REDACCIÓN CAMPUCSS
Con gran reverencia y respeto caminan siempre mirando a la imagen del cristo crucificado y yacente. Llevan en sus manos pebeteros plateados que desprenden un humo santo, purificando el camino que siguen las sagradas andas. Sus cabezas coronadas por una mantilla blanca destacan en medio del mar morado.
Desde aquellos inicios de la procesión de la imagen del Cristo de las Maravillas, en el siglo XVII, la tradición nos muestra a las sahumadoras como mujeres criadas o esclavas de amas aristócratas limeñas, quienes las ataviaban con trajes de raya, seda, joyas valiosas y proveían de pebeteros labrados en plata; pero no sería sino hasta el 20 de agosto de 1958 que serían reconocidas como parte de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas.
Las sahumadoras no solo representan la imagen mística y la presencia femenina al pie de la cruz de Cristo, sino que abren el camino -siempre caminando de espaldas y mirando al Señor- mientras desprenden el olor santo a incienso y mirra que emana de sus hermosos pebeteros plateados, llenos de carbón de sauce, al que avivan constantemente. Responsables de purificar y envolver el clima de la procesión con el aroma de santidad y un misticismo ancestral.
Detrás de cada una de estas mujeres reverentes, devotas y entregadas al Cristo de Pachacamilla hay una historia de vida, de dedicación y, como no, de milagros. Muchas de ellas renuncian a usar un calzado cómodo, como lo hicieran sus predecesoras virreinales, y avanzan largos trechos del trayecto procesional con los pies descalzos, en señal de penitencia y gratitud. El Señor de los Milagros es para ellas sinónimo de esperanza y fe más allá de cada octubre.
Esta tradición se ha extendido a todas las procesiones locales en distritos de Lima, interior del país y en las comunidades peruanas que han logrado continuar la procesión del Señor de los Milagros en todo el mundo. Hay, inclusive, grupos de sahumadoras infantiles que se encaminan a una vida dedicada a Cristo a través de esta noble tarea.
Las sahumadoras son parte ineludible de la esencia de la procesión. Vestidas del tradicional hábito morado, con mantillas blancas cubriendo sus cabezas, estas damas nos recuerdan una fe maternal que nos remite a la dedicación religiosa de una madre y al sufrimiento de María frente a la imagen de su hijo muerto en una cruz. Cada una de ellas con un milagro por contar y agradecer, avanzando de espaldas y acompañando el cántico femenino a viva voz e impreso de aquella afroperuanidad que el propio Señor de los Milagros escogió como cuna.
A ritmo de procesión, acompañemos estas historias en torno a la procesión del Señor de los Milagros y observemos cada uno de los rostros de un pueblo que cada octubre renueva su fe en el milagro de la salvación.
Veamos un poco de la historia de las sahumadores del Señor de los Milagros a través del video de Lima al Paso sobre las Sahumadoras del Cristo moreno.
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[MUESTRA FOTOGRÁFICA: “El Señor de los Milagros. Fuente de la identidad de un pueblo”.]