Sacerdotes genoveses visitan el Perú y destacan la acogida de la UCSS y la riqueza cultural del país.

Fuente: Oficina de Relaciones Internacionales.

Los sacerdotes italianos Francesco Quelloller y Gabriele Barbieri, provenientes de la arquidiócesis de Génova, realizaron una visita al Perú motivada por la amistad con Monseñor Lino Panizza, obispo emérito de Carabayllo, y por el interés en conocer de cerca la experiencia educativa y pastoral de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).

El padre Quelloller recordó que su vínculo con el Perú inició en el año 2012, cuando tras el fallecimiento de su padre viajó junto con su familia a Lima para colaborar en un proyecto humanitario en la diócesis de Carabayllo: la creación del Colegio San Tomás de Valencia en Santa Rosa del Mar. Con el tiempo, este lazo se fortaleció gracias al acompañamiento de Monseñor Panizza.

Tras su ordenación sacerdotal en junio de este año, ambos presbíteros aceptaron la invitación del obispo para regresar al país y conocer de cerca la misión educativa de la UCSS y otras experiencias pastorales. La visita también responde a un encargo del arzobispo Marco Tasca de Génova, quien ha encomendado al padre Quelloller prepararse académicamente con miras a un proyecto universitario en la República Centroafricana, donde podrá enseñar teología y acompañar a comunidades en contextos multiculturales.

En ese sentido, los sacerdotes valoraron especialmente su estancia en Atalaya (Ucayali), donde pudieron experimentar la convivencia con comunidades de diversas tradiciones y lenguas, una realidad similar a la que se vive en África.

“El Perú nos enseña cómo es posible trabajar en contextos muy distintos y, aun así, convivir en unidad. La experiencia en Atalaya nos ayuda a mirar con esperanza lo que haremos en el futuro en la misión africana”, señaló el padre Quelloller.

Por su parte, el padre Barbieri destacó la familiaridad entre docentes y estudiantes en la UCSS, así como el espíritu comunitario que anima a la institución:

“Todo el mundo comparte un mismo sentir, que nace de la fe y que mueve las cosas. Nos ha impresionado la capacidad del Perú de reunir realidades tan distintas en una misma ciudad o región, y eso es una lección que llevaremos a nuestras parroquias en Génova”.

Finalmente, ambos sacerdotes agradecieron la acogida cálida y fraterna del pueblo peruano, resaltando que el país ofrece un testimonio valioso de unidad en la diversidad.

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