El maestro y amigo ANDRÉS AZIANI partió un 30 de julio de 2008, cumpliendo su vocación y misión en tierras peruanas (como Memore Domini del movimiento de origen italiano, Comunión y Liberación) donde llegó a servir con alegría y dedicación excepcionales, especialmente en su rol de docente de la UCSS. Andrés dio pleno testimonio de su fe y vocación con su vida entera, dejando huella en cada lugar donde tuvo presencia y en cada persona que tuvo la dicha de conocerle. No es raro que generaciones de jóvenes estudiantes –hoy profesionales- lo recuerden con mucho cariño.
Henchido de pasión por su labor misionera –años antes de emprender el proyecto educativo de la UCSS- dirigió estas palabras a su compañero de aventuras en el Perú, Giancorrado Peluso (quien llegaría a ser el primer decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades): “Que alguien se enamore de lo mismo que nos ha enamorado a nosotros: es este el deseo apasionado que enardece el corazón. Pero, para que pueda ser así, nosotros tenemos que arder, arder literalmente de pasión por el hombre, para que Cristo lo alcance. El fuego debe arder.”1
Conoce más de la vida de Andrés Aziani con la muestra fotográfica sobre su vida, que se puede encontrar en la sala de estudios de la Biblioteca UCSS: https://camp.ucss.edu.pe/blog/muestra-fotografica-andres-aziani/
1 Socci, Antonio (2008, setiembre). Fiebre de vida. Revista Huellas, 8. Recuperado de http://www.huellas-cl.com/2008S/09/fiebredevida.html