por Padre Miguel Carpio
El Sentido Religioso es uno de los libros más entrañables que todo estudiante de la UCSS conoce desde el primer ciclo y ha acompañado tanto su vida universitaria como también su desempeño profesional. El P. Miguel Carpio, profesor de antropología y teología de la UCSS comenta seis ideas del propio Papa Francisco -hechas en 1998, entonces cardenal Bergoglio- sobre el libro de Luigi Giussani, que se presentará con un interesante conversatorio a cargo del teólogo Javier Prades, el sábado 20 de mayo, en el Auditorio de la Casona de la Universidad San Marcos, a las 6:00 p.m.
1. «El sentido religioso no es un libro de uso exclusivo para los que se adhieren al movimiento; tampoco es solo para los cristianos o los creyentes. Es un libro para todo hombre que tome en serio su propia humanidad».
2. «en El sentido religioso se habla poco de Dios y mucho del hombre. Se habla mucho de sus preguntas, mucho de sus exigencias últimas […]. Y uno de los problemas de nuestra cultura de supermercado, de ofertas al alcance de todos, de ofertas que tranquilizan el corazón, es plantear las preguntas. Ése es el desafío».
3. «El sentido religioso destaca el hecho de que hablar en serio de Dios significa exaltar y defender la razón […]. No de una razón entendida como medida preconcebida de la realidad, sino una razón abierta a la realidad en la totalidad de sus factores y que parte de la experiencia […] que compara todo con el corazón, pero corazón en el sentido bíblico, es decir ese conjunto de exigencias originales que todo hombre tiene: exigencias de amor, de felicidad, de verdad y justicia».
4. «La fe es, precisamente, una aplicación particular de ese método de la certeza moral o existencial, un caso particular de confianza en otro, en los signos, los indicios, las convergencias, el testimonio de otros; y, sin embargo, la fe no es contraria a la razón. Como todo acto nítidamente humano […]. Es razonable»
5. «El hombre necesita una respuesta total, que abarque y salve todo el horizonte de su yo y de la existencia. Dentro de él lleva un anhelo de infinito, una tristeza infinita, una nostalgia que no se apaga si no es con una respuesta igualmente infinita. Más acá del Misterio, nunca las exigencias de felicidad, de amor, de justicia, encuentran una respuesta que satisfaga hasta el fondo el corazón del hombre».
6. «No sólo el corazón del hombre, sino toda la realidad se presenta como un signo. […] Para preguntarse frente a los signos se necesita […] el estupor, la capacidad de admirarse, como lo llama Giussani; un corazón de niños».