Internet se ha convertido en una realidad que ha sobrepasado muchas de las teorías e ideas sobre la sociedad de la información que ha cambiado al mundo. Esto lo convierte en un verdadero reto para la educación que apenas comienza a ser comprendido, pues el fenómeno de la World Wide Web (WWW) –con la velocidad que le caracteriza- ha roto las barreras de lo público y lo privado, anulando las distancias entre la oficina, el aula y el hogar, disolviendo todos estos espacios en el llamado “mundo virtual”.
Las nuevas generaciones están creciendo con la conectividad como elemento indispensable de su relación con el mundo. Los padres no podemos pretender que nuestros hijos ignoren o eviten esta nueva realidad. Por tanto debemos asumir un rol activo para prevenir que la “red de redes” los absorba y se convierta en un factor negativo en su formación.
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Los padres deben conocer y formarse en tecnologías de la información
Con la rapidez con que evolucionan las interfaces de comunicación, los padres no deben limitarse a saber manejar unas cuantas herramientas, o simplemente conocer de su existencia. Es preciso adelantarse y aprender a operar con ellas, descubriendo los recursos disponibles en la red y conociendo los fines o tendencias relacionadas con su empleo.
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Moderar o controlar el consumo familiar de tecnología e información
Muchas veces son los padres los primeros embelesados con las maravillas tecnológicas, sin darse cuenta de las posibilidades que están trayendo a casa con solamente un gadget, o de las ventanas que abren al proveerse de una conexión. No debemos olvidar que la curiosidad de los hijos suele superar a la de los padres, y estos no deben limitarse a entretenerse o informarse solamente con internet. Esto adquiere importancia especial en la realización de tareas escolares: el niño debe aprender que no todo lo va a encontrar en la red.
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Evitar usar la tecnología para calmar o distraer a los niños
En lugar de ofrecerles alternativas no electrónicas como el juego, el arte, y los deportes, o simplemente un momento dedicado a ellos. Muchos padres cometen el grave error de parchar con aparatos la falta de tiempo con los hijos. Si bien puede ser inevitable tener que recurrir alguna vez a estas salidas, se debe procurar, por lo menos, no dejar solo al niño con la tecnología, dejando en claro que deben acceder a ella siempre a través de un adulto.
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No proveer a los niños de aparatos de uso personal
Por más apremiante que sea la necesidad de los padres de vigilar o mantener contacto con sus hijos. Los dispositivos móviles representan también canales de comunicación que pueden ser utilizados por otras personas. Limitarlos exige a la vez no restringir a priori las relaciones de nuestros hijos sino más bien formarlos en la apertura, permitiendo que hagan amigos y a estos a la vez abran la posibilidad de conocerse y hacer amistad entre padres, brindando el doble beneficio de extender el espacio social alrededor del niño y proveerle así una zona de seguridad y confort más amplia y real.
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Hacer de la información y comunicación una experiencia en familia
Siendo que en la actualidad vivimos de un exceso informativo y mediático, que fácilmente puede confundir más que orientar, se hace necesario que los padres se involucren en cada provocación o necesidad de conocimiento, así sea el más banal. No podemos dejar solos a nuestros niños ante los medios y del internet mismo cuya apariencia plural y hasta anárquica suelen entrañar desinformaciones y manipulaciones que hasta los adultos encontramos difícil de tratar y asimilar.