Desde la primera línea

Egresada de la FCS nos cuenta su experiencia tras ser vacunada y cómo viene luchando contra la pandemia.

Redacción CampUCSS

Cynthia Ganoza Plasencia, es licenciada en psicología por la UCSS y es magíster en Bioética y Bioderecho de la Escuela de Postgrado de nuestra universidad. Desde julio 2020 a la actualidad forma parte del equipo de Salud Mental en el Hospital Emergencia Ate Vitarte, atendiendo a pacientes con Covid-19.

¿De qué manera trató a pacientes con Covid-19 en su labor profesional?

Para los que trabajamos dentro del área de salud mental, la persona, su necesidad, es el punto de partida de nuestro trabajo. El paciente con covid puede estar ansioso por estar solo, separado de su familia, entre otras cosas, ya que no sólo se trata de una dolencia física. Juan Pablo II decía que un dolor físico esconde también un dolor moral. Por eso, cuando atendemos a un ser humano tenemos compasión de él, una verdadera compasión, que no es lo mismo que lástima.

La soledad por el aislamiento de pacientes internados es un mal que acentúa la tristeza. Por eso, intentamos ayudar a amortiguar esos sentimientos, buscando nuevas alternativas. Por ejemplo, hemos impulsado una biblioteca para los pacientes, ya que la lectura terapéutica les permite ocupar su mente, y disminuir pensamientos catastrofistas propios de esta situación.

Cabe resaltar que hay pacientes que padecen de Covid y tienen depresión, esquizofrenia, bipolaridad u otras afecciones en su salud mental. En estos casos contamos con el apoyo del médico psiquiatra, ya que es el responsable del tratamiento farmacológico.

Por otra parte, brindamos el apoyo a las familias, las acompañamos durante el proceso de enfermedad de sus familiares. También atendemos al personal de salud, capacitándolos y dándoles el soporte emocional que necesitan para afrontar el fuerte estrés al cual están sometidos.

¿Ya recibió la vacuna o le informaron cuándo la recibirá? ¿Cuáles fueron las indicaciones?

Si, el viernes pasado recibimos la primera dosis, ya que trabajamos directamente con pacientes infectados. Después de que nos aplicaron la vacuna, pasamos a una observación de 30 minutos, luego procedimos con nuestras labores, pero sinceramente me he sentido bien, sin ningún efecto secundario. La segunda dosis se nos aplicará 21 días después de la primera.

¿Cree usted que se ha desplegado una logística correcta en la vacunación del personal de salud?

Lo ideal sería que todo el personal de salud esté ya vacunado. Esperemos que esto pueda darse lo antes posible.

Como profesional de la salud, ¿Qué opina de la vacuna que consiguió el gobierno, confía en su efectividad?

Se ha indicado en los estudios la efectividad de la vacuna. De momento es una herramienta que tenemos y es lo que nos va a ayudar a realizar nuestro trabajo con la Covid-19, así que ¡adelante! Hasta ahora no he sentido ningún efecto secundario, tampoco me he contagiado desde que inició la pandemia. Creo que la protección y los protocolos que tenemos en el hospital nos han valido para no infectarnos.

¿En qué lugares ha trabajado anteriormente?

Cuando salí de la universidad, trabajé con personas y familias en situación de vulnerabilidad afectadas por el terremoto de 2007, entre ellos adultos mayores, mujeres violentadas. Más adelante trabajé con jóvenes para su reinserción laboral y en el ámbito de la psicología clínica, además de mi trabajo actual ya mencionado, laboré en un centro de salud mental comunitario en la Molina, además de la práctica privada. Asimismo, me he podido desempeñar en la docencia y acompañamiento a practicantes.

¿Qué aspectos de su formación en la UCSS le ayudaron más en su carrera?

Una de las cosas que yo buscaba para ser psicóloga era una casa de estudios que me formara para ver a la persona humana desde su dignidad, con compasión, sin juzgar. Recuerdo que cuando realizaba el internado en el Hospital Cayetano Heredia, los responsables nos decían que en nosotros (egresados de la UCSS) encontraban un trato con los pacientes caracterizado por una gran calidad humana, diferente al de otras universidades.

El concepto del ser humano ha perdido identidad, se desconoce la dignidad ontológica, que es propia del ser y no se pierde, y la dignidad moral, que se muestra a través de nuestros actos. Un ejemplo que vemos hoy en día son los casos de corrupción, donde se evidencia que los políticos, a causa de sus actos inmorales, no son dignos de la confianza de la población, pero no pierden su dignidad como ser, como persona.

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