Federico Chopin (1810-1839) es el mayor representante de la música clásica polaca. De hecho, fuera del Papa Juan Pablo II, su paisano, uno de los polacos más conocidos en el mundo. Músico, empezó a escribir obras para piano desde muy temprana edad, demostrando talento y sensibilidad exquisitos. Enmarcado dentro de la corriente del Romanticismo, tuvo éxito en toda Europa, sobre todo en Francia, donde fija su residencia.
Sin embargo, de salud frágil, Chopin tiene una existencia marcada por los problemas de salud, que le impedían muchas veces lograr sus objetivos sentimentales y laborales. Aún así, logró cierta estabilidad, bajo el patrocinio de amistades y la enseñanza del piano. La tisis, enfermedad emblemática del S. XIX se lo llevaría a temprana edad.
Se le reconoce como un compositor sensible, adoptando la estructura de melodías folclóricas de su tierra y sumamente identificado con la situación política de su patria, a la que dedica sus obras más emblemáticas.
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