Alumno de la FCEC, nos cuenta sobre su experiencia y vivencias en la Academia de líderes.
Por: Alanna Sofía Zusanibar Chavarría
Muchos podemos creer que ciertos momentos en nuestra vida estaban destinados a pasar sin importar que, en mi caso, mi llegada a la Academia de líderes termino siendo el resultado de muchos momentos inesperados. Al iniciar un nuevo semestre se me dio la posibilidad de adelantar un curso el cual no tenía contemplado llevar, sin embargo, me pareció acertado hacerlo; para mi sorpresa mi maestro termino siendo el Dr. Enrique Aguilar, quien más adelante sería el principal promotor de la Academia.
Mientras impartía clases nos hablaba esporádicamente de una idea que tenía: “Reunir a lo mejor de lo mejor y hacerlos más competitivos en el mercado laboral” o como él lo llamaba “la jungla”; esa idea resulto ser muy atractiva para mí, en primera instancia lo considere como algo que mejoraría mi hoja de vida. Por lo mismo, cuando nos comentó que su idea se había concretado e iba a lanzar la convocatoria estaba más que encantada de participar, en el camino conocí a la Prof. Mirtha, la cual se volvería más adelante una madre para nosotros como equipo; ella fue muy amable desde el primer momento, y siempre estuvo dispuesta a responder cualquier duda posible por lo que solo esperaba poder entrar.
Una vez que recibí la carta de aceptación estaba muy entusiasmada, pero al mismo tiempo nerviosa sobre lo que podría pasar, entendía que nuestro compromiso académico tenía que ser total y que independientemente de las actividades que podía realizar fuera de la universidad durante año y medio cada sábado por la tarde iba a tener que asistir, con el paso de las semanas y clases pude conocer a increíbles maestros tal como el Prof. Cotrina, la Maestra Cornejo o la Maestra Dolly; gracias a ellos pude comprobar que el ser un buen profesional va ligado a ser una buena persona.
A medida que nos impartían conocimientos prácticos y teóricos, también podíamos aprender sobre nosotros mismos; sobre nuestras áreas de mejora, pero también fortalezas; aprendimos a sanar y aceptar que todavía teníamos un largo camino que recorrer en compañía de otros que se encontraban igual. Dentro de todo esto, siento que uno de los mayores cambios que surgieron dentro de la academia es que en algún punto dejó de ser solo una academia, ya no éramos compañeros de clases, ya no éramos extraños que se veían una vez a la semana; nos volvimos una familia, una familia que se apoyaba, que se alentaba y que sin importar las circunstancias te entendía y te ayudaba a avanzar, por mi parte, ya no eran extraños que saludaba de vista, eran personas las cuales me daba gusto de ver y deseaba que cumplieran todas sus metas.
Al día de hoy considero que la Academia no solo nos ha vuelto mejores profesionales, sino también mejores personas, un líder no solo es aquel que está al frente, un líder es aquel que guía con el corazón y convicción logrando que todo su equipo avance a un mismo objetivo e incluso aunque no este adelante, eso termino volviéndose un segundo plano comparado con el trabajo que se quiere llegar a hacer, la Academia ya nos dio las herramientas adecuadas, ahora depende de nosotros hacer algo al respecto.
Considero que aún tenemos mucho trabajo pendiente, en esta nueva etapa siendo graduados probablemente se presenten nuevos retos y dificultades, pero estoy segura de que lo afrontaremos de la mejor manera posible, siendo una familia y siendo buenos profesionales, así que, únanse a la Academia de líderes, hagamos de esta familia aún más grande, y respecto a esta 1.ª promoción, solo me queda decir gracias, gracias por darme la oportunidad de formar parte, y sigamos aprendiendo juntos.
BIOGRAFÍA:
Alanna Sofía Zusanibar Chavarría
Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales
Graduada de la Academia de Líderes UCSS
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