Por José Huapaya.
A nivel mundial el cáncer es la causa más común de muerte entre las personas. En el año 2020 se atribuyeron a esta enfermedad cerca de 10 millones de defunciones, es decir, aproximadamente una de cada seis de las que se registran (1).
En Perú, el cáncer es una de las principales causas de muerte seguido de las enfermedades al corazón. La situación ha cambiado en las últimas décadas con preponderancia de la enfermedad transmisible y materna perinatal, a las enfermedades no transmisibles. (2).
Durante el año 2022, se hallaron 10 mil 686 casos nuevos de cáncer en 62 nosocomios a nivel nacional. En 25 de estos se reúne el 86% de los casos registrados. Dichos hospitales registraron entre 20 y 50 casos en ese año. Según localización, las neoplasias más frecuentes en las mujeres son: el cáncer del cuello uterino y el cáncer de mama, quienes lideran la estructura de la incidencia de cáncer en los hospitales. (3).
Con relación al cáncer de mama, algunos estudios han demostrado que el riesgo a este tipo de neoplasia se debe a una combinación de factores que incluyen: la edad avanzada, antecedentes familiares, exposición prolongada a estrógenos (hormonas), exposición a radiaciones ionizantes, y finalmente, pero no menos importante, obesidad post menopaúsica.
Hoy, como cada 19 de octubre, se conmemora el Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama. Es por ello, y con el compromiso que nos caracteriza, hemos querido plantear ciertas recomendaciones para ayudar a prevenir esta neoplasia.
Para este caso, contamos con la experiencia y profesionalismo del Nutricionista José Huapaya, quien nos brindará algunos alcances nutricionales para sobrellevar esta situación.
¿Cómo mantener un peso saludable?
Alcanzar y mantener un peso saludable es uno de los aspectos más importantes para cuidar la salud general. Las personas que han atravesado la menopausia y tienen sobrepeso o son obesas, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. La investigación sugiere que aumentar mucho de peso durante el tratamiento contra el cáncer de mama o después de este, puede incrementar tanto el riesgo de que regrese el cáncer de mama, como el riesgo de tener otros tipos de cáncer.
Alimentos cancerígenos: Todavía no está claro qué alimentos son en realidad los relacionados con el origen, promoción y desarrollo de los tumores cancerígenos. Los resultados de los diferentes estudios no han aportado, hasta ahora, mucha luz en el asunto. En algunos casos los resultados son confusos y en otros conflictivos.
Con este panorama, vamos a intentar hacer un repaso de aquellos a los que de una forma u otra se les ha relacionado con el cáncer, según los estudios que se han podido validar hasta la fecha. Las grasas (exceso calórico), energía e hidratos de carbono, café, alcohol, edulcorantes artificiales (colesterol), conservantes alimentarios, nitratos, nitritos y nitrosaminas, ahumados.
Alimentos favorables: Así como una alimentación poco acertada puede aumentar el riesgo de formación de tumores cancerígenos, la naturaleza nos ofrece una gran variedad de alimentos que pueden actuar como protectores: los cereales integrales, las frutas y verduras frescas, son los que con mayor probabilidad nos mantendrán lejos de padecer esta enfermedad. Veamos la razón:
Fibra: A pesar de que los estudios con animales no han aportado evidencias claras, se da a la fibra, a diferencia de los dos grupos anteriores, un papel como protectora frente al cáncer. Se sabe que la fibra acelera el tránsito intestinal, por lo que el tiempo que están en contacto los posibles elementos tóxicos con el tubo digestivo es menor, y por lo tanto se reduce el tiempo para poder atravesar la barrera del tejido intestinal hacia otros órganos y sistemas. A la fibra se le atribuye efecto protector: Por un mecanismo de secuestro de metabolitos potencialmente cancerígenos.
Vitaminas y minerales: Los betacarotenos (Vit. A), que actúan atrapando radicales libres y moléculas de oxígeno libre, la cuales son compuestos tóxicos y cancerígenos, y de ahí su efecto protector. Diferentes estudios intentan demostrar su capacidad preventiva contra el cáncer de pulmón, porque su efecto protector se plasma en la defensa sobre la pared epitelial. Además, pueden conseguir que los tumores disminuyen de tamaño.
Vitamina C o ácido ascórbico: Se le atribuyen propiedades antioxidantes, inhiben la formación de nitrosaminas. Se ha utilizado con éxito en el tratamiento de algunos tumores de intestinos (pólipos y adenomas). Los alimentos con una mayor riqueza en esta vitamina son las frutas (cítricos, caquis, kiwis), y las hortalizas (pimientos, perejil, coles, cebolla) frescas y crudas. Se destruye en parte por efecto del calor (cocción) y del almacenamiento prolongado. De ahí la gran importancia nutricional que tiene tomar vegetales crudos en las comidas y a diario para combatir, y neutralizar los dañinos radicales libres presentes en nuestro cuerpo.
Vitamina E: Junto con el selenio, se ha asociado esta vitamina con la prevención de la enfermedad fibroquística y el cáncer de mama. Al ser un antioxidante, su principal papel protector se realiza neutralizando los cancerígenos que actúan sobre la fase inicial de una tumoración. Los efectos de esta vitamina pueden potenciarse con el selenio. La vitamina E se encuentra en muchos alimentos, entre los que destacan los cereales integrales (soja, aceites vegetales, verduras y hortalizas de hoja verde, frutos secos). Es preferible tomar estos alimentos crudos. La vitamina E (tocoferoles) refuerza el sistema defensivo-inmunitario. Además, junto con la C y los betacarotenos actúan neutralizando los radicales libres.
Vitamina D: Ejerce su acción a través del metabolismo del calcio. Existe una relación inversa entre el cáncer de colon y la ingesta de calcio. Algunos estudios epidemiológicos han presentado resultados en los que la ingesta adecuada de leche y calcio se asocia con un menor riesgo de cáncer. Se encuentra en numerosos pescados (sobre todo en el hígado), en la yema de los huevos y en los productos lácteos. Como el resto de vitaminas, se acumula en el hígado y en otros órganos, por lo que si se toman excesivas cantidades (preparados farmacéuticos), puede llegar a ejercer efectos tóxicos.
Acido Fólico: Interviene en la formación de los ácidos nucleicos (DNA y RNA), portadores de nuestras características hereditarias. Su interés reside en su efecto protector o fortalecedor de los cromosomas del núcleo celular, defendiéndolos de la acción de virus nocivos. En estudios con animales de experimentación, se ha comprobado que su carencia favorece el desarrollo de tumores de intestino grueso (colon), hígado y cuello uterino. Está presente en las hojas de los vegetales, tales como espinaca, lechuga y otras hortalizas, así como en los garbanzos y en los cereales integrales.
Finalmente, es importante mantenerse hidratados para regular todos los procesos, desde el digestivo, pasando por un proceso a nivel de nuestras células. Lo adecuado será consumir líquidos superiores a un litro, de preferencia libres de azúcar.Y recuerda, “El cáncer no avisa, chequéate a tiempo. Por unos cuidados más justos y un llamado a unir nuestras voces y actuar».
*José Huapaya, es profesional en Nutrición y Dietética, de la Facultad de Ciencias de la Salud UCSS.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
1. Organización Mundial de la Salud. Cancer, Datos y cifras. [Ïnternet] [citado 19-oct-2023]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cancer.
2. Panamerican Healt Organization. World Cancer Day 2023: Closet he care gap. (4 de febrero 2023).[Internet] [Citado 02-mar-2023]. Disponible en: https://www.paho.org/en/campaigns/world-cancer-day-2023- close-care-gap.
3. Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades – MINSA.