Por: Sandra Chuye Yarleque
Hablar de afroperuanidad es remitirnos a la llegada de los primeros africanos traídos por los conquistadores españoles a la zona costera del Perú, desde 1528. Aunque su historia esté marcada por la esclavitud, han logrado atravesar las barreras con una serie de manifestaciones culturales que hoy corren por las venas de la identidad nacional.
Hacia 1700 Lima ya presentaba una fuerte presencia afrodescendiente y era una sociedad llena de aportes culturales que, con el transcurrir del tiempo, reescribieron la identidad de los peruanos. Actualmente, en Zaña (Lambayeque), Barrios Altos, La Victoria, Malambo (Lima), el pueblo de El Carmen (Chincha) y el pueblo Yapatera (Piura) encontramos comunidades afrodescendientes.
Por ello, cada 4 de junio se celebra en nuestro país el Día de la Cultura Afroperuana, gracias a la Ley Nº 28761, promulgada por el Congreso de la República, en el 2006. A continuación descubramos tan solo siete importantes aportes de la afroperuanidad a nuestra cultura:
1. PLATOS TÍPICOS
Sin duda, la cocina peruana es una mistura de sabores, en el virreinato manos esclavas preparaban comidas a base de menudencias y entre los platos más tradicionales encontramos los anticuchos (corazón de la res), la sangrecita (sangre de pollo), el choncholí (tripas) y la chanfainita (pulmones). Un plato representativo es la riquísima carapulcra preparada a base de papa seca y acompañada de carne de chancho o de pollo. Otro plato de influencia afroperuana es el denominado “Morusa”, es una especie de puré de pallares iqueño, lonjas de chancho y tocino. En otras ciudades, como Nazca, se le conoce con el nombre de “charapana”. Un plato típico de la cocina afroperuana de Lima es el tacu tacu, una especie de tortilla gruesa de frijoles y arroz frita en la sartén y acompañada de abundante salsa de cebolla remojada en limón. Teresa Izquierdo, por ejemplo, es una de las figuras de la gastronomía que dio vigencia y continuidad a la tradición afroperuana en la gastronomía nacional.
2. MÚSICA
Una de las características primordiales de las danzas afroperuanas es el lenguaje rítmico, su difusión en la identidad nacional data de la segunda mitad del siglo XX. Los cuadros pintados por el afrodescendiente Pancho Fierro, son la única referencia de la música afroperuana registrada desde el virreinato, donde se puede apreciar la característica del baile y los instrumentos.
Géneros musicales, como: amor fino (competencia musical acompañada de un guitarrista), el canto de Jarana (cantantes de la marinera limeña establecían una competencia literaria y musical), la copla (se cantaba o recitaba en el intermedio de la marinera norteña), la cumamana (a veces se cantaba en competencia y trataban todo tipos de temas) y las décimas (forma literaria que trata todo tipo de temas con sutil humor, mostrando destreza literaria e ingenio que cuando se cantan se les llama “socabón”).
La música afroperuana estudiada y reinterpretada por Victoria y Nicomedes Santa Cruz, y posteriormente impulsada por grandes representantes, como Porfirio Vásquez, José “Pepe” Vásquez (hijo de Porfirio), Lucha Reyes, Susana Baca, Eva Ayllón, Ronaldo Campos, Lucila Campos, Caitro Soto (interprete de la canción “Tora mata”), Arturo “Zambo” Cavero y los inolvidables Ballumbrosio, entre otros grandes, han revivido ese folclore negro típico peruano.
3. DANZAS
La alegría, la energía y la festividad son característicos en los bailes afroperuanos. Entre sus danzas representativas encontramos el festejo, alcatraz y el inga (danza erótica/festiva), baile ‘tierra o golpe ‘tierra’ (vigente en Zaña), agua’ e nieve (zapateo competitivo), danza de pallas (danza colectiva femenina), atajo de negritos (danza colectiva masculina), el landó (de ritmo muy complejo), son de los diablos (danza carnaval que representa al Diablo), el tondero (baile de parejas), la zamacueca (danza de corte erótico-festivo).
4. PRESENCIA RELIGIOSA
La devoción al Señor de los Milagros es la expresión religiosa más representativa del Perú en el mundo y lleva consigo un enorme componente afroperuano desde sus inicios. La imagen fue pintada por un afrodescendiente de origen angolés y los cánticos que acompañan la procesión tienen una reminiscencia africana innegable. Y es precisamente en la procesión que la presencia afroperuana se hace más visible en las calles vistiendo el tradicional hábito morado. Desde la fe y devoción la presencia afroperuana ha sido aún más notable con la figura del primer santo afrodescendiente en América, y que nació en Lima: San Martín de Porres, un mulato hijo de afroperuana y español ingresó como fraile a la orden de los dominicos y pese al prejuicio de la época llegó a ser el elegido de Dios y representante de la nueva fe en este continente.
5. POSTRES
La población afrodescendiente estuvo ligada a la dulcería desde los inicios. Muchos de los postres de este origen provienen de la región de Chincha y Zaña. Hasta la fecha destacan: el ranfañote, uno de los postres más antiguos de Lima vinculados al tiempo del virreinato. Cuenta la historia que preparaban este postre para “buscar entretener los dientes” estaban hechos de pan duro fritos en manteca, roseados de miel, que luego se acompañarían de pecanas y nueces. En un primer momento estuvo vinculado a las clases populares y su nombre fue tomado de forma despectiva. Sin embargo, después fue preparado en el interior de los conventos de Lima. El frejol colado, es otra delicia nacida de manos afroperuanas, y es un dulce típico de la Semana Santa en Chincha y Cañete. El Turrón de Doña Pepa, dulce tradicional que acompaña la festividad de El Señor de los Milagros, y que data de 1800, está ligado a la historia de la esclava, Josefa Marmanillo quien pidió al Señor de los Milagros que la curara de un mal que padecía, en retribución al favor realizado, y tras habérsele revelado en sueños la receta, Josefa creó este magnífico y original postre que hoy se vende a lo largo del año. Finalmente, la Chapana, dulce chinchano que se prepara en base a yuca, chancaca, anís y es envuelto en hojas de plátano, un bocadillo presente en las calles de Lima.
6. INSTRUMENTOS MUSICALES
La música afroperuana es todo un conjunto de arte popular. Por ello, hablar de los instrumentos que le dan “ritmo, color y sabor” merecen ser vistos de manera particular. Así, tenemos por ejemplo:
Cajón peruano: Fue prohibido en la época de la esclavitud por considerárselo pagano y para evitar que se cantase el “panavilo”, un tipo de canción que mostraba los lamentos de la condición de esclavos. Actualmente, desde el 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación y desde esa fecha se lleva a cabo el Festival Internacional del Cajón, instrumento de origen peruano presente, además, en el folclore español y en los ritmos caribeños
Checo. Calabaza pequeña: de 60 cms. de diámetro, se toca para acompañar el baile de tierra en Zaña, de igual manera para el landó y el festejo. Sus singulares sonidos son parecidos a los del cajón. Cajita afroperuana: En los cuadros de Pancho Fierro se observa a unos de los músicos tocando este instrumento. Fue declarada Patrimonio Cultural el 28 de diciembre de 2007, consta de una caja de madera con tapa sujeta a una manija y se toca con un palito de madera. Huiro: Calabaza alargada que presenta unas ranuras que se raspan con un instrumento de madera. Su presencia data desde el S.XVIII. Quijada de burro: Curioso instrumento de percusión que se golpea para hacer sonar los dientes que se encuentran flojos y produce un sonido peculiar y alargado. El zapateo: es considerado paso de baile, sin embargo, el golpe rítmico que hace al suelo genera sonidos como de los instrumentos de percusión.
7. LITERATURA, ARTES Y DEPORTE
Un legado educativo para la cultura peruana son los diversos, ingeniosos y pícaros poemas, poesías y décimas de Don Nicomedes Santa Cruz, afrodescendiente ilustre que rescató y difundió su cultura, y en cuyo homenaje se instituyó el Día de la Cultura Afroperuana en la fecha de su onomástico (4 de junio). Quién no recuerda la tradicional poesía “A cocachos aprendí” o “Como has cambiado pelona”, que marcaron muchas generaciones y aún siguen vigentes. De igual manera, la tradición de recitar las décimas aún continúa en los departamentos del Norte (Lambayeque y Piura), en Lima y Arequipa. El gran tradicionalista Ricardo Palma también era afrodescendiente. En el arte, además de la música, también tenemos a exponentes como el pintor José Gil de Castro y el costumbrista Pancho Fierro.
Y, sin duda, en el deporte han brillado glorias en el vóley, como en el fútbol: Lucha Fuentes, Cecilia Tait, Ángela Leyva, Teófilo Cubillas, Sandro Baylón, Paolo Guerrero, entre muchos más.