Redacción CampUCSS
Según el Censo de 2017, el 7.6 % de las personas con discapacidad en el Perú tienen dificultades para oír (232 176 personas) y de estos, 8 790 personas con discapacidad registraron la Lengua de Señas Peruana (LSP) como su lengua materna.
En Perú, cada año miles de niños con discapacidad auditiva pierden oportunidades de desarrollarse normalmente, tanto en sus entornos familiares y educativos como entre sus pares, ya que existen barreras culturales y burocráticas que dificultan, y en muchos casos impiden, su educación, marginándolos de por vida.
En 2010, el Congreso aprobó una ley para reconocer a nuestra Lengua de Señas Peruana como lengua oficial. Sin embargo, recién en 2017 se aprobó su reglamento, con el Decreto Supremo N°006-2017-MIMP. Todo este tiempo incumplieron la Ley General de Educación, que dicta que “todos los habitantes tienen las mismas oportunidades de permanente acceso a la información”.
Pero este proceso de inclusión educativa en el país ha marcado un antes y un después tras la aprobación del Ministerio de Educación, en 2020, de un “perfil de Modelo del Mediador Educativo Lingüístico” para la enseñanza de la lengua de señas peruana con las competencias, capacidades y funciones que los estudiantes con discapacidad auditiva necesitan.
Un “Modelo lingüístico” se refiere a una persona sorda, usuaria y con total manejo de la Lengua de Señas Peruana, para que se vincule e interactúe con los estudiantes o comunidad educativa de forma proficiente. De esta manera, facilitar el aprendizaje de señas y acercar a la cultura sorda a estudiantes con esta discapacidad.
Dentro de la comunidad sorda, la lengua de señas es el principal medio de comunicación y es fundamental para poder acceder a sus derechos, como la salud, educación o reclamar manutención y alimentos, etc. Las personas sordas con COVID-19, por la falta de información y las barreras en la comunicación podrían empeorar o perder la vida. Solo un ejemplo de la gran importancia de normalizar nuestro LSP a nivel nacional.