Por diario: La República
Jovita Vázquez es una docente e integrante de la etnia Shipibo Conibo en Ucayali, que se convirtió en la primera mujer en sustentar una tesis universitaria en la lengua shipibo.
Ella tuvo que superar una serie de dificultades para forjar el futuro que hoy está rindiendo frutos. Su inspiradora historia es muestra de esfuerzo, pero también de cómo las faltas de oportunidades pueden acabar con los sueños de miles de jóvenes.
Según narra la propia Vázquez, desde pequeña tuvo que atravesar ríos durante horas, aprender con profesoras no bilingües y hasta dejar su hogar para lograr sus objetivos.
“Cuando conversé con mi papá, me dijo que no me iba a apoyar en la Secundaria porque, de acuerdo a nuestra cultura, él pensaba que las mujeres sólo estábamos para tener familia, dedicarnos al hogar”, indicó durante una entrevista al Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).
Vásquez considera que fue afortunada al tener oportunidades para seguir creciendo académicamente. No obstante, considera que muchas otras jóvenes no tienen la misma suerte.
“Para mí esto era una gran oportunidad, que yo buscaba y buscaba. Por eso cuando escuché de Nopoki no me costó nada tomar la decisión, a pesar de que estaba trabajando en mi comunidad con las mujeres, gracias a un proyecto del Sernanp. Para mí lograr ser profesional suponía un gran compromiso. Era mi sueño personal”, indicó.
Por ello, en su tesis titulada “Formación profesional y desarrollo de la mujer indígena en la UCSS, sede Atalaya” busca demostrar que el crecimiento profesional y la elevación de sus perspectivas laborales requieren de un trabajo en conjunto entre instituciones públicas y privadas.
Este trabajo de investigación le permitió lograr el grado de Maestra en Doctrina Social de la Iglesia, la misma que fue sustendada en lengua shipibo.
Mensaje para los jóvenes
Jovita Vázquez también desea aconsejar a los futuros profesionales para que logren sus sueños. Ella hace hincapié en la participación dentro de las propias comunidades.
“Creo que los profesionales tenemos mucha tarea con nuestras comunidades. Por eso, a los jóvenes decirles que sigan estudiando y que sepan que eso implica ganas y esfuerzo. Un estudiante no puede ser ocioso”, mencionó.