Junto con Martin Luther King, representaron la lucha a favor de los derechos de la raza negra americana, sólo que de dos tendencias diferentes. Mientras Luther King abogaba por un movimiento pacífico, Malcolm X era agresivo en sus propuestas y pensaba que sólo la fuerza podría hacer que sus derechos fueran respetados.
Malcolm X, fue, pues, controversial en su discurso, en una época en la que la intolerancia hacía que algunas zonas de E.U. se tiñeran de sangre. Con una infancia realmente difícil, se hizo delincuente a temprana edad, lo que le valió la cárcel en su juventud. Sin embargo, fue ahí donde su ya abierta curiosidad intelectual tuvo su florecimiento, cuando descubrió el placer de la lectura. Su educación, entonces, fue autodidacta y en prisión. “nunca fui más libre que en aquellos años” añadiría, luego. Fue también en la cárcel que, por sugerencia de su hermano, se vincula a la religión islámica, cuyas enseñanzas moverían todo su discurso y serían la causa de su muerte temprana.
Se le considera el propulsor del orgullo negro, por la búsqueda de sus propias raíces africanas, y era líder de opinión a tener en cuenta, incluso para aquellos que no eran afroamericanos. Como personalidad, viajó por casi todo el mundo, conociendo a musulmanes residentes e incluso fue a la Meca. Hacia el final de sus días, algunas de sus ideas más radicales fueron cambiadas por él mismo, como por ejemplo la ayuda de la gente de raza blanca en las actividades de reivindicación negras, entre otras.
Falleció mientras daba un discurso, fusilado por un grupo de simpatizantes de la Nación del Islam, organización de la que se había separado años antes. Un famoso biopic realizado por Spike Lee cuenta su historia.
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