Por Kristhian Ayala Calderón
“Oh, Señor de Muruhuay, protege a mi chica.
Oh, Señor de Muruhuay, no tengo fe en el Paraíso”
– Mar de Copas.
Seguramente, muchos recordarán su nombre por haber sido parte de la parafernalia de la cultura limeña finisecular, a través de la famosa frase “Guíame, Señor de Muruhuay” que encontrábamos en las calcomanías de cada medio de transporte: en el parabrisas, en el parachoques, como también en pequeños altares dentro, justo de cara al chofer.
Su devoción es muy conocida. Cuentan las crónicas y la tradición popular que en las afueras del poblado de Acombamba, Tarma (Junín) en el abra de la quebrada Tranca, en una pared de roca apareció dibujada una cruz, sobre la que se pintó la imagen de Cristo crucificado, lugar donde hoy se encuentra el Santuario del Señor de Muruhuay, construido en 1928.
Cada 3 de mayo, miles de fieles parten de todos los rincones y se concentran en este peculiar templo hecho sobre la roca, en la cima del pintoresco pueblo de Acobamba, al que llegar significa, desde ya, un desafiante serpenteo por los andes centrales y que muestra las maravillas naturales de sus verdes paisajes en los que sobresalen los farallones de roca.
A diferencia de otras imágenes de culto religioso, Muruhuay tiene la peculiaridad de ser una imagen parcial, aparecida milagrosamente, pero que fue culminada por la mano del hombre. Además, la particularidad del sitio de Muruhuay es que se encuentra en un asentamiento de culturas prehispánicas de miles de años, lo que hace de este paraje uno de los más ricos y bellos de todos los religiosos existentes en los andes peruanos.
Pero ¿Cómo llegó su imagen y se popularizó su frase en el transporte público? Debido a la migración andina a la ciudad de Lima desde los años 40 del siglo XX y, dada la cercanía a Tarma, fueron los propios ciudadanos tarmeños y acobambinos los que popularizaron su culto en la capital y, una vez que el transporte público creció con la informalidad de fines de los años 80 y durante los 90, no era extraño ver el lema que resume el anhelo y la devoción de camioneros y microbuseros creyentes.
Su devoción es tan arraigada y masiva que en 2017 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Su festividad se extiende durante todo el mes de mayo y parte de junio.
Y precisamente, es debido a este arraigo, que su nombre ha trascendido las calcomanías del transporte público y ha formado parte de la letra de una de las bandas de rock peruano más emblemáticas. En el libro homónimo de Mar de Copas, de Fortunata Barrios (2017), narra la anécdota de cómo es que el Señor de Muruhuay aparece en la letra de “Canción”, uno de los temas más queridos y aclamados por los “coperos”, sus fans. “Manolo [Barrios] encontró a Rodrigo Quijano en el bar de costumbre y le narró, conmocionado, una reciente experiencia “místico-romántica”: había visitado el Santuario del Señor de Muruhuay mientras sus compañeros de viaje celebraban, con una pachamanca, el final de una gira de Miki González a Tarma. La noche siguiente, en el mismo bar, Rodrigo le dijo, papelito en mano: “Te tengo un regalo, Está en do mayor con estructura de blues”. Con la letra de Rodrigo, Manolo armó esta canción –una oración, un rezo fatal al Señor de Muruhuay- que terminaría constituyendo el ritual de cierre de los conciertos de Mar de Copas durante una veintena de años”.*
Visiten la hermosa Tarma, donde se encuentra nuestra filial, y dénse un saltito a Acombamba para conocer la milagrosa imagen de una de las devociones más entrañables de nuestro Perú: el Señor de Muruhuay.
Kristhian Ayala Calderón, Mtro. en Estudios Culturales por la PUCP. Comunicador social por la USMP. Profesor universitario en el área de Letras y Humanidades. Autor del libro: El Periodismo cultural y el de espectáculos. Trayectoria en la prensa escrita. Siglos XIX y XX y la tesis Representaciones de la nación en la caricatura política del siglo XIX (1893-1896), publicado en el fondo editorial de la UCSS. Crítico cultural de cine, teatro, temas sociales y escritor de narrativa urbana para el portal de La Mula. Temas relacionados: Cultura y sociedad, cultura y poder e historia. Actualmente es Jefe del Departamento de Comunicación y docente en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UCSS.
Referencias:
*Barrios, F. Mar de Copas. Lima, Penguin Random House, 2017.