A propósito del Día del Campesino, recordamos la importancia escultura del Cristo Campesino en la fe de la región Chulucanas.
Por: Redacción CampUCSS

Durante la ceremonia de inauguración del campus de la Filial Morropón: Chulucanas, la imagen hecha arcilla del Cristo Campesino – típico elemento de la artesanía de dicha ciudad – cobró protagonismo simbólico. La obra original se debe al artista plástico chulucanense, Prof. Guillermo Fenández Guerrero, quien concibe el dibujo del Cristo Campesino, con su vestimenta tradicional campesina, crucificado en la cruz formada por la lampa y el machete.
Más tarde, el maestro ceramista Max Inga, plasmó este dibujo en una pieza en cerámica, que llegó a hacerse muy famosa. La Diócesis de Chulucanas hizo entrega de esta pieza de cerámica al Papa Juan Pablo II. Esta pieza artística es muy reconocida a nivel mundial por la calidad de su elaboración. (1952-2001).
La escultura muestra a un cristo vestido a la usanza campesina, con su tradicional sombrero, colgado de una cruz formada por una lampa y un machete. El claro simbolismo cristiano representa el sacrificio y el trabajo diario del hombre del campo, del agricultor y del artesano, en una región que vive de la producción de frutas y artesanías en la región Piura. Lo que le ha valido a Chulucanas ser conocida como “La capital del mango, del limón y de la cerámica”.
Asimismo, el artesano chulucanense que ha donado la pieza réplica del «El Cristo Campesino» para la ceremonia del campus, se llama César Juárez Ramírez, reconocido internacionalmente como escultor y ceramista. Esta pieza la entregó Mons. Cristóbal Mejía, obispo de Chulucanas, a Mons. Neri Menor, obispo de Carabayllo y Gran Canciller de la UCSS, durante la ceremonia de inauguración.



A día de hoy, la escultura del Cristo Campesino luce en la capilla de la Filial Morropón: Chulucanas y permanece como testimonio vivo de la espiritualidad y cultura que definen a la región.


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