Cristianos, vosotros sabéis por qué…
I
Cuando era niño a todo el mundo le había gustado
Todo el mundo parecía contento de verle
Pero ahora, de grande
Que se había hecho un hombre
Ya no gustaba a nadie
Ni siquiera querían escucharlo
El mundo es cambiante
No obstante, bastante se ha hablado después en el mundo de estas cosas.
II
Repasaba entonces, como todos los agonizantes, su vida entera
Toda la vida en Nazaret
Volvía a contemplarse a lo largo de toda su vida
Se preguntaba cómo había podido ganarse tantos enemigos
Parecía imposible. Cómo había logrado crearse tantos enemigos.
Parecía imposible. Era un reto.
Los de la ciudad, los de los suburbios, los del campo.
Todos los que estaban allí, los que habían venido
Los que se habían reunido allí.
Que estaban congregados
Como para una fiesta
Los jornaleros, los peones
Los mercenarios, los rentistas
El sumo pontífice, los príncipes de los sacerdotes
Los escritores, es decir, los escribas
Los fariseos, los del fisco
Los publicanos que son los recaudadores
Los fariseos y los saduceos
Cristianos, vosotros sabéis por qué:
Porque había venido a anunciar el reino de Dios
Y a fin de cuentas toda aquella gente tenía razón
Toda aquella gente no se equivocaba ni tanto así
Era la gran fiesta que se celebraba por la salvación del mundo.
Solo que los gastos corrían a cuenta suya.
III
Un día los ciudadanos le habían encontrado demasiado grande.
No había sido profeta en su tierra
Cristianos, vosotros sabéis por qué:
Porque había venido a anunciar el reino de Dios
Todo el mundo le había encontrado demasiado grande
Se veía demasiado que él era el hijo de Dios.
Cuando se le trataba
Los judíos le habían encontrado excesivamente grande
Para ser judío
Un judío demasiado grande
Se veía excesivamente que era el Mesías anunciado por los Profetas.
Predicho, esperado por los siglos de los siglos.
Repasaba, repasaba todas las horas de su vida
Toda la vida en Nazaret
Él había sembrado tanto amor
Cosechaba tanto odio.
[…]
No había cosechado según había sembrado
Su padre sabría por qué.
IV
Qué era, pues, el hombre
Ese hombre
Que él había venido a salvar
Cuya naturaleza había asumido
Él no lo sabía.
Como hombre no lo sabía
Porque ningún hombre conoce al hombre
Porque una vida de hombre
Una vida humana, como hombre, no basta para conocer al hombre.
Tan grande es el hombre. Y tan pequeño
Tan alto es el hombre. Y tan bajo.
Qué era, pues, el hombre.
Ese hombre
Cuya naturaleza había asumido.
Su padre lo sabría.
Su padre lo sabría.
Imágenes de Giotto
Selección por Giuliana Contini
José Antonio Benito
Sí lo sé, porque el Reino de los Cielos lo ha construido en mi corazón. Muchas gracias por tan bello poema y por tan sugestivas imágenes. ¡Felices Pascuas!
JAB
03/25/15 – 21:27