Hace 106 años nació uno de los bandoleros más entrañables de la historia del Perú
Mag. Kristhian Ayala Calderón
Tenía apellido de presidente y era un ladrón como pocos. Luis Pardo Novoa es uno de los más importantes personajes populares del tránsito del siglo XIX al XX en el Perú. Una época marcada por los grandes inventos, la reconstrucción nacional, la república aristocrática, la industrialización y el resurgimiento de la clase obrera. Luis Pardo “El bandolero” inspiró a la prensa y a la literatura nacional, no solo por el hecho de sembrar temor y admiración en los caminos de la sierra norte del Perú, sino por su compromiso social con los pobres, con quienes repartía el botín que obtenía del asalto a los ricos y poderosos.
Cuenta la leyenda
Nació un 19 de agosto de 1874 en Chiquián, Ancash, y perteneció a una familia de hacendados, políticos y montoneros (su padre luchó en las fuerzas caceristas contra Piérola durante la guerra civil y su abuelo fue alcalde de Chiquián) ¿Cómo se volvió un bandolero tan famoso? Cuenta la leyenda que fue tras la muerte por traición de su padre, noticia que lo sorprendió a su regreso a Chiquián tras haber realizado sus estudios en Lima, que el joven Luis Pardo cobró venganza, acabó con la vida de los asesinos de su padre y dio inicio a su carrera hacia la fama que lo convirtió en legendario ladrón durante las primeras décadas del siglo XX en los pueblos de la costa y la sierra norte.
“Por aquí pasó”
La figura del bandolero justiciero, del Robin Hood peruano, se volvió mitológica. No había pueblo que no tuviera su propia historia con él, al punto que “Por aquí pasó Luis Pardo” era un sello que tenía visos de bendición al ser alentado por la tradición oral en cada rincón. La imagen de Pardo nos recuerda esa necesidad de la figura del líder combativo, precursor, rondero y, sobre todo, querido por sus nobles objetivos, que todo político y politiquero anhela hoy por hoy. Tomó la distribución de la riqueza por sus propias manos y fue elevado por pueblo al culto heroico. Luis Pardo no actuaba en banda, sin embargo cobraba cupos a los gamonales y hacendados. Murió hace 106 años en una emboscada del ejército y sus enemigos (para tener una idea de las dimensiones de su persecución). Tenía 35 años y su juventud y forma de muerte (mientras escapaba a nado por el río) recuerdan al querido Javier Heraud, poeta joven que muriera a manos del ejército en Madre de Dios. Pardo quiso, como Javier, una transformación social a la cual dedicó su juventud.
El héroe mediático
Tras su muerte, Pardo se convirtió en una leyenda romántica llena de hazañas y pasajes épicos. El 23 de septiembre de 1909 se publica en ‘El Tunante’, del poeta Abelardo Gamarra, «El Canto de Luis Pardo» que, en once décimas, cuenta la vida Pardo, la muerte de sus padres y la de ‘Andarita’ (el amor de su vida que pone la cuota de romanticismo en su historia). El naciente cine mudo peruano estrenó, en 1927, “Luis Pardo”, uno de los hitos de la historia del cinematógrafo en el Perú. Se compusieron canciones, como “El bandolero del Norte”, compuesto e interpretado por ‘El trovador andino’; “Luis Pardo» o «Andarita», vals de la guardia vieja interpretado por Montes y Manrique y varios conjuntos musicales de todos los tiempos, entre ellos ‘Los troveros criollos’, cuya letra rezaba: “…Por eso es que yo quiero al niño, amo y respeto al anciano, al indio que es como mi hermano, le doy todo mi cariño. Yo tengo el alma de armiño, cuando veo que se explota toda mi cólera brota y de tristeza me indigno, cual una araña maligna, que hoy aplasto con mi bota… yo soy, señores, Luis Pardo, el famoso bandolero”. Con motivo de los 100 años de su muerte se realizaron otros productos y homenajes, uno de ellos es el documental “Los caminos de Luis Pardo”, del cineasta ancashino Roberto Aldave.
Entender la historia de Luis Pardo en el contexto actual de inseguridad ciudadana y delincuencia resulta un ejercicio de ironía e ingenuidad, pero su existencia en la memoria popular llama la atención por la connotación social en que su figura se impuso, dejando atrás la imagen del caudillo que llegaba al poder y el militarismo del siglo XIX. La aparición de un Luis Pardo fue inevitable en plena reconstrucción nacional tras la derrota sufrida en la Guerra del Pacífico y, en medio del discurso del progreso y la nación gloriosa de Cáceres y Piérola, se convirtió quizá en la historia más mediática en tiempos del cine mudo, la poderosa radio, el apogeo del vals y la prensa combativa de un Perú lejano, pero no ajeno, que, de no haber sido por su muerte, tal vez lo hubiese llevado muy cerca al poder.
Luis Pardo, Froilán Alama, Elías Tácunan, entre otros, son personajes regionales que la historia oficial se ha encargado de «olvidar», pero que aún viven en la memoria colectiva de muchos peruanos.
Imposible de olvidar a Luis Pardo.En la entrada a Chiquian está un monumento en su honor a caballo.Impresionante.
Pero Luis Pardo es un héroe popular que yo conocí cuando escuché una canción y muchas historias sobre él….. en dónde? Pues en los pueblos de Trujillo en la Libertad
EXCELENTE, EN RAQUIA SE LE CONCEDIÓ UN RENOMBRE COLOCANDO EL NOMBRE AL COLEGIO DE SECUNDARIA….5 DE ENERO SIEMPRE LO RECORDAREMOS.