El legado de GRAU
A nuestro máximo héroe nacional no le cupo la gloria de un solo combate, sino la de toda una vida dedicada a su familia y al país. Miguel Grau Seminario y los hombres del Huáscar entregaron sus vidas dando ejemplo de capacidad y de Fe, creyendo en el Perú a pesar de las adversidades, no solamente las de la guerra.
Conmemorando la gesta de Angamos donde entraron a la inmortalidad, tomamos la palabra del historiador José Agustín de la Puente Candamo quien nos habla del mensaje que nos da el héroe sosteniendo con su sacrificio el ideal de peruanidad.
Transcripción del audio de la entrevista consignada en el CD-ROM «Miguel Grau Seminario, alma de acero y corazón de niño» publicado por el CEPAC1.
José Agustín de la Puente Candamo – Historiador
La fama de Grau tiene varias caras. Para un marino es el ejemplo del jefe, ejemplo de oficial que llega al nivel más alto de capacidad profesional y de heroísmo. Es importante subrayar en Grau y en su gente una actitud valerosa, heroica, pero todo eso apoyado por una gran calidad profesional. El valor moral y la calidad profesional constituyen un mensaje fundamental para los marinos que le han tomado la posta en su servicio al país. Para el ciudadano, el centro del mensaje del héroe está en el cumplimiento del deber. A Grau le habría sido muy fácil y muy cómodo no embarcarse en el Huáscar, y manejar cualquier argumento para justificarse. En su sacrificio está su mensaje central. González Prada elogia a Grau, señalando que fue un hombre singular en la guerra, siendo igualmente honesto en el salón de su casa y en el camarote del buque. Tal es la magnitud del mensaje, que podríamos entender como unidad de vida. Él fue un hombre serio, un hombre respetuoso, un buen amigo, excelente padre, excelente esposo. Un hombre que manifestó en su vida una visión espiritual, correlato de una seria formación religiosa. Antes de su salida del Callao se confiesa con el padre Gual en Los Descalzos seguro de su destino: “Me voy para no volver. Esta mañana he comulgado en los Descalzos, y estoy preparado para entregar mi alma a Dios”.
Con esta visión Grau demuestra que no era el hombre que actúa solo por interés particular. Él lucha por servir a su país. Entonces tenemos que el mensaje central del cumplimiento del deber se salda con una visión moral y trascendente de la vida, el sentido de familia y la conducta limpia. Si no hubiera muerto en Angamos, o si no hubiera alcanzado el heroísmo al cual llegó, se le recordaría siempre como un hombre que fue una persona correcta, que a través de la vida limpia llegó al heroísmo. En ese sentido el historiador Jorge Basadre afirma: el heroísmo de Grau, no es el fogonazo de un momento. Es el heroísmo de muchos meses.
Veteranos del Huáscar
Muchas veces se piensa que Grau fue un señor que lucha por un instante con una bomba y muere descuartizado. Él, sin duda, espiritualmente vivió su muerte muchas noches pensando en su momento final que no sabía cuándo iba a ser, sin dejar de mantener su dignidad, su naturalidad, su actitud ejemplar. De esa línea salía el mensaje de Grau y la creencia en el Perú. Ante la pregunta: ¿por qué luchó Grau? Afirmamos: porque él creía en el Perú. Si él no hubiera tenido una creencia clara en el país, no habría luchado. Y todo esto vale para la gente que estuvo con él. Grau cuando ascendió a almirante él decía que ese ascenso lo merecían todos los oficiales y todos los embarcados en el Huáscar. Él siempre quiso compartir los elogios y las glorias de sus acciones y no entenderlas como un asunto personal. Miguel Grau humanamente es un hombre que merece el respeto y el recuerdo como un peruano ejemplar.
1 DE LA PUENTE CANDAMO José Agustín [Audio] en Miguel Grau Seminario “Alma de acero y corazón de niño” ; Lima: CEPAC, 2008. CD-ROM.
Lo leído en estos párrafos no es sino mi convicción del legado que nos deja Miguel Grau para ser comparado con las situaciones actuales , a tomarlos como ejemplo de vida y a seguirlo a imitar desde donde estes y lo que hagas en este momento. Es un ejemplo para poder levantar a nuestro PERU.