Por Flavio Luna Díaz
En la actualidad, y en el conflicto más reciente entre Rusia y Ucrania, hemos sido espectadores de videos en distintas redes sociales, sobre todo en Tik Tok, de los primeros ataques, movilizaciones y eventos de esta guerra que nos azota, por si fuera poco, después de una pandemia.
Este fenómeno o representación, tiene sus inicios, durante el inicio de las primeras guerras, existieron muchos valientes que documentaron los horrores, causas y efectos de dichos conflictos, ya sea a través de sus palabras como Herodoto [Historiador]; o una cámara fotográfica, como Roger Fenton y el protagonista de este texto, Francisco Boix [fotógrafos de guerra], entre otros.
Debido a la Jornadas de Recuerdo y Reconciliación en Honor de quienes perdieron la Vida en la Segunda Guerra Mundial, celebrada el 8 de mayo, y en forma de reflexión para que la historia no se repita, hablaremos de Francisco Boix, un prisionero que fotografió una de las tantas crudas y duras realidades de la segunda guerra mundial, el horror de los campos de concentración Nazi.
Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen.
El español Francisco Boix, es un referente de la documentación en campos de concentración durante la segunda guerra mundial, trabajó en su condición de prisionero como fotógrafo en Mauthausen al servicio de los SS, abreviación alemana para la palabra ‘Schutzstafell’, el cuerpo de protección Nazi que vigilaba a los prisioneros de guerra: “Las unidades SS encargadas de los campos de concentración […] Campo central de Mauthausen y de toda una red de campos que se extendía por toda la Ostmark (la Austria incorporada al III Reich)”. (Bermejo 2002: 66-67). Boix, reportero gráfico, capturó escenas duras del trato inhumano en los campos.
En la llegada de la guerra civil de España en 1936, con una cámara Leica y con labores periodísticas en una revista compuesta por un movimiento social y político, Francisco se aventura en el periodismo de guerra. “En 1937 Boix se encontraba aún en Barcelona, desarrollando su labor periodística al lado de Gregorio López Raimundo y Teresa Pàmies en la revista de las Juventudes Socialistas Unificadas de Catalunya, Juliol”. (Bermejo 2002:30). Al parecer Boix era militante de dicho movimiento.
En el mismo año de su participación en la revista, las fotos de este español empiezan a circular y rebotar en algunos reportes de la misma revista. De acuerdo con Bermejo, a partir del 10 de julio de 1937 aparecen fotos en las Juventudes Socialistas Unificadas de Catalunya ligadas a artículos sobre las brigadas de choque, fabricando armamento militar, un grupo de jóvenes que ayudaban a los campesinos (2002: 33).
Con la toma de Barcelona por las tropas del general Franco en febrero de 1939, incontables españoles del otro bando, migran hacia Francia. “Cerca de medio millón de personas cruzan la frontera. Gentes de todas las condiciones: unidades enteras del ejército de la República atraviesan la frontera y son desarmadas por los gendarmes (gente de armas, ejército francés, militares) franceses; igualmente, gran número de civiles entra en Francia”. (Bermejo 2002: 44). La gran mayoría que logró pasar y buscar refugio en Francia lo encontró, aunque en pésimas condiciones. Pese a que algunos franceses ofrecían ayuda a los refugiados, el gobierno parecía no darle importancia, por lo que muchos murieron a causa de las enfermedades producidas por la falta de alimento, y por las terribles condiciones sanitarias de los alojamientos.
Luego del éxodo español a Francia, lo peor para estos refugiados, estaría por llegar. Consecutivamente, después de la invasión en Polonia por los alemanes, la fuerza armada Nazi logra entrar a suelo francés haciendo prisioneros a los recién llegados españoles, trasladándolos a campos de concentración. “En mayo de 1940, la Wehrmacht (fuerza de defensa alemana) penetró profundamente en territorio francés, muchos republicanos españoles caen prisioneros de los alemanes. Entre ellos se encuentra Boix y la mayor parte de sus compañeros”. (Bermejo 2002: 49). El traslado de prisioneros fue una odisea, algunos grupos llegaron en 1945, casi al término de la guerra.
Para llegar a Mauthausen Francisco Boix piso muchos otros campos de concentración nazi. De acuerdo con Bermejo, Boix llegó a Frontstalag 140, cuartel Bougenel o Belfort, luego partió a Besancon. En 1941 es llevado al Stalag XI-B, en Fallingbostel, y quince días después, junto con mil quinientos seis republicanos españoles, pisa Mauthausen (2002: 49). Al no tener escapatoria, Boix se ve prácticamente obligado a trabajar para los S.S. retratando como un documental los acontecimientos ocurridos en Mauthausen, desde los crímenes de guerra hasta reuniones de altos cargos en la administración del ejército Nazi. Las fotografías más blandas fueron de rutina, reuniones entre los altos cargos del nazismo, o reuniones entre altos dirigentes de otros países. En otro tipo de fotografías, Francisco muestra los ataques, y el poder bélico vanidoso de las torretas y los tanques alemanes.
Por otro lado, al fin de la II guerra mundial, con la liberación de los prisioneros, Franz continúa su trabajo, fotografiando las sonrisas de los vivos camino a su libertad, y los inertes cuerpos como de los que no sobrevivieron, realizando un espeluznante contraste “Coexisten en estos días las imágenes de presos alegres con los testimonios terribles de la muerte y del sufrimiento. Boix fotografía desde los montones de cadáveres en distintas zonas del campo hasta sus compañeros presos con el aspecto jovial propio de su libertad recobrada”. (Bermejo 2002: 158 Apéndice B-3).
Un año después de finalizar la guerra, a Boix se le presentó la oportunidad de testificar en contra de criminales de guerra. Las razones por las cuales llamaron al fotógrafo español a declarar, fueron unas fotografías que Boix escondió y que habrían sido tomadas por los SS, estas mostraban explícitamente crímenes de guerra. “En el año 1946 tuvo Boix la ocasión de presentarse como testigo en dos procesos contra criminales de guerras nazis: el proceso de Nuremberg (Tribunal Militar Internacional) contra la cúpula dirigente del III Reich […] en ambos casos las razones de haber sido llamado a testimoniar giraron en torno a las fotografías de Mauthausen”. (Bermejo 2002: 181-182).
*Flavio Luna Díaz, Licenciado en Ciencias de la comunicación y Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza; Redactor Creativo; y Comunnity Manager. Redactor y editor de la revista digital CAMPUCSS de la UCSS, Editor de la revista de la Escuela de Postgrado UCSS: ‘Tendencias’; y autor de la investigación: “Comportamiento y propuesta de perfil de fotoperiodistas peruanos en conflictos armados”, cuyo fragmento de la tesis se ha publicado como artículo.
Referencias y fotos:
BERMEJO SANCHEZ, Benito (2002). “Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen”. Barcelona: edición RBA Libros.