Por Lic. GIANCARLO CASTILLO
Docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades.
Entre los teólogos de nuestro tiempo que podrían brindar aportes interpretativos para la realidad sobresale ampliamente el Papa Benedicto XVI, quien es considerado por muchos como uno de los teólogos más destacados del siglo XX, es así que diversos estudiosos han calificado con honores su trabajo intelectual. Pablo Blanco (2011) recoge y expone una serie de opiniones referidas al teólogo – Papa, entre las que destacan las de Henri de Lubac, Réal Tremblay y Pedro Rodríguez:
Henri de Lubac sostenía que el entonces cardenal bávaro no tiene miedo de abordar en público ni los temas fundamentales ni los problemas de actualidad, y siempre con calma, sencillez, mesura, gran respeto a las personas y con una sonrisa. […] Joseph Ratzinger – ha escrito por su parte el teólogo canadiense Réal Tremblay – se encuentra entre los mejores teólogos de nuestro tiempo. Se esté de acuerdo o no con él, su pensamiento ejerce hoy día una fascinación por su amplitud y profundidad, su originalidad y su relación con la vida […] Al resumir la historia personal del teólogo bávaro en una laudatio académica, observaba Pedro Rodríguez: una preclara inteligencia y esa vigorosa manera de hacer teología. (pp. 7-8)
La lucidez intelectual del Papa Benedicto XVI también la podemos comprobar en sus escritos, desde sus años como teólogo hasta su ministerio petrino. Y podemos comprobar, en las enseñanzas del profesor universitario, que se convertiría en Papa, cinco aspectos que aparecen muy marcados en su vasta producción intelectual:
I. SU AMOR A LA VERDAD: Presente en todas sus obras y que se hizo visible en su lema papal “Cooperador de la verdad”. Para Benedicto XVI, la finalidad última del hombre es conocer a la Verdad, aquella misma Razón creadora que, en el amor, ha llamado a los hombres a la existencia.
II. SU INCANSABLE LUCHA CONTRA EL RELATIVISMO: Aquella que para él ha establecido una dictadura que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida el yo y sus antojos.1
III. EL CONCEPTO DE RAZÓN ABIERTA: Que se percibe con claridad en cada uno de sus escritos, una razón que se abre a la totalidad, que se ensancha y es capaz de valorar todo lo que verdadero y bueno tiene la realidad.
IV. LA RACIONALIDAD DE LA FE: Es decir, asumió el gran desafío de exponer racionalmente los principios de la fe a la mentalidad moderna – tan reducidamente racional como ideologizada –, ya que él considera que los contenidos de la fe pueden ser expresados en el debate público, es decir, que pueden ser parte de un diálogo propositivo y racional en cualquier ámbito del conocimiento ya sea de modo directo y otras veces solo de manera complementaria. Sobre esto, Seewald (2010) afirmaba que para el Papa Benedicto XVI “la fe debe y puede ser explicada, porque es racional” (p. 9).
V. LA BELLEZA DE LA FE: Se percibe la convicción de un hombre que quiere transmitir en toda su plenitud la belleza de la fe católica, la belleza de ser cristiano.
1 Esta afirmación respecto al relativismo la hizo durante su homilía Pro eligendo pontífice del día 18 de abril de 2005.
Excelente, amigo Giancarlo. Les comparto un interesante análisis complementario
vinculando la teología de Benedicto XVI con el Papa Francisco: http://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2018-03/benedicto-xvi-carta-teologia-papa-francisco-vigano.html
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Un aspecto a remarcar es su fidelidad y fundamentación a las expresiones de Nuestro Señor Jesucristo; es decir toma muy en cuenta lo dicho por Jesús. Por ejemplo: “Dios es verdad y es Espíritu”