Las sequías intensifican el riesgo de devastación ambiental en Perú, afectando la biodiversidad, servicios ecosistémicos y comunidades locales.
Por Mayli Delgado, Nilver Díaz, Isaías Garcia y Noris Huancaruna.
Los incendios forestales, que se están volviendo cada año más comunes y devastadores en todo el mundo, han suscitado una creciente inquietud tanto en la comunidad científica como en la sociedad, estos eventos naturales no son simplemente aleatorios, sino que están profundamente conectados con diversos factores ambientales, siendo la sequía uno de los más significativos. Entender esta conexión es importante para desarrollar estrategias eficaces que ayuden a prevenir y reducir el impacto de los incendios.
Estos siniestros son fenómenos complejos que resultan de una interacción entre diversos factores, dentro de ellos están los climáticos, ecológicos y humanos, en estos elementos se encuentra la sequía, destacándose como un factor fundamental, ya que altera las condiciones de inflamabilidad de los ecosistemas forestales y eleva su susceptibilidad al fuego (Pyne, 1991). La sequía, entendida como un intervalo extenso de falta de lluvias, afecta de manera directa el nivel de humedad de los combustibles en los bosques, como hojas, ramas y hojarasca, transformándolos en materiales muy susceptibles al fuego. Esta situación incrementa la posibilidad de que se produzcan igniciones y acelera la propagación de los incendios (Westerling et al., 2006). Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, 2014) la problemática de los incendios forestales es intensificado por la falta de agua, lo cual ha empeorado en los últimos años como resultado del cambio climático, este fenómeno ha llevado a un incremento en la frecuencia y severidad de eventos extremos, incluyendo sequías, transformando los patrones de lluvia y temperatura a nivel mundial, lo que a su vez afecta los regímenes de incendios en diversos ecosistemas forestales.
Los incendios forestales en Perú constituyen una creciente amenaza para la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y las comunidades que habitan en estas áreas. La inmensa Amazonía peruana, uno de los bosques tropicales más grandes del planeta, ha sido particularmente impactada por estos incidentes. De acuerdo con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), la ocurrencia de incendios en el país se debe a una combinación de factores tanto naturales como provocados por el ser humano, que incluyen la climática, la deforestación, prácticas agrícolas inadecuadas y quemas controladas para la agricultura (SERFOR, 2023). Múltiples investigaciones han evidenciado la estrecha vinculación entre la escasez de precipitaciones y la ocurrencia de los incendios forestales, Westerling et.,al (2006) identificaron una correlación entre el incremento en la frecuencia de grandes incendios en el oeste de Estados Unidos y las tendencias de calentamiento global y sequía, de igual forma, Bowman et al., (2009) resaltaron la influencia de la variabilidad climática, particularmente del fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), referente a la actividad de incendios en diferentes partes del mundo. En Perú, estudios recientes como los de Saavedra et., al (2023) han revelado un aumento en la frecuencia y severidad de los incendios forestales en las últimas décadas, así como la conexión con fenómenos climáticos extremos como El Niño. Además, se ha señalado que factores socioeconómicos, como la expansión de la frontera agrícola y la pobreza, contribuyen a la vulnerabilidad de los bosques peruanos frente al fuego.
Este estudio propone examinar la conexión entre las sequías y los incendios forestales, centrándose especialmente en la amazonia. El objetivo es descubrir los mecanismos mediante los cuales la sequía afecta la aparición y gravedad de los incendios, así como evaluar las repercusiones de estos eventos en la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y las comunidades locales.
Las sequías se caracterizan por una reducción significativa de las precipitaciones, lo que provoca un descenso en la humedad del suelo y la vegetación de la tierra. Este fenómeno puede ocasionar a una sequía agrícola, que afecta directamente a la producción agrícola, ya que la falta de agua, que disminuye los caudales de ríos, quebradas y la recarga de aguas subterráneas. En Perú, las sequías han sido identificadas como uno de los factores críticos que incrementa el riesgo de incendios forestales, especialmente en regiones andinas donde la vegetación se vuelve altamente inflamable.
Un estudio que fue realizado por el Instituto Geofísico del Perú (IGP) reporta que entre 2005 y 2020, los incendios forestales aumentaron notablemente durante periodos de sequía. Por ejemplo, en 2016 se registró un incremento del 440 % en la ocurrencia de incendios en comparación con años anteriores (Zubiate, 2022). Este aumento en la actividad de incendios se correlaciona estrechamente con la acumulación de días secos y cálidos, que crean el escenario perfecto para que se inicien y se propaguen con rapidez. Cuando la sequía se prolonga, las plantas y la vegetación en general se secan tanto que se convierte en combustible fácil para el fuego. A medida que suben las temperaturas, no solo se evapora la humedad de la tierra y de las plantas sino que todo el ambiente se calienta, lo que facilita aún más que cualquier chispa, por pequeña que sea, pueda encender un incendio. Las investigaciones también han demostrado que las altas temperaturas y los bajos niveles durante las sequías crean un ambiente propicio durante la ocurrencia de incendios forestales. En las regiones altoandinas del Perú. Donde el clima es particularmente variable, estos factores climáticos se vuelven críticos, un análisis exhaustivo que utilizó datos de precipitación y temperatura en estas áreas concluyó que los días secos y cálidos son determinantes para el desarrollo de incendios (Rodríguez, 2023). Este estudio resalta como la combinación de temperaturas elevadas y escasas lluvias puede desestabilizar el equilibrio ecológico, haciendo que la vegetación se vuelva más susceptible al fuego.
Los resultados del análisis indican que un retraso en la temporada de lluvias puede exacerbar este problema, aumentando la probabilidad de incendios antes del inicio efectivo de las lluvias, en particular, se observará que en años donde las lluvias llegan más tarde de lo habitual, la vegetación acumulada durante la estación seca se seca aún más, creando un material combustible ideal para los incendios (Rodríguez, 2023). Esta situación es alarmante, ya que no solo afecta a la biodiversidad local, sino que también pone en riesgo las comunidades que dependen de estos ecosistemas para su sustento. Los incendios forestales no solo afectan la cobertura vegetal, sino que también tiene repercusiones significativas en el ecosistema peruano. Entre 2001 y 2021, se estima que Perú perdió aproximadamente 251 mil hectáreas de áreas boscosas debido a estos incendios (Mancilla, 2021). Esta devastación ha llevado a cambios profundos en el ciclo hidrológico, erosión, invasión de especies exóticas y alteraciones en el microclima. La pérdida de vegetación arbórea no solo reduce la biodiversidad, sino que también afecta la capacidad del suelo para retener agua, lo que puede resultar en sequías afecta la capacidad del suelo para retener agua, lo que puede resultar en sequías severas y en una disminución de la productividad agrícola, afectando así la población.
Además, el aumento de emisiones de dióxido de carbono como resultado de los incendios contribuye al cambio climático global. Cada vez que un bosque arde, se liberan una gran cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, exacerbando el calentamiento global. Este ciclo vicioso es alarmante; a medida que el clima se calienta y las sequías se vuelven más frecuentes, el riesgo de incendios forestales aumenta, lo que a su vez genera más emisiones y un clima aún más cálido. La situación es particularmente crítica en regiones como Loreto, San Martín, Ucayali, donde los incendios han provocado pérdidas significativas de cobertura arbórea (Mancilla, 2021). En Loreto, por ejemplo, se reportó una pérdida de 2.07 mil hectáreas, mientras que San Martin y Ucayali sufrieron pérdidas considerables. Esta pérdida no solo implica un impacto ambiental inmediato; también afecta a las comunidades locales que dependen de estos ecosistemas para su sustento. La migración forzada de especies de fauna silvestre debido a la destrucción de su hábitat agrava aún más la crisis ecológica.
El impacto en la salud pública es otro aspecto preocupante. El humo generado por los incendios forestales puede afectar gravemente la calidad del aire, provocando problemas respiratorios y otras enfermedades en las poblaciones cercanas. Las nubes de humo tóxico han llegado afectar incluso a ciudades distantes, poniendo en riesgo la salud de miles de personas (Mitma,2024). Es esencial abordar esta problemática desde múltiples frentes: la prevención debe ser una prioridad junto con la gestión adecuada de los recursos naturales. Las políticas deben enfocarse no solo en apagar los incendios una vez que ocurren, sino también en prevenir su inicio mediante prácticas agrícolas sostenibles y educación ambiental (Zubiate, 2022). La implementación efectiva del Plan Nacional de Prevención y Control de Incendios Forestales es crucial para mitigar estos desastres.
Conclusiones
La principal causa de los incendios forestales es el hombre en su afán de mejorar las tierras agrícolas y pecuarias, así como ampliar la frontera agrícola en tierras forestales. Ambos hechos son comúnmente conocidos como “quemas”.
De la evaluación histórica de incendios forestales del MINAM entre el 2002 y 2016, se ha encontrado que las regiones más afectadas por estos eventos son Cajamarca y Cusco, siguiendo un marcado comportamiento estacional que se desarrolla durante la segunda mitad del año. De esto se ha identificado un incremento severo de incendios forestales durante el 2005 y 2016 respecto al promedio en años con ocurrencia normal en la región Cajamarca. Asimismo, en Cusco el aumento severo se registró en los años 2005 y 2010. Los afectados por los incendios forestales en Cajamarca y Cusco fueron los pastizales andinos, matorrales andinos y bosques naturales, los cuales ocurren, principalmente, en altitudes por encima de los 1500 msnm. El gran número de incendios forestales registrados sobre los ecosistemas andinos descritos representan una de las principales amenazas sobre estos, debido al efecto directo que ejercen sobre los regímenes hidrológicos y la disponibilidad hídrica, tal como lo señalan diversos autores.
Recomendaciones
Para reducir los efectos destructivos de los incendios forestales, es esencial implementar un enfoque integral que incluya acciones de prevención, mitigación y restauración, esto requiere el fortalecimiento de los sistemas de monitoreo y alerta temprana, el desarrollo de modelos predictivos más precisos, la inversión en la capacitación de brigadas comunitarias para la gestión forestal, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la rehabilitación de ecosistemas deteriorados. Además, es vital mejorar la gobernanza ambiental, incentivar la participación de la ciudadanía y buscar financiamiento sostenible para llevar a cabo estas iniciativas. La investigación científica debe enfocarse en profundizar en la relación entre el cambio climático, la variabilidad climática y los incendios forestales, así como también en analizar el impacto socioeconómico de estos fenómenos. Por último, es crucial fomentar la cooperación internacional para intercambiar conocimientos y experiencias en la gestión de incendios forestales, así como adoptar tecnologías innovadoras como drones y sensores remotos para optimizar la detección y el monitoreo de incendios.
Referencias
- Mancilla, J. (2021). Los incendios forestales y su repercusión en el ecosistema peruano durante el periodo 2001 al 2021. Recuperado de Dialnet.
- Rodríguez, J. (2023). Los incendios forestales y su repercusión en el ecosistema peruano. LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2), 273–288.
- Zubieta, R. (2022). Columna de opinión: Sequías e incendios forestales en el Perú. Instituto Geofísico del Perú.
- Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI). (2024). Informe sobre condiciones actuales de precipitación y perspectivas climáticas.
- Zubieta, R. (2022). Columna de Opinión: Sequías e incendios forestales en el Perú. Instituto Geofísico del Perú.
- Bowman, D. M. J. S., Balch, J. K., Artaxo, P., Bond, W. J., Brown, A. A., et al. (2009). The global distribution of human-induced fire. Science, 324(5926), 490-492.
- IPCC (2014). Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press.
- Pyne, S. J. (1991). Fire in America: A cultural history of wildland and rural fire. Princeton University Press.
- Westerling, A. L., Hidalgo, H. G., Cayan, D. R., & Swetnam, T. W. (2006).
Sobre los autores:
Noris Mirtha Huancaruna Sambrano es estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales (FCAA) de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS)
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Isaías García Coronel es estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales (FCAA) de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS)
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José Nilver Díaz Ramos es estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales (FCAA) de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS)