Entre todas las definiciones y reflexiones sobre el amor, destaca de manera especial el famoso “Himno de la Caridad” de San Pablo, en el capítulo 13 de su Primera Carta a los Corintios, donde el apóstol de Cristo explica el amor verdadero siguiendo cuatro claves para reconocer toda la dimensión de este sentimiento que distingue a los seres humanos.
El Papa Francisco en su encíclica sobre el amor en las familias, “Amoris Laetitia”, explica y descubre la vigencia y novedad de este mensaje:
El amor es…
Paciente cuando la persona no se deja llevar por los impulsos y evita agredir, sin permitir el maltrato continuo, o las agresiones físicas, ni dejar que nos traten como objetos. Esta característica es un ejercicio de la moderación que abre paso a la misericordia y la compasión.
Servicial y, por tanto, activo: implica un hacer, un obrar, que se agota si el acto es mecánico. Cuando el amor es verdadero, beneficia y promueve a los demás.
El amor no es…
Envidioso. El amor nos aleja del egoísmo. En el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien de otro, y nos lleva a valorar todo ser humano, reconociendo su derecho a la felicidad y a la justicia.
Arrogante. Quien ama no se cree más que los demás bajo ningún motivo, ni se dedica a exigirles o controlarlos. Lo que nos hace grandes es el amor que comprende y protege al débil.
Rudo. El amar implica volverse amable. La amabilidad permite que no nos detengamos en las limitaciones del otro y así podamos tolerarlo y unirnos en un proyecto común, aunque seamos diferentes. La amabilidad es el mejor factor integrador y ayuda a construir convivencia.
Egoísta. El amor a sí mismo no puede anteponerse al don de sí a los demás. Una cierta prioridad del amor a sí mismo sólo puede entenderse como condición psicológica, porque quien es incapaz de amarse a sí mismo encuentra dificultades para amar a los demás.
Colérico. La irritación nos coloca a la defensiva ante los otros, como si fueran enemigos molestos que hay que evitar. Si tenemos que luchar contra un mal, hagámoslo, pero siempre digamos «no» a la violencia interior.
Rencoroso. Cuando se “lleva cuenta” del mal, buscando más y más culpas, o imaginando más y más maldad, suponiendo todo tipo de malas intenciones, el rencor va creciendo y se arraiga con el riesgo de volvernos crueles y vengativos ante cualquier error ajeno. Lo contrario es el perdón, un perdón que se fundamenta en una actitud positiva, que intenta comprender la debilidad ajena.
Todo lo…
Disculpa. Implica limitar el juicio, contener la inclinación a lanzar una condena dura e implacable. El amor cuida la imagen de los demás y lleva a respetar, incluso, la buena fama de los enemigos. En la defensa de la ley divina nunca debemos olvidarnos de esta exigencia del amor. El amor convive con la imperfección y la disculpa.
Confía. El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar. Esa libertad, que hace posible espacios de autonomía, apertura al mundo y nuevas experiencias, permite que la relación se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado sin horizontes. Al mismo tiempo, hace posible la sinceridad y la transparencia, porque cuando uno sabe que los demás confían en él y valoran la bondad básica de su ser, entonces sí se muestra tal cual es, sin ocultamientos. Donde reina una básica y cariñosa confianza, y donde siempre se vuelve a confiar a pesar de todo, permite que brote la verdadera identidad de sus miembros y hace que, espontáneamente, se rechacen el engaño, la falsedad o la mentira.
Espera. Siempre espera que sea posible una maduración, un sorpresivo brote de belleza, que las potencialidades más ocultas de su ser germinen algún día. No significa que todo vaya a cambiar en esta vida. Implica aceptar que algunas cosas no sucedan como uno desea, sino que quizá Dios escriba derecho con las líneas torcidas en una persona y saque algún bien de los males que ella no logre superar en esta tierra. Aquí se hace presente la esperanza en todo su sentido, aun en medio de las molestias de esta tierra.
Soporta: Es mantenerse firme en medio de un ambiente hostil. No consiste sólo en tolerar algunas cosas molestas, sino en algo más amplio: una resistencia dinámica y constante, capaz de superar cualquier desafío. Es amor a pesar de todo, aun cuando todo el contexto invite a otra cosa. Manifiesta una cuota de heroísmo tozudo, de potencia en contra de toda corriente negativa, una opción por el bien que nada puede derribar. El ideal cristiano, y de modo particular en la familia, es amor a pesar de todo.
Goza con la verdad
En el amor no hay lugar al deleite ante la desgracia ajena. Se alegra con el bien del otro, cuando se reconoce su dignidad, cuando se valoran sus capacidades y sus buenas obras. Eso es imposible para quien necesita estar siempre comparándose o compitiendo, incluso con la propia pareja, hasta el punto de alegrarse secretamente.
Me parece muy importante y cierto , las parejas casadas y con hijos debe seguir estos 4 pasos para vivir un matrimonio feliz y con mucho amor.
Yo he vivido 55 años de felicidad con mucho amor . en mi vida matrimonial y sin violencia . Por eso le agradezco a Dios , que puso a mi esposo en mi camino.
A pesar del fallecimiento reciente de mi esposo , el amor que hemos vivido no ha muerto y siempre estara presente dentro de mi .