Aspectos sociales y culturales en torno al costumbrismo y a lo criollo a inicios de la república

Vilma Bautista, alumna de Turismo y Patrimonio Cultural, nos cuenta detalles poco conocidos de aquella época.

Johann Moritz Rugendas.

Por Vilma Yeny Bautista Quispe.


El sueño de la nación

El Perú, al declararse la independencia de la monarquía española, inicia una nueva etapa como estado republicano unificando la nación y creando nuevos regímenes administrativos. Así como la constitución de 1823 la cual menciona que todas las provincias del Perú formaban la nación peruana, y se protegía los derechos legítimos de cada individuo que haya nacido en estas tierras. Asimismo, la elección del Congreso y presidencia, quien tendría un mandato de cuatro años sin posibilidad a una reelección inmediata, aunque estas normas constitucionales eran cambiadas cada cierto periodo, surgiendo así una inestabilidad política que afectaba la economía. Quienes aún mantenían a flote la economía fueron la élite limeña y los hacendados del norte del Perú, realizando exportaciones únicamente a Chile. Asimismo, existían comerciantes de la zona sur que hicieron un pacto con Gran Bretaña, quienes tendrían un bajo costo en las tasas de aduanas. Esta situación hizo que surjan nuevos movimientos políticos, Andrés de Santa Cruz haría una campaña a favor de la Confederación Perú Bolivia, se propone el fondo del liberalismo económico en apoyo del entonces presidente de Perú José Luis de Orbegoso, la Confederación tuvo escena durante los años 1836 a 1839. Gonzales (2018), diría “Esto afectó negativamente los intereses de los hacendados azucareros del norte del Perú” (p. 15). trayendo consigo una división de la nación peruana, en este contexto aparece Agustín Gamarra, político peruano, quien se opone a la confederación y posteriormente Felipe Santiago Salaverry, quien fue apresado y ejecutado por Santa Cruz. Finalmente, Gamarra fue elegido presidente una vez más y eliminó beneficios para los comerciantes extranjeros y reinstauró el orden político y económico.

 

El rostro de la capital

En este contexto, frente a la inestabilidad política y económica, la sociedad republicana continuaba desarrollándose bajo cambios en las constituciones, los esclavos e indios ahora se dedicaban a la vida militar, y la iglesia perdía poder político y económico en la administración de sus bienes creándose la Junta de Temporalidades, se establecieron reglamentos de policías que resguardaban normas civiles donde los serenos eran quienes cuidaban de las calles. Basadre (2014) afirma que “Lima contaba con 55.627 habitantes, 3.380 casas, 56 iglesias y conventos, 34 plazas” (p. 294), esta fisionomía limeña no cambió hasta la llegada del auge guanero. Por otro lado, era costumbre ver a mujeres cubiertas la mitad del rostro con un manto, las famosas tapadas limeñas, mujeres que usaban saya y manto oscuro el cual eran únicamente hechas en Lima, llegando al ocaso con la moda francesa que era utilizada en eventos como el teatro y visitas elegantes. Asimismo, Lima era vista como una ciudad festiva, por sus medios de entretenimientos, como corridas de toros, pelea de gallos, carnavales y fiestas, entre las que destaca la fiesta de Amancaes celebrada en las pampas del mismo nombre, en el barrio de Abajo el Puente (Rímac), zona donde crecía la flor de Amancaes, una flor amarilla típica de Lima, en estas fiestas no podía faltar las picanterías y chicherías, así como el cultivo de bailes como la zamacueca. Todas estas tradiciones llegaron a ser retratadas gracias a artistas costumbristas.

El desarrollo de las artes, durante esta época, va tomando transformaciones desde el tránsito del virreinato a la república. Mientras que el campo de la arquitectura se paraliza por un largo tiempo, luego del fin del virreinato, tal como menciona Basadre (2014), la ciudad de Lima no tuvo cambios físicos durante mucho tiempo. Sin embargo, la pintura continuaba desarrollándose y mantenía elementos precedentes de la colonia, así como los talleres de Cusco donde era cotidiano encontrar representaciones de la genealogía inca, práctica proveniente del virreinato, cambia su significado en la república. Y, tal como lo indican Majluf & Wufarden (2015) “Aunque siguieron de cerca los modelos anteriores, estas obras no tenían ya la carga política y reivindicativa que motivó el surgimiento del género. Estaban destinadas tan solo a satisfacer el interés anticuario de una creciente demanda turística” (p. 3). Esta afirmación también repercute en Lima ya que la demanda de piezas artísticas sería por los viajeros que deseaban imágenes que representen la sociedad limeña.

 

Entre el costumbrismo y la representación de lo criollo

En este sentido, el costumbrismo tomó popularidad en reproducciones de acuarelas y litografías. Uno de los artistas más populares de Lima fue Pancho Fierro, quien representa el criollismo, costumbres y personajes de las calles limeñas. Sin embargo, un antecedente al costumbrismo sería la colección de acuarelas del Obispo Martínez de Compañón, realizadas en Trujillo durante los años 1780 a 1785, aquellas acuarelas tenían un objetivo científico dirigidas a la política virreinal, representando la flora y fauna local, arquitectura, planos y mapas de ciudades. Posteriormente, con Pancho Fierro, quien según Majluf (2009) habría participado en cursos libres dictados por Javier Cortés en la Escuela Nacional de Dibujo, el costumbrismo, o el arte de representar la cotidianeidad a través de acuarelas que se exponían y vendían a los ciudadanos, adquirió una enorme presencia gráfica y social. Cortés fue un artista que trabajó como dibujante en expediciones científicas entre 1790 y 1798, posteriormente se estableció en Lima, siendo nombrado como profesor de dibujo en la Escuela de San Fernando, este artista también es reconocido por dibujar el primer escudo del Perú, hoy ubicado en el Museo Central. Majluf (2009) diría que “Cortés se constituye en una figura clave, que sirve de bisagra entre la tradición ilustrada de fines del siglo XVIII y el costumbrismo republicano.” (p. 25).

Posteriormente, aparece Ignacio Merino, artista nacido en Piura de familia aristocrática viajó a temprana edad a París, en su regreso a Perú fue maestro de la escuela de dibujo y pintura junto a Cortés, así como también participó en la realización de un conjunto de acuarelas y litografías firmadas por Fierro y Merino. De este modo, Merino también tuvo una gran participación en el desarrollo del costumbrismo limeño. Posteriormente volvería a Europa para continuar con sus estudios académicos y dedicarse al género histórico.

Por otro lado, el retrato es otro tipo de pinturas que cobran importancia junto a José Gil de Castro. Artista formado en el taller de Pedro Díaz, uno de los últimos artistas de la escuela limeña. Gil de Castro cobró fama en Lima, Santiago y Argentina se convirtió en pintor oficial de familias aristócratas y militares. Kusunoki & Wuffarden (2014) afirman que retratos de Don José de San Martín e integrantes del ejército patriota serían los más requeridos. Por su trayectoria fue nombrado “Pintor de cámara del Gobierno del Perú”, convirtiéndose así en un artista muy famoso.

 

Criollismo e identidad nacional

De esta manera, el arte en estos tiempos sirvió de apoyo en la construcción de los imaginarios nacionales, ya que el arte también forma parte de los registros documentales que describen la sociedad y sus costumbres. Así, el arte costumbrista forjaría la definición del criollismo, término que tuvo distinto significado en la colonia, como aquel español nacido en América. Sin embargo, en la república, ser criollo se convirtió en referencia a lo nacional, también en sinónimo de costeño y limeño. Es así que la sociedad peruana, que se encuentra en medio de grandes cambios políticos y de inestabilidad económica, va construyendo una nueva nación, una nueva identidad que, posteriormente, a fines del siglo XIX y gran parte del XX se va consolidando en el arte, la música, la literatura, el periodismo, la arquitectura y la gastronomía.

 

 

Vilma Yeny Bautista Quispe, alumna del curso de Historia y Arte del Perú Republicano.

 

 

Referencias

– Basadre, J., (2014) Historia de la República del Perú (1822 – 1933) tomo 2, Lima, Perú. Cantabria.

– Burke Marcus; Majluf, Natalia (2009). «Pancho Fierro, entre el mito y la historia». Tipos del Perú. La Lima criolla de Pancho Fierro. Madrid: Ediciones El Viso y The Hispanic Society of America.

– Majluf N. & Wufarden L., (2015) El siglo XIX entre tradición y modernidad. Arte republicano, MALI. Lima, Perú.

– Gonzales, D., (2018) Andrés de Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana: Entre la modernización y el frenesí legislativo. Revista de Derecho Themis edición 79. PUCP Lima, Perú

– Kusunoki R. & Wuffarden L. (2014) Un retratista en la era de la independencia, Gil de castro pintor de libertadores. Edición: Museo de Arte de Lima, Museo Nacional de Bellas Artes Santiago. Lima, Perú.

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