Desinfodemia

Fake news dentro de las redes sociales en época de pandemia.

 

Por: Nayely Solorzano Riojas.

 

      «Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras»

(Mark Twain).

 

Concluyendo el año 2019, en China se presentó una enfermedad denominada COVID-19, este virus puede llegar a generar síntomas leves como también un síndrome respiratorio grave que en muchos de los casos puede ocasionar en las personas un desenlace fatal, con el pasar de los días se convirtió en una emergencia internacional de Salud Pública debido a su elevado ritmo de propagación a nivel mundial, siendo denominada así en marzo de 2020 como pandemia por la Organización Mundial de Salud.

En el año 2020 durante la primera etapa de la pandemia en Perú, a los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión y prensa escrita) se le sumaron con mayor intensidad las redes sociales, convirtiéndose en uno de los principales canales de información, es así que a través de ellas la población ahora obtiene una mayor cantidad de contenido de forma rápida, pero esto también ha motivado que las fake news ganen terreno en el espacio digital, sobre todo, en momentos de crisis como el que atraviesa la sociedad actualmente.

Beatriz Hilari Machaca (35) vivía en el departamento de Arequipa, en el mes de abril con la consigna de mitigar los malestares de un problema respiratorio causado por la Covid-19 y guiándose de publicaciones en Facebook, acondicionó un sauna casero en su hogar, colocando dentro de una habitación cerrada un recipiente lleno de agua caliente y varias ramas de eucalipto, lo que provocó que aspirara monóxido de carbono producto de la combustión del gas, el desenlace de su iniciativa fue nefasto, puesto que perdió la vida por intoxicación. Al igual que la señora Beatriz existen muchas más víctimas de las noticias falsas.

La desinformación como tal no es un hecho nuevo ni aislado, siempre ha estado presente en nuestra sociedad. Sin embargo, la actual situación que se vive a nivel mundial ha generado que las fake news o noticias falsas se expandan y multipliquen en las redes sociales, al mismo ritmo que avanza la COVID-19. El estar en cuarentena con mucho más tiempo disponible, ha hecho que se multipliquen las capacidades de consumir y de producir contenidos.

Julio César Mateus investigador y docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, dice que el problema está en que las noticias no necesariamente fluyen con orden y honestidad en las redes sociales, por lo que es común encontrarse con este tipo de “verdades falsas” que afectan al discernimiento de las personas, representando un gran peligro en el contexto actual, en donde se depende completamente de la capacidad para la toma de decisiones.

El objetivo del presente trabajo es analizar la evolución y características de las fake news en época de pandemia y, a la vez identificar el rol de los medios sociales y los ciudadanos, en cuanto a la propagación y difusión de la desinformación. Estudiar y analizar al fenómeno de las fake news es de vital importancia para poder entender cómo funcionan y las consecuencias que generan en la sociedad. El motivo de esta investigación parte de la tendencia producida por las noticias falsas en diferentes países del mundo, describiendo los distintos impactos en la sociedad e intentando descifrar por qué ocurren y se propagan con tanta frecuencia.

Una definición clara para entender la esencia de las fake news las dan Allcott y Getzkow (2017) “Las noticias falsas pueden entenderse en términos generales como los artículos de noticias que se plantan intencionalmente en los medios de comunicación y son de hecho incorrectos, y podrían engañar a los lectores”.

La fuente principal de este problema es la relación entre las redes sociales, la información y la pandemia, pues el factor que lo propaga es principalmente el acceso a las redes sociales, cuyo uso se incrementó durante la pandemia a nivel global, de hecho, la OMS se refirió al respecto en su pronunciamiento en 2020, donde resaltó el protagonismo de la tecnología y las redes sociales como medio de información y conexión entre las personas.

La pandemia ha cambiado el sentido de la normalidad, desencadenando el miedo entre las personas y a la vez abriendo camino para la propagación de ideas e información no real, estas noticias falsas se hacen cada vez más extensas a nivel mundial hasta el punto de volverse un tipo de entretenimiento en las redes sociales. La OMS catalogó este fenómeno como “infodemia”: una epidemia de información falsa, pues el aumento continuo de datos sobre la covid-19 no tiene límites.

“La tecnología de la que dependemos para mantenernos conectados e informados permite y amplifica una infodemia que sigue minando la respuesta mundial y comprometiendo las medidas para controlar la pandemia.  Una infodemia es una sobreabundancia de información, en línea o en otros formatos, e incluye los intentos deliberados por difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover otros intereses de determinados grupos o personas.” (Organización Mundial de la Salud, 2020).

El consumo de esta información tiene implicancias en la toma de decisiones de las personas, que en su mayoría deberían buscar adoptar medidas de protección que eviten la propagación de la Covid-19, sobre todo por lo grave que está la crisis sanitaria mundial. Además, que la distribución de este tipo de datos, que pueden llegar a venderse como ayuda para el conocimiento de las personas, no hace más que perjudicar los avances médicos o relacionados con la salud, reduciendo su eficacia y la eficiencia a la hora de disminuir el impacto de la pandemia.

Según una hoja informativa publicada por la Organización Panamericana de la Salud (2020), la OMS declaró que: “Una cantidad excesiva de información, dificulta que las personas encuentren fuentes confiables”, es así como se topan con los rumores que suelen ser datos manipulados intencionalmente y que se propagan a gran escala, presentándose como orientaciones verídicas que las personas necesitan.

En este, el siglo de las redes sociales, donde los individuos pueden llegar a verse vulnerables al estar acostumbrados a no comprobar las fuentes de información, las fake news, a pesar de no ser un problema nuevo, son de gran interés, debido a los efectos a escala mundial que tienen: “La producción, el consumo y la difusión de información errónea o “fake news – noticias falsas” en línea, se ha convertido en una preocupación importante en muchos países en los últimos años” (Fletcher et al., 2018).

Ahora, el propósito primordial de estas prácticas seria desacreditar la imagen de personas públicas, personas comunes, empresas e instituciones con la finalidad de obtener algún beneficio o ganancia.

 

La desinformación y la salud de las personas

En la actualidad se viven situaciones críticas con respecto a la salud de las personas por la abrupta llegada de la pandemia a causa de la COVID-19 y sobre todo por el gran nivel de desinformación que se genera constantemente. Para explicar el porqué de esto está la teoría del filtro burbuja, que explica que las personas arman un ecosistema informativo acorde con sus propios intereses e ideas de forma descontrolada, pues tema de pluralidad no está instalado en las personas, nadie va a buscar fuentes discrepantes, solo confían y ese exceso de confianza genera bolsones de sesgo informativo.

Un día se anunciaba que un laboratorio había hallado un remedio milagroso, y al día siguiente, que el té de kion y todos los remedios caseros ayudarían a combatir el virus, todos, métodos no aprobados que ponen en riesgo la vida de las personas. Este tipo de fake news se divulgó principalmente en mensajes, audios y videos, donde en gran parte se difundió información sensacionalista aumentando el miedo y la desesperación en las personas, incluso se llegó a afirmar la inexistencia del virus, lo que provocó que muchos rompieran las medidas de seguridad y pusieran en peligro la salud común.

De esta manera, un reciente estudio publicado en la revista American Jounal of Tropical Medicine and Hygiene (Revista Estadounidense de Medicina e Higiene Tropical), señala que por lo menos 800 personas perdieron la vida como resultado de la desinformación sobre la COVID-19 en los primeros meses del 2020 y otras 5.800 acabaron ingresadas en el hospital, la revista MIT Technology Review, informó que este gran número sería consecuencia de ingesta de metanol y otros productos de limpieza, como supuesta cura la Covid-19.

 

La infodemia y la salud mental

La pandemia ha cambiado la forma de vida de muchas personas a nivel mundial, el hecho de contraer el virus genera en muchos de ellos miedo, incertidumbre, preocupación, ansiedad y estrés, a ello se le suma el distanciamiento físico que deben mantener con sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, además del trabajo remoto, el desempleo temporal, las clases virtuales y sobre todo el exceso de información errónea que afecta la salud mental de la población en general.

Dentro de los grupos vulnerables se tiene a aquellos que sufren de ansiedad y depresión, para ellos el percibir una epidemia informativa, es decir la sobreabundancia de información falsa, agrava más su salud mental preexistente. Dentro de este grupo vulnerable también se considera a los adolescentes y adultos mayores, de hecho, en el caso de los jóvenes están más expuestos a recibir información falsa, ya que estos manejan más redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok y WhatsApp, que son medios de comunicación que propagan este tipo de información.

En el caso de los adultos mayores, en función a su edad son mucho más vulnerables a la información falsa, ya que ellos tienden a creer todo lo que se les diga, por ello es muy importante que en estos medios se brinde información clara y precisa.

 

Las redes sociales y su papel en las fake news

La inserción de la tecnología en la vida de las personas ha brindado tanto ventajas como desventajas, no solo impulsó al crecimiento del volumen de información, aumentando así las posibilidades de conocimiento de las personas, sino que, como efecto de ese lado positivo se propagó una cadena de ignorancia por resultado de las grandes masas de desinformación y la tendencia a quitar credibilidad a información verdaderamente confiable.

Al respecto, en una encuesta realizada por ESET Latinoamérica en el 2020, más del 70% de participantes aseguró que en pandemia se encontró con algún tipo de fake news relacionado la Covid-19; a través de WhatsApp el 51%, en portales de noticias dudosas un 36% y por medio de redes sociales un 72%. Igualmente, un estudio revelado por la Agencia EFE (Agencia de noticias Internacionales), concluye que Facebook es la red social que más recopila información de sus usuarios y además sería la que más se utiliza para difundir contenidos falsos, también esta WhatsApp, que se ubica en el segundo lugar como la plataforma en la que más se comparten contenidos sin verificar.

 

  Las Fake news más peligrosas de la COVID-19

Según una investigación con respecto a España, Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, realizada por la profesora de la Facultad de Comunicación Liliana Gutiérrez Coba en conjunto a sus colegas universitarios, la rapidez de difusión de las fake news es realmente preocupante en estos países, sobre todo los relacionados con supuestas sustancias que eliminan el virus y a los estragos por las antenas 5G: “De las 371 noticias, 100 de ellas se difundieron por los seis países casi sin modificación” (Gutiérrez et al., 2020).

En efecto, a medida que la ciencia avanza abruptamente en el mundo, tratando de conocer todo sobre la COVID-19, de forma paralela se desarrollan estas noticias falsas que se han convertido en un fenómeno global. En un inicio se dijo que la tecnología 5G provocaba el coronavirus, un doctor llamado Thomas Cowan explicó que la pandemia había sido provocada por un salto cuántico como consecuencia de la energía 5G (La quinta generación de redes móviles), afirmación que es falsa, pues la radiación que los celulares emiten es relativamente baja, por lo que no pueden eliminar electrones de los átomos, siendo así incapaces de generar algún tipo de virus en las células.

Asimismo, se dijo que el clorito de sodio combatía el virus, este tipo de propuesta “salvadora” difundida, trataba de que, si se bebía una solución de clorito de sodio que es un químico normalmente utilizado para la elaboración de papel, disuelto en agua, “desinfectaría” la garganta de la persona que lo consumiera y así se libraría del virus. Esta noticia es falsa y no solo no es una solución ante el virus, sino que además es reamente malo para la salud, la difusión fue tan grande, que la OPS se vio en la necesidad de emitir un comunicado en donde fue puntual y dijo:

“No recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de la COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos.” (Organización Panamericana de la Salud, 2020).

Todos tienen la esperanza de protegerse de alguna manera del virus y por eso estos contenidos tienen tanto impacto y causan tanto daño, pero ¿Cómo combatir este tipo de noticias falsas? A mediados del año 2020 varias organizaciones mundiales se involucraron para contrarrestar la propagación de diversas noticias falsas en el mundo, siendo una de ellas a la ONU, que cuenta con “Verified” (Verificado), una plataforma que tiene el objetivo de subsanar las percepciones equivocadas y brindar información precisa y confiable sobre el coronavirus.

Además, la UNESCO trabaja por medio de Twitter para contrarrestar el impacto de este problema, continuamente usa hashtags como: #ComparteConocimientos, #PiensaAntesDeCompartir y #PiensaAntesDeHacerClick, impulsando así la divulgación de información verificada.

 

La Organización Mundial de Salud y la infodemia

Con el objetivo de brindar información real y veraz con todo lo que respecta a la COVID-19, la Organización Mundial de Salud ha instaurado la red de Información sobre Epidemias (EPI-WIN), en la cual se reciben consultas mundiales sobre cómo controlar la infodemia relacionada con la COVID-19 y la vez mediante un foro interactivo en línea se presentan e intercambian ideas que pueden colaborar para contrarrestar a la infodemia.

La Organización Mundial de Salud instaura colaboraciones para respaldar y afrontar a la infodemia a través de la elaboración de recursos mundiales para la constatación de las acciones gestionando la desinformación y el análisis de la infodemia. Mediante la frase “información para desmentir mitos”, más las sesiones en vivo en donde se establecían preguntas y respuestas en la página web oficial la Organización Mundial de Salud, se propuso dar seguimiento a todo lo que respecta a la infodemia. Además, con el objetivo de afrontar los mensajes falsos y promover información precisa, viene colaborando con empresas de redes sociales y digitales como Google, Facebook, Instagram y Twitter para de esta forma hacerle frente a la infodemia.

En definitiva, el uso de las redes sociales en su lado perjudicial representa un gran problema en el bienestar de las personas, sobre todo en un contexto tan agitado como el de una pandemia, en donde este medio, que no cuenta con filtros o restricciones al momento de compartir noticias, se convierte en una de las principales fuentes de datos ante la necesidad colectiva.

Actualmente, el 50% de la población mundial consume noticias por medio de redes sociales, según el anuario mundial de Hootsuite, sobre todo a través de Facebook, Instagram y WhatsApp, el mayor acceso a estas y a la conexión de internet, da lugar a la producción masiva de información, que puede provenir de fuentes confiables como de fuentes engañosas.

Circula mucha información inexacta respecto a la COVID-19, datos que aumentan casi al mismo ritmo que las modalidades de distribución de contenidos, este tipo de información llega rápido a las personas y se digiere velozmente, dándoles cabida a tomar grandes riesgos, poniendo así en juego su salud y la de sus allegados. Esto demuestra que una parte del impacto negativo de las fake news, puede ser controlado por el receptor de estas, evitando así la agravación de la pandemia y el riesgo comunitario.

Por lo que, además de crear plataformas que se dediquen a depurar información engañosa, se debe trabajar la capacidad de filtro interior en las personas. Todos deben colaborar a generar y difundir información de calidad, evitando la desinformación que solo contribuye a una infodemia paralela.

Para trabajar esto, es fundamental limitar la exposición a medios de comunicación no confiables, pues las noticias falsas sobre la Covid-19 contribuyen a la desinformación generando ansiedad, miedo y otras enfermedades emocionales en la salud mental de las personas, pudiendo así restringir los rumores e información falsa de las redes sociales para contrarrestar a este tipo de pandemia informativa.

 

 

 

 

 

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