DON JUAN TENORIO: LA MUERTE LE SIENTA BIEN

Asistimos a la función del 29 de octubre en el Museo Cementerio Presbítero Matías Maestro y pudimos constatar una de las mejores puestas en escena de todos los tiempos, “Don Juan Tenorio”, obra organizada por el Centro Cultural Nosotros, la Municipalidad de Lima, y auspiciada por la UCSS.

Don Juan Tenorio, aquel mítico personaje que encarna la naturaleza mundana, infiel y concupiscente del hombre, es incapaz de sentir amor y misericordia en la vida. Su constante andanza entre el amor de las mujeres y la pasión carnal por ellas lo convierte en un ser  con fama y poder de seducción, pero también como una representación de toda irresponsabilidad y deslealtad con el otro. Sin embargo, aún con esa vida azarosa y trepidante, Don Juan despierta el amor de una novicia, Doña Inés, quien es la que al final logra salvarlo y mostrarle la misericordia y el perdón de Dios, incluso, más allá de la vida.

El autor

José Zorrilla concibió en 1844 la historia del infiel y rompecorazones más famoso de la historia como un canto a la misericordia que aparece hacia el final de un camino de antivalores. Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía son dos hombres que se plantean el desafío de ser el que peor obre, tenga mejor fortuna y consiga seducir a más doncellas. La apuesta escandaliza a la Sevilla de 1545 y todos los personajes vinculados a Don Juan y Don Luis se ven envueltos en una vorágine de intrigas, mentiras y vicios.

La obra

Don Juan Tenorio le debe a El Burlador de Sevilla y convidado de piedra, de 1630 -obra atribuida a Tirso de Molina-, la inspiración de este mítico seductor en las letras hispanas. La obra ha sido representada y adaptada a diversos escenarios, desde la ópera, pasando por el teatro clásico, hasta la democrática y famosa versión de Chespirito para la televisión latinoamericana. Sin embargo, pocas veces ha sido representada en un cementerio, pese a que uno de sus actos se desarrolla íntegramente entre mausoleos y tumbas.

“No estaba muerto, andaba de parranda”

La muerte en la obra de Zorrilla es un punto crucial en la trama. Es a raíz de ella que Don Juan Tenorio conoce la misericordia divina y el perdón de sus pecados, gracias a la intervención del alma de Doña Inés, su eterno amor. Por ello, escoger un escenario nocturno como el Museo Cementerio Presbítero Matías Maestro, el más antiguo museo de su género en América, es realmente un lujo y un fondo más que propicio para la función. El público se desplaza en tres escenarios ubicados en todo el cementerio a los que acceden, iluminados por antorchas, en medio de los mausoleos y tumbas de los personajes más destacados de la historia de nuestro país (presidentes de la república, escritores, intelectuales, artistas, etc.).

En vivo entre los muertos

Una de las peculiaridades de esta puesta es la música en vivo, realizada por Rodrigo Ráez, que nos transporta al Siglo de Oro español y donde el flamenco, a cargo de la agrupación Pasión Flamenca, protagoniza un marco sin par. Todo ello interpretado en vivo y con una coreografía que nos lleva a la Sevilla del siglo XVI en medio del carnaval, la fiesta, la sensualidad, la religiosidad y el dolor.

La obra es dirigida magistralmente por Myriam Reátegui quien, gracias además a un valioso equipo de producción, logra una puesta impecable. Las actuaciones están a cargo de Fernando Petong (Don Juan), Alejandra Málaga (Doña Inés), Helena Huambos (La Abadesa), Héctor Rodríguez (Don Luis), Gonzalo Iwasaki (Don Gonzalo), Mónica Domínguez (Brígida), Jesús Aranda (Ciutti) y Cipriano Proaño (Don Diego).

Apuren que se acaba

Aparte de los días 29 de octubre y 5 de noviembre, se han habilitado dos funciones más para la comunidad de la UCSS a precio de promoción: viernes 4 de noviembre a S/. 15 y lunes 7 de noviembre (la última función del año) a S/. 30. Las entradas se están agotando, por lo que recomendamos comprarlas cuanto antes en la oficina de Promoción e Imagen Institucional. Habrá movilidad de ida y vuelta (ya incluida en el precio) y partirá de la UCSS a las 5:30 p.m.