«Están luchando por un mejor futuro para su familia y, por ellos, tenía la obligación de ayudarlos junto a mi brigada»

La alumna de noveno ciclo de la carrera de Educación Especial de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades, Keren Elisabet Quispe Soto, nos cuenta qué la inspiró unirse a la marcha y ser parte de los brigadistas en primera línea. 

 

¿Qué significa para ti ser universitaria y participar de un momento decisivo para el país?

Como joven universitaria, en edad promedio, considero que representamos gran parte de la población que tiene la gran responsabilidad de tomar las decisiones que serán parte importante del futuro del Perú. Decidí participar, ya que consideré una causa justa y, teniendo en consideración la historia, los peruanos siempre logramos hacernos escuchar a través de luchas y sacrificios. Esta vez me inspiró el saber que podíamos manifestarnos sin implicar violencia, ya que nos unía la misma causa. Cuando lamentablemente los hechos violentos iniciaron, mi corazón cristiano me dio valor para unirme a los brigadistas, sentí que así podía aportar de una mejor forma mi granito de arena a favor de la paz y seguridad de los ciudadanos y policías del orden.

Desde la mirada de tu carrera profesional ¿Qué sentiste al formar parte de las marchas?

Como futura docente de educación Especial, el llamado a la inclusión sumó mucho a mi perspectiva ante la situación. Siempre hablamos de incluir a las personas con habilidades especiales, yo pensé: ¿Por qué no ahora? ¿Por qué dividirme en un bando especifico cuando la idea es recuperar el país? todos seguimos ordenes, algunos de sus altos mandos, otros de su fuerte deseo por defender a su patria. Yo pensé que algunos tenían habilidades que nacían de su corazón fomentando coraje y valentía, al igual que muchos policías que a pesar de tener familia involucrada en las barras tenía la difícil decisión de luchar contra su moral y su formación en base a ordenes directas. Esto me ayudo a decidir el no elegir a ninguno, sino que opté por incluir a todos en mi pensamiento como personas que están luchando por un mejor futuro para su familia y, por ellos, tenía la obligación de ayudarlos junto a mi brigada.

¿Qué reflexión tienes del país a partir de esta experiencia ciudadana?

Me siento orgullosa de mi país, hoy más que nunca el Perú ha demostrado que si están unidos y alzan su voz, pueden mover montañas, sacrificarse por el bien de su patria, sacrificar su vida y salud en pro de la seguridad y el orden. Ahora, más que nunca realmente agradezco haber nacido en este hermoso país, donde se puede disfrutar la democracia, y que, a pesar de tener errores como niños traviesos al caer, no dudan en levantarse y luchar para seguir adelante. Para mí, el Perú es como un niño que poco a poco va creciendo y aprendiendo de sus errores y madurando hacia una nueva etapa de surgimiento, la historia y los sucesos son los docentes que le recuerdan que no deben caer en lo mismo y lo motivan a seguir adelante. Esta generación, mi generación, cada vez me sorprende más, me da esperanza de seguir adelante como docente y poder trasmitir a mis futuros estudiantes estos acontecimientos para difundir así orgullo y amor por nuestro país, por nuestro Perú.

Además de las marchas ¿Cómo crees que los universitarios pueden formar parte de las decisiones para el futuro del país?

Como reflexión debo admitir que al inicio me uní a una marcha pacifica en mi distrito, Los Olivos, al ver lo bien que se dio sentí que estábamos siendo escuchados, mi pancarta decía: “Policía, la lucha no es contra ti”; ya que al inicio la policía nos resguardó durante la caminata, estaba muy satisfecha con lo transcurrido, peo al llegar a casa y ver las noticias revisar las redes supe que era momento de dejar de ser parcial y unirme a la verdadera causa el bien común de ambos bandos. Como universitaria y futura docente de educación especial, es complementario, a mi parecer, el tener conocimiento de primeros auxilios, los cuales pude obtener gracias a la cruz roja, no me fue difícil ubicarme en un grupo de apoyo el día sábado 14, lastimosamente pude notar el abuso por parte de algunos policías y presenciar la muerte de un joven que podría ser mi hermano o cualquier compañero de la universidad, aun así seguí imparcial, ya que al día siguiente tuve que asistir a algunos policías lastimados por ciudadanos que fomentaban el vandalismo. Agradezco de antemano a un grupo de estudiantes de la Universidad Cayetano Heredia, los cuales me permitieron unirme a su brigada, César Lecarnaqué un médico joven, líder del escuadrón, fue el que me hizo entender que estábamos listos para servir a nuestro país y que de esta forma podíamos aportar hacia un mejor futuro del Perú, junto a él había un conjunto de jóvenes médicos futuro del Perú y la importante participación de otros amigos de la UCSS y de otras universidades que a pesar de ser un número menor a cinco, lograron ayudarme a pasar entre la multitud con algunos implementos y medicinas listos para lo que más adelante nos esperaba. Mantendré en mi memoria esta experiencia y valoraré cada día los esfuerzos de esta aguerrida juventud universitaria.

¿Qué esperas de este gobierno de transición y qué anhelas para el Perú del Bicentenario?

Solo espero que logren cumplir las expectativas del pueblo peruano, un pueblo constante mente maltratado por los intereses de malas personas que funcionan en nombre de la corrupción y grupos con intereses destructivos. Mi más grande anhelo es que mis hijos puedan gozar de un país libre de corrupción y egoísmo; que en un futuro pueda enseñar a mis estudiantes lo sucedido y que puedan reflexionar y a poder influir de manera positiva en formar excelentes ciudadanos con valores, sobre todo con mucho amor y respeto a su patria, la cual nos está costando vidas que no serán olvidadas y que siempre las tendremos presentes, como recuerdo de lo poderoso que es un país unido. Finalmente agradezco el apoyo recibido por los mismos ciudadanos y a Dios por permitirme llegar a casa a salvo y mantener en mí ese deseo de ayudar a mi prójimo, así como concedernos las herramientas para ello, Dios nos siga cuidando y amparando en su gracia.

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