información, de nociones o sabiduría del docente, sino más bien actores y co-creadores de conocimiento. No solo cuando hacen investigación, sino cuando están en clases, con sus preguntas, intercambios, sonrisas, incluso su lenguaje no verbal, aportan al conocimiento que todo el grupo espera encontrar. Cada uno debe ser protagonista en el camino del conocimiento que estamos generando juntos.
¿Cuál es el mayor potencial que la Universidad posee, a su criterio?
Sin duda, el mayor potencial, fundamentalmente, son nuestros alumnos. Esta es una universidad que nació con pocos recursos económicos y humanos; incluso, me atrevería a decir culturales, y claro, si estamos creciendo es porque los alumnos lo han querido así, lo han logrado. La universidad no es una planta de producción de una gaseosa, o de vehículos, donde obviamente las maquinarias e insumos son fundamentales. La UCSS es una institución, una comunidad hecha por personas, de personas y para las personas. Esta es nuestra mina de oro.
¿Podría citar tres acontecimientos que ha atestiguado en la historia de la UCSS?
Llegar a poblaciones que no son atendidas por otras instituciones educativas. Estamos donde nadie quiere estar. Como fraile, me parece que es el mayor desafío misionero que la Universidad asume. La gente que está en las fronteras de la sociedad (geográficas, sociales, económicas, culturales), llamados ‘marginales’ (que se encuentran a los márgenes) son las personas más importantes, pues son más sensibles y aportan más a la sociedad. Creo que esta opción misionera de estar en las fronteras es un tema que vale la pena abordar. En términos del Papa Francisco, cuando hablamos de fronteras no hablamos únicamente de fronteras geográficas, como la amazonía o la altura de los andes, sino también las mentales y culturales.
Cuando no está dedicado a la UCSS ¿Qué pasatiempos tiene y qué le apasiona más?
Me gusta mucho leer y también me gusta mucho, como tradición de la Iglesia Católica que hemos perdido un poquito, practicar la oración mental. Más que un pasatiempo, para mí es estructural y lo aprecio mucho. Asimismo, realizo algunas tareas para mi congregación religiosa, como para el Vaticano.
¿A qué personaje de la historia le hubiese gustado conocer y qué época le hubiese gustado vivir?
Personajes de la historia, no estoy seguro. Pero como soy de Génova, una ciudad marinera, quizá me sumergiría en su historia. Tenemos el puerto más importante del Mediterraneo. En mi cultura y mi experiencia, el mar es muy importante. Quizá me ubicaría en el periodo histórico más innovador y creativo que fueron los años entre 1100 y 1200. Los genoveses fueron prácticamente dueños de la parte oriental del Mediterraneo, sobre todo en la que actualmente llamamos Turquía. Fuimos los primeros en ingresar en la Santa Ciudad de Jerusalem, encabezando las cruzadas. Una época de mucho dinamismo para mi ciudad, para el comercio, para el arte, para la navegación, un tiempo muy fecundo para mi sociedad. Además, es un tiempo importante para mí porque se desarrolló la congregación franciscana, a la cual pertenezco, un periodo muy interesante para toda Europa, pues la economía se desarrollaba bastante, de la mano de la espiritualidad, la filosofía, el derecho y la teología.
Frente al contexto económico actual ¿Qué representa la educación y cómo pensar en ella positivamente en medio de un concepto donde abunda la educación negocio?
La palabra que se utiliza en estos tiempos es ‘crisis’, si lo pensamos a nivel económico. Estamos en recesión, aunque los indicadores nos dicen que estamos saliendo de ella. Y ojalá que así sea. Pero también tenemos la crisis política institucional, típica de la región latinoamericana, que nos afecta. Crisis es una palabra preciosísima, una palabra griega del verbo ‘Krinein’ que significa juzgar. Entonces, cuando estamos en esa situación de fronteras (mentales y culturales) que mencionaba, la inteligencia se hace más aguda y más fuerte. La universidad, en situación de crisis, puede aportar mucho a través de nuestros juicios; es el lugar donde se comparte el conocimiento y para juzgar bien se necesita precisamente el conocimiento. Ojalá podamos aportar al discernimiento de nuestros alumnos y futuros profesionales en la mejor toma de decisiones a la hora de decidir.
¿Café o chocolate?
Bueno me gusta mucho el café, pero prefiero el chocolate, por supuesto. El chocolate es un producto y un alimento muy simbólico. En Italia tenemos Baci Perugina (besos de Perugia), hechos de chocolate. Cuando tú regalas uno de estos no solo se trata de lo que está dentro: el cacao, los procesos del producto y su calidad, sino que regalamos un mensaje mayor que va más allá de la satisfacción de un deseo, se regala cariño y amor. El chocolate es el dulce más importante que tenemos en todas las cocinas, cuando decimos postre decimos chocolate, y puede servir mucho si desde Perú producimos un chocolate de excelencia, como lo hace el Chocolate Maranke, de la UCSS. Yo creo que puede ser un pasaporte, un símbolo de nuestra Universidad en el mundo. Lo utilizamos para compartir con nuestros aliados estratégicos, amigos. No solo es un emprendimiento, se trata de un símbolo, un gesto para disfrutarlo con nuestros amigos. Ahora bien, es difícil la exportación, porque somos pequeños productores y es complicado organizar el comercio con Europa. Sin embargo, se vienen logrando pequeños grandes pasos.
¿Cuál es la riqueza, además del sabor, que tiene Maranke detrás de toda su producción?
La riqueza es, por ejemplo, llevar a Europa no solo el grano de cacao, sino un cacao procesado en el Perú. Es un desafío, ya que el producto peruano todavía no significa mucho para el extranjero. Si leemos “hecho en China” (made in China) sabemos que significa de baja calidad; “hecho en Suiza” (made in Switzerland) es sinónimo de alta calidad; sin embargo, “hecho en Perú” aún no es tan reconocido. Nosotros tenemos la bandera del Perú en el chocolate Maranke, pero poco a poco hacemos que este no solo sea un país que exporta sus materias primas: pescados, agricultura, sino también productos pensados, procesados, una creación que de verdad aporte a una economía. Maranke trabaja asumiendo este desafío.
¿Qué le diría a la comunidad universitaria por estos 25 años?
Que empecemos a hablar bien de nosotros mismos, que los estudiantes hablen bien de su alma mater a sus amigos para que puedan formar parte de nuestra comunidad universitaria. La primera y más importante publicidad somos nosotros mismos, aprendamos siempre a destacar lo mejor que tenemos y vivir sin ningún complejo de inferioridad en nuestro sistema universitario peruano. Que estemos orgullosos, no tanto con las palabras, sino con los hechos, de lo que tenemos, conseguimos y anhelamos. Asimismo, exijamos a nuestros compañeros de trabajo y a nuestros amigos lo máximo, que no se conformen con el día a día y la monotonía.
Mira la entrevista aquí:
R. P. Dr. Giampiero Gambaro, OFMCap, es sacerdote franciscano-capuchino. Nacido en Génova (Italia). Magíster en derecho canónico por la Pontificia Università Gregoriana (Roma) y magíster en economía y administración por la Università Luigi Bocconi (Milán). Asimismo, es doctor en derecho canónico por la Pontificia Universidad Católica de Argentina. Actualmente, es Vicerrector Administrativo de la UCSS. Ha sido decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, y es autor del libro “La Última Semana de Jesús”, así como de suplementos académicos en el Fondo Editorial de la UCSS, (Estidad), y múltiples publicaciones en la revista digital CampUCSS.
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