EXPERIENCIAS. Está frente a una cámara de rodaje desde los 11 años, ha protagonizado comerciales, series de televisión, películas históricas, comedias, dramas, con los cuales ha obtenido nominaciones y premios en el cine italiano contemporáneo. Alessandro Sperduti tiene ahora 37 años y uno de sus últimos trabajos actorales ha sido desafiante: Interpretar a Dante Aligheri, el poeta y escritor italiano del siglo XI, en la etapa vivaz de su juventud.
Sperduti vino al Perú gracias al Instituto Italiano de Cultura, en la persona de Silvia Vallini, su directora, para compartir el film Dante, dirigido por Pupi Avati, y hacer un conversatorio titulado “Fuera de la selva oscura”, en referencia a un episodio de la Divina Comedia; tanto en Lima como en el campus de Nopoki, de la UCSS. Este último, realizado el 18 de octubre, con una intención intercultural que acabó fascinando y marcando la vida del actor de origen romano, poseedor de una sencillez invaluable.
Conversamos con él a pocas horas de su retorno a Italia y encontramos a un joven que derrochaba conmoción, entusiasmo y alegría; y con quien la entrevista se convirtió en un diálogo cercano y sincero.
Por Kristhian Ayala Calderón
¿Cómo aceptas la propuesta de venir al Perú?
Estoy muy feliz de estar aquí y cuando me pidieron venir no lo dudé porque era la primera vez en Perú y en Sudamérica y porque venía para presentar una película que para mí es muy importante y hemos tenido la oportunidad de presentarla en la selva amazónica, siguiendo la metáfora de la selva oscura de Dante, pero esta vez a una selva totalmente diferente y me gustó muchísimo. Ha sido una experiencia increíble porque me ha permitido conocer aquello que no sabía o tenía una visión europea muy diferente a la realidad. Siento que he ganado mucho con este encuentro.
¿Cuál es esa visión que tenías del Perú versus la que conociste?
Tengo amigos peruanos que me contaban algunas cosas, como la comida (que me gusta muchísimo), pero una cosa es que te lo cuenten y otra cosa es probarla. En Pucallpa comí unos fetuccini en salsa de cacao que estuvo delicioso. Sabía del buen cacao de Perú, pero nunca lo había probado. El chocolate también me ha sorprendido mucho. También sabía un poco de la calidez de los peruanos y la experimenté increíblemente. Me ha pasado que me he sentido como en casa a las pocas hora de mi llegada al Perú.
¿Cómo fue la experiencia de conversar con los jóvenes de Nopoki sobre esta idea de la selva oscura de la Divina Comedia, que es el lugar del pecado y el acecho de las bestias?
Fui a compartir la película de Pupi Avati en la que interpreto al Dante joven, y el título de este encuentro era “Fuera de la selva oscura”. Y encontré una selva totalmente diferente a la idea de Dante. Encontré una selva iluminada por la naturaleza, por los colores que jamás había visto, junto a los estudiantes y profesores de los pueblos originarios. He sido afortunado al encontrarme con diversos pueblos y comunidades de la amazonía. Al principio estaban un poco callados durante el foro tras la proyección de la película, pero luego, cuando interactuamos personalmente, me preguntaban cosas maravillosas de la película. Se interrogaban por qué Dante había escrito la Divina Comedia y por qué era tan importante este amor con Beatriz. Fue un precioso intercambio, pues ellos me comentaban acerca de sus costumbres sus cultivos, la comida y además aprendí un poco a saludar en asháninka, aunque me fue difícil, pero enriquecedor. Son comunidades que buscan preservar su lengua y sus tradiciones y algunas otras que son muy pequeñas y necesitan urgentemente rescatar este patrimonio para sus nuevas generaciones.
Foto: Facebook María Elena Valverde Valderrama
¿Qué te pareció esta labor que se hace en Nopoki?
Es muy interesante, como actor, todo lo que puedo aprender de culturas diferentes. Cuando era estudiante universitario me llamaba mucho la atención la antropología y es lo que hago, de cierto modo, cuando tengo que interpretar a un personaje, contextualizarlo en su cultura y en su ámbito. Lo que vi en Atalaya no era ficción era una realidad que me permitió ver el mundo desde otro ángulo, con aquellos colores del cielo, como si la naturaleza fuese una divinidad. Me llevo a Italia este encuentro maravilloso entre dos mundos diferentes dentro de la misma humanidad.
Como actor, si esta experiencia en Nopoki fuese una «película» ¿Qué tipo de película sería para ti?
Sería una película de formación personal. Estoy en un momento particular de mi vida y estoy aprendiendo cosas nuevas frente a lo adverso. Este viaje llegó en el momento preciso para mí. Me dio la posibilidad de confrontar mis emociones, pero al mismo tiempo me asombró la grandeza del mundo y las culturas y personas que conocí. Sería una película donde yo sería el protagonista de un proceso de crecimiento, que está descubriendo la vida y que está afortunado de conocer un mundo diferente que me regala su calor, su acogida, sus sonrisas. Particularmente, me emocioné mucho en esos días.
Y cómo termina esta película en Nopoki…
Cuando experimentas la adversidad y el sufrimiento es como si tuvieras un velo que te cubre el rostro. La sensación que tengo, ahora que se acaba este viaje, es que, aun cuando me ha conmovido mucho, me tengo que quitar toda aquello que me impida ver la realidad. Voy a tomar todas las experiencias que he vivido, comprenderlas completamente, incluso aquellas cosas que me sacudieron. Pienso que el final y el mensaje de esta «película» es que, siendo que el sufrimiento es parte de nuestra vida, tenemos que estar abiertos a lo que tenemos en frente y no vemos: las personas, la naturaleza, la belleza que nos puede transformar y quitar ese velo.
«Lo que vi en Atalaya no era ficción era una realidad que me permitió ver el mundo desde otro ángulo»
Foto: Facebook María Elena Valverde Valderrama
Algunos refieren que la figura de la selva oscura en la Divina Comedia representan la etapa de los 30 años, en que no se es un novato, ni un anciano, expuesto al peligro, a la oscuridad del pecado. A tus 37 años, crees que estás pasando por tu propia selva oscura?
Definitivamente sí, y por ello es que reafirmo que irónicamente, aun cuando estoy transitando la selva oscura de mi propia vida, he atravesado una selva totalmente iluminada que me ha abierto los ojos. He tenido momentos de soledad y encuentro con la naturaleza que me han emocionado hasta las lágrimas. Estos momentos me costaron mucho más que otros, pero los espacios difíciles son parte de un viaje, son necesarios y más cuando son compensados con la belleza de la selva amazónica. Por ello, ha sido emocionante estar con las personas y sentir el calor humano que me regalaron.
«El cine es un viaje a muchas realidades, como mi viaje al interpretar a Dante y mi viaje a Perú»
Foto: Juan Rubén Ruiz
Has participado en producciones que tienen que ver con personajes históricos, como los Medici, Leonardo da Vinci, San Pablo, entre otros. De pronto, te toca representar al mayor referente de la literatura italiana clásica ¿Cómo fue la construcción de este Dante joven?
Sabía que Pupi Avati tenía pendiente de la grabación de esta película a lo largo de 20 años. De pronto, recibí la llamada del propio Avati diciendo que quería hablarme de este proyecto. Pensé que iba a ser parte del reparto o algo así, pero me dijo que quería que yo fuese el propio Dante en su etapa juvenil. No lo podía creer y le pregunté “¿Estás seguro?” Me dijo que vaya con calma, que lea el guión y que le dijera si me gustaba la posibilidad. No podía leerlo, lo dejé sobre una silla, lo postergaba, pero con la foto de Dante en la carátula que me miraba me daba mucho miedo y respeto hacerlo porque Dante es un personaje enorme. A los dos días, mi agente me llamó preguntándome si ya lo había leído y le dije que no, pero tuve que decidirme. Lo leí, me emocionó muchísimo y ahí comprendí que era algo totalmente diferente al Dante que conocí en la escuela. Era un Dante austero. Era una propuesta más humana y menos rígida de un personaje como él. Me preparé dos meses antes de rodar la película, conociendo el perfil de este Dante. Me volví a leer “La vita nova”, porque el director me dijo que era el camino para poder interpretarlo, ya que era el diario de un joven que se enamora de otra joven. Aparte de tener que leer y ver más y más de Dante. Luego de este tiempo, ya en el tercer mes, comencé a enfocarme con Pupi en el guión y la humanización y el lado emocional del personaje: un lado lleno de sufrimiento y un amor tan sufrido a la vez. Y es precisamente de ese sufrimiento que crea su maravillosa obra como poeta y literato. En tal sentido, el cine es un viaje a muchas realidades, como mi viaje al hacer de Dante y mi viaje a Perú.
¿Cuál es tu escena favorita del film?
Definitivamente una escena que no estaba en el guión. El momento en que Dante visita la tumba de Beatriz y se recuesta sobre ella como un niño. Esa escena la creó Pupi en el momento. Una imagen triste, pero tierna a la vez. Además, es una película en la que he llorado muchísimo (como por dos meses y medio), porque Dante llora en todo momento por el sufrimiento que atraviesa. Pero Pupi me hacía pasar del llanto a la risa y creaba el ambiente más acogedor en el set.
Foto: Trailer Youtube
En tiempos de avances tecnológicos, redes sociales e inteligencia artificial ¿cuál es el desafío de los actores? ¿Aún pueden mover el corazón de los hombres?
Es algo que espero que nunca muera. La belleza es universal. Aun con las nuevas maneras de producir emociones, lo que no puede morir es el intercambio de emociones entre los seres humanos. Si eso muere, muere la humanidad. Tenemos emociones inmediatas, es fácil reír con shorts y reels en redes sociales, es como un mercado de las emociones. Lo que debemos hacer es ver cómo hacer que la tecnología juegue a favor de que el cine y su esencia no mueran. Ni con la inteligencia artificial que puede hacer cosas maravillosas. Es un viaje, una exploración, pero espero que la esencia y la base de hacer cine y generar emociones no cambie.
Alessandro, además de actuar cantas y haces música ¿has pensado en hacer algún proyecto musical en el cine o interpretar a un músico?
Me gustaría muchísimo. Con Pupi Avati pude hacer esto posible en su última película, a la que le puso la banda sonora que me propuso componer. La música para mí es más una pasión que un trabajo y no sé a dónde más me pueda llevar.
¿Qué proyectos se vienen ahora?
Tengo algunas cosas que van a salir, como un documental y luego una serie que se va a estrenar en 2025 en Netflix y está basada en otro libro importante de la literatura italiana grabada en lugares hermosos.
¿Qué banda sonora le pondrías a esta experiencia en Nopoki?
Creo que experimentaría con los instrumentos originarios e intentaría crear algo. Creo que voy a intentarlo desde Italia.
«Ha sido emocionante estar con las personas y sentir el calor humano que me regalaron»
Foto: Juan Rubén Ruiz
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